A prueba: Renault Arkana E-TECH, el todocamino coupé generalista híbrido y único en su especie


Su moderna tecnología se refleja en unos consumos frugales y aporta espacio razonable, dinámica agradable, etiqueta ECO, precios contenidos...
Es un producto redondo e interesante para quien no quiera a un todocamino al uso pero tampoco desee renunciar a sus ventajas.
Se podría decir que el Renault Arkana es el pionero del segmento de todocaminos coupé entre las marcas generalistas. Meta conseguida por el enfoque versátil y familiar con el que la firma del rombo ha encuadrado al modelo. Los franceses querían que su coche tuviera una estética novedosa y hasta cierto punto rompedora dentro de los todocamino. Que tuviera un interior espacioso y con un maletero interesante para poder viajar. Además, tenía que aportar microhibridación o incluso hibridación completa -como la versión que hemos probado hoy- para que sus consumos y emisiones fueran contenidos. Y finalmente, que fuese un coche asequible, sin que el cliente tuviera que afrontar un salto excesivo en la factura final para el cliente.
Y lo cierto es que este modelo ha cumplido todas esas expectativas dentro de lo razonable, creando un coche casi único -por el momento- dentro de las marcas generalistas y en el segmento de los automóviles compactos. Atendiendo al mercado actual de los coches generalistas, hay modelos que se asemejan al Arkana, pero ni tantos ni tan iguales. El Toyota CH-R es algo más deportivo y algo menos espacioso y práctico. El Citroën C4 es algo más pequeño y no tiene hibridación. El Ford Kuga no tiene este aspecto de coupé y es más bajo...
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Claro que hay algunos BMW, Mercedes y Audi que tienen este aspecto coupé de techo redondeado y caído en su parte trasera. Incluso puede ser que Renault se haya inspirado en ellos. Pero lo cierto es que los franceses han encontrado el modo de hacer un producto redondo y además diferenciador dentro de su encuadre de marca de grandes volúmenes.

Cómo es
Hoy probamos el Arkana RS Line E-TECH híbrido de 145 CV. Se trata de la versión más alta de gama de esta interpretación de la mecánica híbrida completa por parte de Renault. Una hibridación que, junto a las otras dos mecánicas microhíbridas de 48 voltios que conforman su gama, cuenta con la etiqueta ECO de la DGT, toda una ventaja a la hora de moverse por las ciudades y sus zonas de restricciones.
- El Renault Arkana es un coche grande entre los compactos. Por ejemplo es 8 cm más largo que su hermano el Kadjar y nada menos que 34 frente al Captur, su hermano del segmento B (con el que comparte la plataforma). Mide 4,56 metros de largo por 1,82 de ancho y 1,58 de alto, con una distancia entre ejes de 2,72 metros, buena para su tamaño. Renault ha compensado sus formas más “deportivas”, generadas por el techo redondeado y caído en la parte trasera, mediante una altura libre al suelo mayor de lo habitual, de 20 cm. Esto le acerca a la “filosofía todocamino” (el Ford Kuga por ejemplo solo tiene 16 cm de altura libre) y le aporta presencia y robustez mientras le diferencia de sus rivales.
- El maletero de 480 litros (1.263 l. con los asientos abatidos) se corresponde bien con su tamaño. Y -¡oh milagro!- bajo su bandeja aloja una rueda de repuesto con sus herramientas, un detalle que casi habíamos olvidado gracias a los incómodos, insufribles y disfuncionales kits reparapinchazos que las marcas vienen incluyendo en sus vehículos por mor de la rebaja de peso y la ganancia de espacio. Diez para Renault.
- El tren motor de este modelo cuenta con nada menos que tres motores, uno a gasolina -en la gama no hay diésel- y dos eléctricos asociados. El de combustión es un 1.6 de 94 CV con automatismo de arranque/parada. Este se asocia a un motor eléctrico que puede apoyarle en momentos de exigencia, además de generar corriente eléctrica y otro segundo motor eléctrico cuya función es solo de generador. Esto es importante porque la batería debe contar con energía para apoyar al motor térmico en momentos de exigencia como subir un puerto, por ejemplo.

- Con tracción delantera, el “cambio de marchas” se delega en el motor eléctrico pequeño con unas supuestas cuatro velocidades. El sistema no cuenta con posibilidad de cambio secuencial ni de levas tras el volante para poder ejercer ningún tipo de control por parte del conductor.
- Sus prestaciones son discretas: hasta 172 km/h en cuanto a velocidad máxima y una aceleración de 10,8 segundos en el 0-100 km/h. El consumo oficial se fija por la marca en 4,8 l/100 km y las emisiones también son bajas, de 111 g/km. Los frenos son de discos ventilados en el eje delantero y de disco en el trasero.
- Y en cuanto a ayudas a la conducción son numerosas con control de crucero adaptativo, mantenimiento activo de carril, frenada autónoma de emergencia con deteccion de peatones y ciclistas, alerta de ángulo muerto, cámara 360, detector de tráfico cruzado trasero... Su sistema de infoentretenimiento es muy visual, claro de consulta y rápido, uno de los mejores del mercado.
Cómo va
Hoy incidiremos en el espacio, al ser diferenciador junto con su estética más dinámica y novedosa que la de los típicos todocamino. En las plazas delanteras la habitabilidad es muy buena. Los asientos de esta versión alta de gama son magníficos recogiendo muy bien el cuerpo y su volante grueso y redondo nos ha gustado mucho.
A la fila trasera se accede bastante bien gracias a unas puertas de marco cuadrado que facilitan un poco el acceso frente a su techo redondeado y caído. También el ángulo de apertura es generoso. Una vez dentro, el espacio para piernas es más que suficiente con el asiento delantero para mi estatura (1,82 metros). Sin embargo para la cabeza, y debido al techo rebajado, queda algo justo para mi altura. En cuanto a hombros, cuatro personas irán bien y cinco algo justas en viajes largos. El respaldo y el asiento centrales (baja un reposabrazos) son más duros que el resto, aunque el túnel de transmisión sea menos voluminoso que en otros muchos coches.
El maletero tiene unas formas muy aprovechables. Su apertura no puede ser automática y el portón se eleva muy verticalmente, haciendo que no sea necesario mucho espacio hasta una pared o hasta el coche aparcado detrás de nosotros para cargar o descargar. Claro que la curvatura del techo le resta algo de espacio a la hora de cargar objetos voluminosos, renunciando a cierta versatilidad en favor de la estética.

En cuanto a consumos, esta es otra de las bazas fuertes de este coche. Aunque la media oficial apunte a los 4,8 l/100 km, lo cierto es que su magnífico sistema híbrido puede hacer que esa cifra se rebaje al entorno de los 4 litros en ciudad sin demasiados esfuerzos. Renault afirma que en ciudad su tecnología E-TECH permite que sus coches hagan el 80% del trayecto en modo eléctrico, lo que queda refrendado con esos datos de consumo. En autopista a altas velocidades en cambio, al perder su principal baza, el uso intensivo del sistema de recuperación de energía, el consumo se eleva hasta unos 6 litros, quizá algo más. Y son cifras magníficas para un coche que pesa 1.510 kilos y que no es precisamente pequeño, aunque su techo y el trabajo aerodinámico le ayuden a conseguirlas.
El comportamiento dinámico es muy agradable, destacando el trabajo de un chasis que sujeta el coche muy bien, siendo sin duda uno de los todocamino que menos balancea de los que hemos probado. Las suspensiones realizan bien su trabajo, aunque a veces en baches y resaltos resulten algo secas. La dirección es eficaz y directa, aunque nos hubiera gustado que ofreciera más sensaciones cuando se le aprieta en las curvas. Sin embargo hace unos cambios de apoyo magníficos en curvas enlazadas, aunque no nos enteremos demasiado de dónde podrían estar sus límites. Es una lástima también que no se pueda contar con unas levas que nos ayudaran a exprimir más su potencia en esos momentos e incrementaran la diversión. Pero lo cierto es que su cambio es, en general, lo que menos nos ha convencido. No es muy rápido, a veces transmite ligeros tirones y en ocasiones parece dudar sobre si tiene que subir o bajar marcha. También resulta un poco ruidoso cuando se le exige de manera brusca, todo lo contrario que pasa con el aislamiento general del habitáculo, que es magnífico a la hora de minimizar los ruidos procedentes de la rodadura o la penetración en el aire.

¿Interesa?
Aunque hay versiones del Arkana que parten de los 26.965 € en su versión Intens (microhíbrido), el probado hoy, mucho mejor equipado y sofisticado en su tecnología, alcanza los 35.363 €, como es posible comprobar en el configurador de Renault. Un detalle a tener en cuenta para quien dude entre un Arkana o un Captur es que la diferencia de precio entre el Captur más completo y el Arkana más sencillo se queda en unos 1.800 euros. En cuanto a espacio todo juega en favor del Arkana, aunque el equipamiento estaría en favor del Captur. Al comprador le tocará reflexionar.
Pero volviendo al Arkana hay que reconocer que esta versión híbrida es muy frugal en cuanto a consumos y emisiones, lo que con los tiempos que corren es sin duda una gran ventaja. Su juvenil, agraciada y diferenciadora estética, su espacio bastante generoso en el habitáculo y el maletero, su etiqueta ECO, su sistema de infoentretenimiento claro, rápido y sencillo de usar y su dinámica agradable y segura hacen de él un producto muy completo e interesante para familias y para cualquiera que no quiera exactamente un todocamino aunque no desee renunciar a sus ventajas.