Europa fija puntos de carga eléctrica obligatorios cada 60 km para 2026 e hidrogeneras cada 100 km


Se trata de objetivos vinculantes, es decir, controlados y que los Estados no pueden eludir a menos que no quieran ser sancionados
Las estaciones de hidrógeno han visto reducidos los kilómetros mínimos de 150 a 100 y también las fechas, de 2031 a 2028
Cómo planificar un viaje con un coche eléctrico
No habrá coche eléctrico mientras no haya red de recarga. Es un axioma evidente que Elon Musk mostró a los Estados cuando lanzó el 24 de septiembre de 2022 su red de supercargadores con las primeras seis estaciones.
Diez años más tarde, el pasado 3 de octubre en España acaba de arrancar una subcomisión del Congreso de los diputados para el despliegue e instalación de estas infraestructuras de recarga eléctrica y de hidrógeno. “Somos lentos”, decía hace muy poco Ramón Calderón de Seat/Cupra en un evento sobre tecnologías de movilidad de la Fundación Repsol. Esta subcomisión iniciará sus pasos escuchando las aportaciones de 45 entidades para identificar los principales cuellos de botella industriales y legislativos que están dificultando el desarrollo de la red de cargadores de electricidad y de hidrógeno.
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Nosotros les vamos adelantando alguna: las barreras administrativas, que tienen paralizados muchos proyectos y tal como no se han cansado de advertir tanto las asociaciones de la automoción como los fabricantes, las energéticas o los inversores.
Carga cada 60 km
Pero en Europa nos han fijado las metas esta misma semana: obligatoriedad de puntos de recarga eléctricos cada 60 kilómetros y de repostaje de hidrógeno cada 100 kilómetros en 2026 y 2028. El plazo de los estados para presentar sus programas para cumplir con esa fecha de cumplimiento es de dos años, pues se ha fijado para 2024. Esta directiva de objetivos vinculantes de los puntos eléctricos se extiende a los autobuses y camiones (sus estaciones son mucho más potentes), aunque para el transporte profesional se centran en la red transeuropea de transporte (RTE-T), que en España se limita a las principales autovías y autopistas.
Por otro lado, la normativa también cuenta con una serie de excepciones, como por ejemplo las regiones denominadas ultraperiféricas, entre las que se encuentran las islas y carreteras de cualquier tipo pero que soporten muy poco tráfico. Unas excepciones que han levantado cierta polémica porque pueden suponer la creación de “territorios de primera y de segunda” según comentó la eurodiputada de Ciudadanos Susana Solís.
ACEA, la patronal europea de fabricantes ha adelantado que estos objetivos vinculantes europeos “deberán complementarse con iniciativas en el sector privado al proporcionar solamente una red mínima de infraestructuras”. Esta patronal ha sido más optimista sobre la nueva meta de hidrogeneras cada 100 km, que reduce la distancia de 150 kilómetros previamente propuesta por la Comisión Europea. La fecha vinculante para el desarrollo de las hidrogeneras también se ha adelantado a 2028 en lugar de la anterior propuesta para 2031.
Pero la Eurocámara también ha indicado cómo debe ser el proceso de recarga, fijando que en esas estaciones los puntos de recarga deben ser accesibles a todas las marcas y, muy importante, el pago se debe poder realizar de una manera sencilla. Esto se ha convertido en una de las mayores pesadillas de los usuarios de eléctricos debido al numeroso número de aplicaciones necesarias y las dificultades de pago mediante tarjeta bancaria. También estipula que los precios deben ser fácilmente comparables y el acceso a la información, sencilla.
Los eurodiputados pretenden que los principales datos de estas infraestructuras se hagan públicos a cinco años vista en 2027, para que los usuarios europeos ya puedan conocer su ubicación y los tiempos de espera para planificar sus viajes.

Cómo estamos
El mejor indicador que tenemos en España es el Barómetro de la Electromovilidad de ANFAC, que estudia la implantación de estas motorizaciones, así como la de la infraestructura de recarga en nuestro país. El último informe publicado es de hace unas semanas y ofrece datos del segundo trimestre del año. En ese periodo la red ha sumado 1.5298 nuevos puntos, alcanzando un total de 15.772. Es un crecimiento que está por encima del obtenido en los trimestres anteriores, pero lejos de lo planificado.
Y es que este avance hay que ponerlo en relación con los objetivos fijados por el Plan Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) fijado por el Gobierno. Este fijaba 45.000 puntos para 2022 y de momento solo se han cubierto un 7,5% de lo ambicionado. También señalaba la necesidad de contar con 110.000 puntos de recarga en 2025 y 340.000 para 2030 y de ellos se ha cubierto el 2,4% y 0,7% respectivamente).

Otro de los principales aspectos negativos es que solo el 17% de ellos son de carga rápida, es decir con potencia superior a los 22 kW, lo que supone que necesitan mucho tiempo para completar una carga. Muchos de estos puntos no han surgido por ser una nueva instalación, sino por tratarse de una apertura al público de puntos que anteriormente tenían un acceso restringido.