La incipiente idea de un “renting social” para rentas bajas en España pugna por ver la luz


La incipiente idea es que se trate de un renting similar al habitual pero de cuota reducida
AEDIVE y AER quieren ir presentando la propuesta en alguna de las reuniones del sector para testar su aceptación
No hay un modelo, pero se barajan cifras iniciales en el entorno de los 250 euros para la cuota mensual
La Asociación Empresarial para el desarrollo e impulso de la movilidad eléctrica (AEDIVE) y la Asociación Española de Renting (AER) ya trabajan de manera conjunta para que la gestación de un denominado “renting social” se ponga en marcha en nuestro país.
La idea base es implantar un renting con una cuota mensual asequible para que aquellas familias o clientes cuyo poder adquisitivo se haya visto perjudicado por la situación económica que vivimos puedan “adquirir” vehículos eléctricos sin que el precio suponga una barrera insalvable.
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Todavía no hay ni por asomo un modelo perfilado, pero en principio se pretende que las condiciones sean similares a las que ya existen en el renting habitual, es decir, un todo incluido, al menos con las principales prestaciones.
Ambas asociaciones ya han mantenido alguna reunión inicial y su intención es presentar un plan conjunto tan pronto como sea posible en alguna de las reuniones del sector.
Por supuesto, hace falta no solo esa presentación de la propuesta, sino que la Administración recoja el guante, ya que se trata de un servicio vinculado a las ayudas de la misma. Pero la idea parece que inicialmente puede encajar a la perfección dentro de las premisas ideológicas del actual Gobierno.
Aún está por conocer quién y cómo se articulará la gestión de esos vehículos, aunque todo apunta a que serían los especialistas, las actuales empresas de renting, quienes lo llevarían a cabo. Pero también se debe contar con otros actores como por ejemplo los suministradores de los vehículos, es decir, los fabricantes, para que el precio de esos vehículos pueda resultar asequible y se pueda generar y consolidar una fórmula interesante para el cliente final.
De todos ellos será necesario contar sus aportaciones y su visión del proyecto, ya que está todo tan en mantillas que casi ni siquiera ha sido consultado, y mucho menos de un modo oficial, con los agentes en juego. A qué tipo de cliente particular o profesional iría dirigido, bajo qué condiciones, qué tipo de prestaciones incluiría, quién y cómo lo financiaría... son aspectos absolutamente vírgenes en este momento y que deberán ir perfilándose sobre todo en base al esfuerzo que cada uno de los actores quiera o pueda aportar.
En cuanto al precio, por supuesto también es aún demasiado pronto para conocer cifras pero sí que se está especulando con cantidades que se situarían alrededor de los 250 euros al mes. Sería una cifra realmente muy asequible teniendo en cuenta que la cuota media actual se sitúa en unos 435 euros en España. En Francia, país desde el que surgió la idea, se quiere poner en marcha con una cuota de 100 euros -todavía no está totalmente definida-, pero su tipo de renting no es ni por asomo homologable al español, que ofrece unos servicios mucho más completos y, por tanto, lógicamente más gravosos.
Financiación y arraigo
AEDIVE ya había expuesto su interés por esta idea en algún foro en ocasiones anteriores de manera informal cuando surgió la idea en Francia. Pero fue el anuncio que hizo Pedro Sánchez durante el Debate del Estado de la Nación, sobre que “Estamos destinando cerca de mil millones de euros nuevos para que la gente pueda adquirir placas solares, bombas de calor y vehículos eléctricos”, lo que disparó la idea de que esta medida podría llevarse a cabo si es posible contar con financiación del Estado.
Desde luego en Francia ya ha sido confirmada por el Ejecutivo de Emmanuel Macron. Pero quizá España sea uno de los países donde pueda encontrar un mayor arraigo. Lo primero por la buena aceptación actual del renting en nuestro país, donde a pesar de no haber sido de las primeras zonas geográficas de su nacimiento, sí que viene desarrollándose de un modo constante. Y además cada día de una manera más capilarizada, ya que sus “caladeros” de clientes son más y más las personas físicas particulares y las empresas más pequeñas.
Hay que recordar que España es, por ejemplo, uno de los países en los que el coche compartido tiene una mayor aceptación, sirviendo siempre sus ciudades como laboratorio de pruebas para la mayoría de los test que sus compañías hacen en Europa, debido precisamente a esa buena acogida. También el concepto de coche en propiedad está cambiando. Y lo demuestra el que desde la pandemia el peso del renting dentro del mercado de vehículos que se situaba en un 20% en 2019 ha pasado a casi el 26% (25,95%) en este año, con crecimientos de un 3% de cuota en los dos últimos años
¿Impulso definitivo?
Lo cierto es que la idea en principio “suena” bien y parece que podría ser la clave para dar un impulso definitivo al coche eléctrico en nuestro país. Desde luego por el tema precio, pero también por la flexibilidad que aporta el renting de poder cancelar el contrato en ciertos plazos.
También elimina la “ansiedad de la inversión fallida” en una tecnología que a lo mejor no nos convence o no se adapta a nuestras necesidades. Un renting de eléctricos asequible podría ser el campo de pruebas ideal para que se extendiera el conocimiento de sus ventajas a una mayoría de usuarios que ahora ni los conoce ni se plantea poder tener acceso a este tipo de vehículos.
El beneficio alcanzaría a las empresas de renting, pero también a los fabricantes que verían incrementarse las ventas de estos modelos. Además les ayudaría a cumplir con los requerimientos comunitarios en cuanto a la media de emisiones de sus flotas para no tener que pagar multas a la Unión Europea. Y de ahí el beneficio se extendería a todo el entorno de la movilidad eléctrica, como los puntos de recarga, estaciones de servicio, talleres etc.
En Francia parece que la iniciativa se quiere arrancar lo antes posible, según declaraciones de su nueva ministra de Transición Energética, Agnes Pannier-Runacher. Y la intención en España es que -si es cierto que puede existir un apoyo financiero desde la Administración y si las partes se ponen de acuerdo- también se ponga en marcha lo antes posible. Fuentes conocedoras indican que quizá en septiembre podrían comenzar las verdaderas reuniones de trabajo, si es que finalmente la idea toma cuerpo en el sector.
Hay que tener en cuenta que tanto UGT-FICA como la patronal de los concesionarios FACONAUTO han solicitado en estos últimos días al Gobierno que se reúna la Mesa de la Automoción con urgencia. Ambos entes creen que es esencial para que se aborde “con eficacia la transformación del sector con la intervención de los representantes de los trabajadores y las patronales” por un lado y, que se busquen “soluciones que frenen el deterioro que está experimentando el sector, cuya competitividad se está poniendo en peligro”, por el otro.
Quizá este tipo de renting social podría ser una de esas soluciones que ayudasen a dinamizar un sector envuelto no solo en las circunstancias complicadas que estamos viviendo, sino también en regulaciones que se lo están poniendo cada día más complicado a todos los agentes del sector.