Adiós de Amazon al robot de reparto; centra con 1.000 millones su inversión en movilidad eléctrica


Pretende alcanzar las 10.000 furgonetas y los 1.500 camiones pesados movidos por electricidad de aquí a 2025
Elimina los trabajos en su robot de reparto autónomo ciudadano llamado Scout y disuelve sus grupos de trabajo
Anuncia en cambio que algunos usuarios ya comenzarán a recibir paquetes mediante drones en EE.UU. a finales de año
Pies a tierra. Es lo que está sucediendo en el gigante del comercio electrónico tras la salida de Jeff Bezos como director ejecutivo de Amazon.com Inc. el pasado julio y la entrada de Andy Jassy en su lugar. El visionario que comenzó su negocio como una pequeña tienda online ha llevado ahora sus sueños al cielo, enfocándose hacia la carrera espacial con su actividad en Blue Origin.
Pero Bezos ha dejado el destino de la distribuidora en manos de un ejecutivo que se está mostrando como un auténtico “finalizador”, en el mejor sentido de negocios de la palabra. Algo que no parecía muy difícil de intuir sabiendo que Jassy era en 2021 la segunda persona más rica del planeta según la lista Forbes, con un patrimonio de 177.000 millones de euros.
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Fijado el marco general, la tendencia de Amazon a lo largo de los años ha sido ir deshaciendo actividades poco satisfactorias a nivel de ingresos. Por ejemplo, su intento de entrar en la venta de teléfonos móviles (en 2014), la cámara y aplicación de estilismo de ropa “Echo Look” que te mostraba vestido con diversos catálogos (en 2017) o la creación de un escáner del hogar para el control y petición de compra de alimentos (junio 2021, casi a la par de la llegada de Jassy).
Drones, sí
También parecían haber pasado a mejor vida sus iniciativas en el negocio de reparto mediante drones tras conocerse rondas de despidos entre los integrantes de los equipos de Prime Air, así como otras dificultades de diversa índole.
Pero la compañía publicó una información en agosto pasado con un video explicativo de sus últimas actividades afirmando que “a finales de este año, usuarios de Lockeford en California y College Station en Texas estarían entre los primeros en recibir entregas realizadas mediante drones” de su compañía. Una información que “resucitaba” a Prime Air, que lleva en marcha desde 2013 y cuya meta es “el desarrollo de drones totalmente eléctricos que entreguen paquetes de menos de 2,25 kilos a los clientes en menos de una hora”. En esa publicación es posible ver a un dron en pruebas volante con un paquete y soltándolo desde una altura considerable.

Menos suerte
En cambio, Scout, su robot de entregas y reparto en cercanía parece que no tendrá tanta suerte. Los trabajos en su creación se han parado después de tres años de actividad, según han informado diversas fuentes, entre ellas Bloomberg. En este caso también se están disolviendo los equipos de trabajo compuestos por unos 400 componentes, según informó la portavoz de la compañía, Alisa Carroll. “Durante nuestros test de campo, trabajamos para hacer de Scout una experiencia de reparto única. Sin embargo, hemos aprendido a través de los comentarios de los clientes que había aspectos del programa que no satisfacían sus necesidades. Por ello, estamos finalizando estas pruebas y reorientando el programa”.
Desde el mundo logístico tradicional, esto se ha interpretado como un rechazo del usuario a un tipo de entrega que no convence. Mientras, desde Amazon se ha indicado que un grupo de trabajadores seguirá considerando la idea de un robot autónomo.
Diversos proyectos similares se están desarrollando en España, como ya informamos hace varias semanas.

1.000 millones
Y coincidente en el tiempo con el abandono de los robots de reparto, Amazon hace público un ambicioso plan de electrificación de su flota de transporte en nuestro continente. Con la intención de alcanzar las 10.000 furgonetas eléctricas en 2025, la compañía ha anunciado una inversión de 1.000 millones de euros en Europa durante los próximos cinco años. Pero no solo eso, ya que pretende alcanzar los 1.500 camiones pesados eléctricos -conocidos como eHGV- en ese mismo horizonte temporal.
Amazon ya tiene unas 3.000 furgonetas eléctricas entregando paquetes en el Viejo Continente. También dispone de cinco camiones pesados movidos por electricidad, estos últimos en el Reino Unido y prevé poner 20 más en circulación en Alemania antes del fin de 2022.
Pero en la movilidad eléctrica la red de recarga es casi igual de importante que tener los vehículos, tal y como se está poniendo de manifiesto a nivel mundial. Por eso esta inversión pretende “impulsar la innovación en toda la industria, y fomentar una mayor infraestructura pública de recarga de vehículos eléctricos, ayudando a la industria del transporte a reducir las emisiones más rápidamente”.

Carga en 2 horas
Por eso, y para poder mover sus camiones eléctricos, Amazon va a construir cientos de cargadores rápidos “especializados” en sus instalaciones europeas, lo que le permitirá cargar los vehículos “en aproximadamente dos horas”. Es un ambicioso dato el del tiempo de recarga, ya que supone que deben ser cargadores de carga ultrarrápida de al menos más de 250 kW. Los coches eléctricos más avanzados cuyos sistemas eléctricos soportan cargas con esta potencia, suelen realizar el 80% de la carga total de la batería en unos 20 minutos.
Jassy, el director general de la compañía, tiene clara esta inversión. “Nuestra red de transporte es una de las áreas que plantea mayores desafíos a la hora de descarbonizar nuestra actividad. Para alcanzar las cero emisiones netas de carbono, se requerirá una inversión sustancial y sostenida. La implementación de miles de furgonetas eléctricas, camiones de larga distancia y bicicletas nos ayudará a alejarnos aún más de los combustibles fósiles tradicionales y, con suerte, alentará a las industrias automotriz y de transporte en Europa y en todo el mundo a seguir escalando e innovando, ya que tendremos que trabajar juntos para alcanzar nuestros objetivos climáticos”.
La compañía acaba de superar los 1,5 GW de capacidad renovable en España con el anuncio hace pocas semanas de dos nuevos proyectos en nuestro país: un nuevo parque eólico en Aragón, de 36,96 MW de capacidad, y una granja solar en Castilla y León, de 28,6 MW. Con ellos, ya cuenta con dieciséis proyectos de este tipo, trece granjas solares y tres parques eólicos, que cuando estén plenamente operativos generarán energía por el equivalente al consumo de 850.000 hogares españoles.