Nuria Álvarez, de la Federación de talleres: “Con paciencia, salario y futuro laboral son atractivos”


“El cambio tecnológico del automóvil está siendo pausado y prevemos que lo siga siendo en la próxima década”
“Los talleres tienen terror a cómo vaya a evolucionar la economía en el último cuatrimestre”
“Las crisis llegan al taller de automoción con un cierto efecto retardado”. Es decir, la acusan más tarde que muchos sectores y también salen de ellas con posterioridad. Nos lo comenta Nuria Álvarez, directora de Relaciones Institucionales de Conepa, la federación de asociaciones de talleres en España. “Esto, que podría parecer una ventaja, es en realidad una malísima noticia: compromete su futuro”
Pregunta: Sus últimos datos publicados afirman que el nivel de empleo en su sector se mantiene estable, pero la mayoría de empresarios se quejan de una falta de personal ¿cómo se entiende esto?
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Respuesta: El empleo total está en el entorno de los 151.000 puestos de trabajo. Y sí, hay mucha falta de personal, pero con recorrido. Salen jóvenes desde la Formación Profesional, pero su formación no es del todo acorde a las necesidades actuales de un sector que se está tecnificando muy rápidamente. Debe ser reciclada y modernizada. Lo hemos hecho llegar al Ministerio y estamos en trato con ellos. Los talleres nos dicen que salen con poca práctica realizada. La Formación Dual, que implica que el estudiante pase buena parte de su tiempo de estudio en una empresa haciendo prácticas, pensamos que va a ser muy positiva. Así que hay una gran demanda de puestos de trabajo, pero no tanto para aprendices u oficiales de tercera. De lo que hay una gran demanda es de personal cualificado, profesionales con experiencia.

P: ¿Tienen cuantificada esa carencia de profesionales?
R: No, pero al hablar de los problemas del sector con todos nuestros asociados y empresarios siempre sale este tema como uno de los más preocupantes.
P: ¿Y por qué se da esto, cuando a priori se trata de un trabajo estable?
R: Y, además, en un sector muy vinculado al emprendimiento del propio negocio, aunque también abre muchos horizontes a los que quieren trabajar por cuenta ajena. Pero, por lo que sea y cuesta trabajo entenderlo, a pesar de la tecnificación de un sector ya muy relacionado con la conectividad, la electrificación etc, a esta generación tan tecnológica no les resulta sugestiva esta profesión. De hecho estamos trabajando en un estudio para encontrar lo que les puede suponer de interesante, porque no entendemos bien por qué sucede esto en un momento de cambios tan profundos.
P: ¿Puede tener algo que ver con la remuneración?
R: A priori, no. Hay salarios fijos y trabajos estables. Y para la gente con buena cualificación los sueldos son atractivos. Como hace falta esa mano cualificada, los talleres se van quitando esa mano de obra entre sí, lo que hace que suban los salarios. Es verdad que en los niveles iniciales o de comienzo, los salarios no son tan competitivos. Pero sin embargo, con un poco de paciencia hay su recompensa en el largo plazo tanto a nivel de salario como de futuro profesional. Y sobre todo si eres alguien que quiere aprender cosas nuevas y relacionadas con las nuevas tecnologías. Para estos trabajadores la media de los sueldos está muy bien.
P: Las ventas de los talleres de automoción han crecido un 7% en el primer semestre
R: Sí, han alcanzado una facturación de 6.330 millones de euros según nuestras estimaciones. Es una cifra que nos colocaría a niveles prepandemia. Siempre tenemos 2019 como referencia, ya que 2020 fue el de la Covid y 2020 de recuperación.
P: ¿La gente compra menos y mantiene más?
R: Sí, se está notando mucho la falta de vehículos nuevos en el mercado y la falta de seguridad sobre qué va a pasar con los automóviles en el futuro. Esto hace que se esté reparando más los vehículos, que se esté cuidando más el parque circulante. Esto hace que los talleres estén teniendo un año razonablemente bueno hasta ahora.
P: ¿Están ganando más también?
R: No, trabajan más, pero ganan menos. Ahí hay una paradoja, porque los recambios están subiendo y la mano de obra también. Esto ya ha elevado la factura media del taller en un 2,5%. Se está notando la inflación. Pero a los talleres les está costando subir ese márgen para mantener el negocio, porque ven que la coyuntura económica no es la más propicia para trasladar la subida a un consumidor que tiene más problemas que nunca. Solo uno de cada cuatro talleres ha ajustado en los últimos meses su precio/hora. Eso hace que la rentabilidad sea muy escasa o incluso se pierda. Calculamos que esa rentabilidad ha descendido un 20%.
P: Y qué les aconsejan...
R: Que hagan muy bien sus cuentas. Por supuesto aquilatar costes, analizar muy bien la relación de los costes y la mano de obra. Pero la electricidad sube, el gas para los que lo usan en las cabinas de pintura, los convenios colectivos van al alza... Se están resistiendo a subir sus facturas, pero esta resistencia puede terminar poniendo en peligro la existencia de muchas empresas.
P: ¿Qué ambiente se palpa entre los empresarios?
R: Tienen terror a cómo vaya a evolucionar la economía del país en el último cuatrimestre. Temen que después de un verano que por fin ha sido normal y que ha supuesto que muchas familias se hayan decidido a hacer un gasto y a pensar que “luego ya se verá”, y que ese “ya se verá” les pase factura a ellos. Además, en septiembre las familias se enfrentan a un montón de gastos. Y mucha gente, si ha hecho viajes, ya ha llevado el coche a revisar antes del verano.
P: ¿Cuentan con datos de las entradas en taller de los últimos meses?
R: No, pero septiembre siempre es un mes malo. Vamos a monitorizarlo mucho.
P: ¿Cuáles son sus expectativas?
R: El tema es qué va a pasar a partir de octubre y estamos muy expectantes. Nos da mucho miedo hacer previsiones y pensamos que van a tener mucho que ver con la economía general del país: los precios de la energía y la tendencia de las familias a tratar de ahorrar más y a ralentizar el gasto de cualquier cosa que no consideren prioritaria.
P: ¿Tiene esta situación un cierto paralelismo con la crisis de 2006?
R: En aquella ocasión, la bofetada les llegó con mucho retraso. Yo diría que con una demora de casi dos años. Y luego la recuperación fue también posterior. Los talleres aguantaron más. Y cuando las ventas de vehículos cayeron de manera terrible, los talleres siguieron teniendo trabajo. Precisamente por eso, porque las reparaciones del parque crecieron. Esto, que podría parecer una ventaja, es en realidad una malísima noticia para los talleres, ya que el coche que se compra nuevo es su futuro.
P: ¿Se puede repetir esa situación?
R: Nos da miedo hacer predicciones. Por ejemplo, la recuperación del taller una vez pasado el Covid ha sido bastante rápida. Pero es cierto que el taller está en un momento de cambios. Y es consciente de que tiene que invertir mucho en equipamiento y también mucho en formación de los trabajadores. Y un contexto de incertidumbre no le ayuda nada a hacer planes para acometer estas fuertes inversiones.
P: ¿Y en cuanto al cambio tecnológico?
R: Pues no cabe ninguna duda de que el taller tiene necesidad de modernizarse. Hay una parte positiva y es que ese cambio tecnológico en el automóvil está siendo bastante pausado. Y además prevemos que va a ser también bastante pausado durante toda la década. Y eso lo que tiene de bueno es que las inversiones no tienen que ser de hoy para mañana, sino que pueden ser a diez años vista. Esto las hace mucho más llevaderas, y con menos traumas. Pero hay que hacerlas, y dotar cada año un dinero para llevarlas a cabo si se quiere tener un taller con vocación de futuro. Aunque hay algunos profesionales que no quieren acometerlas porque se plantean aguantar hasta la jubilación.