Los robots autónomos de entrega de paquetes de “última milla” comienzan su desarrollo en España


La DGT trabaja en su regulación y una posibilidad es que realicen parte de sus trayectos por los carriles bici
80 de estas máquinas de la empresa Goggo Networks se desplegarán en Zaragoza a partir de septiembre
Las ventas del comercio electrónico en el mundo ascendieron a 4,9 billones de euros en 2021, según datos que recoge una publicación del BBVA en la que también se afirma que esa cantidad ascenderá hasta los 7,4 billones en 2025. En ese proceso, el último trayecto y la finalización de la entrega también llamados “última milla”, son decisivos tanto para reducir el coste de los envíos como para gestionar el incremento de ventas de un modo organizado, haciéndolo además de un modo sostenible. Y en él tendrán un gran protagonismo los robots autónomos de reparto. Y aunque los primeros robots han nacido en los gigantes tecnológicos del momento, EE.UU. y China, España no está siendo ajena a esa tendencia.
Y como el mejor maestro es el ejemplo, daremos dos que acaban de suceder en nuestro país. El más reciente el de Goggo Network una empresa que lleva muchos años trabajando en este tipo de robots y que el pasado lunes 25 presentaba los primeros robots autónomos de reparto en Zaragoza. Se trata de la primera empresa que ha conseguido una licencia logística para este tipo de robots de distribución en España.
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Validar la seguridad de los robots y contar con la aceptación de los ciudadanos y también los aspectos técnicos y comerciales es por ahora la prioridad de Goggo, que pretende ir desplegando hasta 80 de estos robots en la capital aragonesa a lo largo de los próximos meses. Se trata de un proyecto con cuatro fases de las que la primera durará hasta septiembre, y durante las que se realizarán diversas pruebas piloto que demostrarán la seguridad y el correcto funcionamiento de los robots. También servirán estas simulaciones para demostrar y pulir el proceso de uso de los mismos, a la vez que servirá a Goggo Network para mejorar el mapeo del área inicial por la que se moverán.
Será a partir de dicho mes cuando el servicio en sí entrará en funcionamiento y los ciudadanos de Zaragoza y los negocios de la ciudad podrán comenzar a disfrutar del servicio. Según Goggo, los productos de los comercios locales serán entregados por diversas zonas de la ciudad según la demanda de los clientes.

Estos robots son una alternativa al reparto en furgonetas con las consiguientes paradas, aparcamientos en doble fila y emisiones en la ciudad. Los robots al ser 100% eléctricos no producen emisiones en el centro urbano y también suponen un sistema más asequible de reparto para los negocios locales en el aspecto económico.
Los robots se moverán de forma autónoma o teledirigida, según sea necesario. Goggo tendrá operadores humanos supervisando a los robots mientras se mueven de manera autónoma, además de gestionar sus operaciones. Y es que estos pequeños “robocoches” cuentan en su interior con la última tecnología tal como cámaras, sensores de ultrasonido, láser de luz (LiDAR) receptores de geolocalización etc que les permitirán no solo ubicarse, sino también visualizar su entorno en 360 grados y con una precisión muy elevada. Evidentemente todas esas herramientas necesitan unos procesadores que las dirijan y para ello contarán con algoritmos gestionados mediante inteligencia artificial, que le permitirán detectar todo tipo de obstáculos así como personas y animales a las que sortear continuar su camino o detenerse si avanzar no es posible.
Goggo creará un centro logístico en Zaragoza para realizar todas las tareas necesarias de control, gestión y mantenimiento de estos robots de reparto.
Ona, versión española
Pero la versión española de estos robots autónomos de entrega de paquetería se produjo antes, en concreto el pasado día 10 de junio. Entonces, el proyecto Logismile presentaba su robot autónomo Ona, que realizó sus primeros circuitos por la localidad catalana de Esplugues de Llobregat. En concreto recogió un paquete en un comercio del municipio para trasladarlo hasta el lugar en el que fue presentado.

El robot Ona de 100 kilos de peso se mueve con seis ruedas, lo que le permite poder subir peldaños gracias a contar con la suficiente versatilidad. Ona estará asistido por un segundo robot de mayor tamaño cuya función es la de ser una especie de almacén portátil que permita el trabajo de diversas Onas en un área determinada de la ciudad. Esta sincronización y servicio estará apoyado por una oficina logística a distancia, gestionada por operadores como en el caso de Goggo, para ayudar a la navegación a aquellas Onas que lo necesiten por quedar bloqueadas o por cualquier otro problema.
Es un proyecto liderado por el centro de movilidad eléctrica Carnet (Cooperative Automotive Research Network), formado por la Universidad Politécnica de Cataluña, VW Group Research y Seat con el liderazgo de CIT-UPC y está cofinanciado por el EIT Urban Mobility, contando además con apoyo del Área Metropolitana de Barcelona (AMB). Este proyecto está en una primera fase que comprende el análisis y estudio de la tecnología, la adaptación regulatoria y a las infraestructuras y la integración de este servicio de reparto autónomo dentro de la vida de la ciudad. Carnet tiene pensado el desarrollo de una app para ayudar en la definición de un modelo de negocio sostenible que ya está en proceso de concretarse.
Como demostradores, además de la primera prueba realizada en Esplugues, Ona realizará otras dos pruebas piloto en la localidad alemana de Hamburgo y en Debrecen (Hungría).
Despliegue ordenado
Desde luego la DGT tiene mucho que decir en este desarrollo y por eso está trabajando con empresas como Logismile o Goggo para que la implementación de estos servicios se realice de una manera ordenada y se minimicen los posibles problemas e inconvenientes que puedan surgir. De momento, parece que la instrucción aplicable que más se acerca por nivel de automatización es la V15.
Y uno de los detalles a definir es por dónde deberán y podrán circular estos robots. Pere Navarro tiene muy claro que los peatones exigen las aceras como suyas y, de momento, se han sacado con éxito tanto a las bicicletas como a los patinetes de las mismas. En la prueba piloto de Esplugues, Ona circuló por el encintado de una calle de sentido único para después subir a la acera y seguir circulando por la misma para poder finalizar la operación. Según responsables de Logismile, se valora la posibilidad de que estos pequeños robots de paquetería puedan circular por los carriles bici que están proliferando en todas las ciudades como base de una infraestructura de reparto en la ciudad.
Lo que está claro es que este servicio puede eliminar problemas del entorno urbano como los que mencionábamos de polución y ocupación del espacio urbano, pero además pueden significar un apoyo a la innovación y el desarrollo económico que no hay que despreciar.