A prueba: Peugeot 408, la “berlina” que busca anticiparse al decaimiento de los todocamino

Se asuma a un futuro de coches multipropósito sobreelevados y estéticamente llamativos para familias de pocos miembros
La altura al suelo de 18,8 cm y las protecciones laterales son heredadas de los todocamino pero carece de las típicas barras de techo
La pronunciada caída de su techo no supone que los pasajeros traseros no tengan suficiente espacio para la cabeza
El coche de la siguiente ola se llama Peugeot 408. Una ola que quiere anticiparse al cansancio que más tarde o más temprano producirá en el comprador la proliferación hasta el infinito de la carrocería tipo todocamino. Quieren estar dispuestos para cuando llegue la caída de sus ventas tener dispuesta la vuelta de una carrocería tipo berlina, pero muy actualizada. El nuevo enfoque está basado en la berlina tradicional, pero sobreelevando la carrocería y dotándola de mayor presencia sobre el asfalto y de una llamativa estética. La marca francesa quiere estar preparada para cubrir todas las posibles aspiraciones del cliente.
Así que han preparado el futuro creándolo ya en el presente con la intención de anticiparse a un hartazgo de los denominados SUV's, que por otra parte parece que no termina nunca de llegar. Y se asoman a un futuro de coches multipropósito sobreelevados -pero controlando las dimensiones para reducir la resistencia al viento y los consumos- y estéticamente llamativos dedicados a familias de pocos miembros.
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Y a pesar de todo, esta berlina del cuarto de siglo XXI hereda ciertas características típicas de los todocamino. Se dota de una atrevida estética llena de detalles robustos, como las llamativas defensas inferiores de la carrocería, que tienen continuidad en unos grandes pasos de rueda y de unas llantas de 19 o 20 pulgadas. Aún más clara es su altura al suelo poco común entre las berlinas (18,8 centímetros). Sin embargo, Peugeot ha dejado de lado las sempiternas barras de techo de los todocamino.

Cómo es
Peugeot puso a nuestra disposición la versión híbrida enchufable más potente y mejor equipada de 225 caballos, el 408 PHEV 225 GT. Vamos a ser someros en su descripción puesto que ya contamos diversos detalles del modelo en el artículo de su “preestreno”.
- Cuenta con un motor a gasolina de 179 CV y otro eléctrico de 110 CV que reúnen una potencia total de 225 CV (no se suman las potencias) y un par motor máximo de 360 Nm. Con ellos alcanza los 233 km/h de velocidad máxima y una aceleración 0-100 km/h en 7,8 segundos.
- La autonomía eléctrica es de 64 kilómetros homologada en ciclo WLTP, aunque es estimativa, ya que depende de innumerables circunstancias como la climatología, el tipo de conducción, el tipo de vía, etc.
- Su consumo combinado oficial es de 1,2 litros a los cien km, aunque esto incluye los 64 km en eléctrico sin consumo de combustible, por lo que resulta poco indicativo. Como todos los enchufables cuenta con la etiqueta Cero Emisiones de la DGT.
- Sus medidas son: 4,68 metros de largo; 1,84 m de ancho y 1,47 m de alto. Su distancia entre ejes es muy grande, de 2,79 m. Pesa 1.780 kilos.
- Su maletero alcanza los 470 litros de capacidad, aunque con una fila de asientos llega a los 1.545 litros.
- La tracción es a las ruedas delanteras y su cambio -en toda la gama 408- es solo automático de 8 velocidades e-EAT8. Su suspensión delantera es de tipo McPherson y la trasera de paralelogramo deformable, con barras estabilizadoras en ambos ejes. Sus frenos son de discos ventilados delante y disco detrás.

Cómo va
Y lo primero es especificar que pese a su llamativa estética se trata de un coche cómodo, para hacer viajes largos. Para empezar sus asientos cuentan con la certificación AGR, otorgada por una asociación alemana independiente de expertos en ergonomía y salud de la espalda. La ergonomía de los asientos delanteros es excelente aportando una especial sensación de agrado. No los “sientes” en ninguna circunstancia, de forma que aunque da gusto ir ahí recogido de alguna manera es como si no fueras apoyado. Se trata de unos de los mejores asientos del mercado sin ninguna duda y, si ustedes son especialmente sensibles a esto, deberían probarlos.
Al coche no le falta potencia. Con 225 caballos totales, cuenta con empuje sobrado para solventar cualquier circunstancia de la conducción. Pero esta berlina alta no es un deportivo, aunque aporta amplias posibilidades de diversión. Su chasis no está pensado para tratar de serlo, sino para conseguir un compromiso difícil de alcanzar entre la comodidad de marcha para sus ocupantes y un buen dinamismo en carreteras viradas. Y en un enfrentamiento entre ambos siempre ganaría la comodidad.
Sin embargo, se trata de un coche muy noble, que no da sorpresas desagradables. Se mantiene muy bien en carreteras de curvas, a pesar de un leve balanceo que no termina de concretarse en algo más y que es inferior, por ejemplo, al de su hermano todocamino, el 3008. El 408 controla mejor las inercias aunque dejan indicios de su existencia debido a sus suspensiones algo blandas.

Su agilidad en cambio es clara a pesar de sus dimensiones. Y uno de sus grandes “hacedores” es la dirección, apoyada por un volante pequeño, pero muy eficaz y amigable que se muestra como uno de los mejores amigos del conductor en esta tarea. Pequeño y con la dureza justa para no ser ni liviano ni pesado a la hora de maniobrar, ofrece unas sensaciones mejores que otras direcciones electrónicas.
Algo menos nos convenció su cambio de ocho velocidades. Ligeramente lento, lo mejor es dejarlo ejercer en automático porque en cualquier caso y a pesar de las levas del volante, que te ayudan a mejorar algo la conducción en carreteras de curvas, siempre mantiene las revoluciones del motor en un rango cómodo para él mismo, impidiendo que “sufra” y que pueda provocar que se disparen los consumos. Vamos, que aunque reduzcas un par de marchas, el coche las va a volver a subir en cuanto que “comprenda” que tiene margen, “desobedeciendo” los deseos del conductor.
Los frenos son adecuados. Además cuenta con un botón “B” al lado de la palanca del cambio automático que permite que se incremente la regeneración de la frenada lo que favorece mucho la conducción en un “símil pedal único”. Es una de las maneras que el modelo tiene para estirar su autonomía de 64 kilómetros en modo eléctrico, sobre todo en recorridos urbanos.

Una autonomía que depende de su batería de 12,4 kWh. Esta hace tándem con un cargador embarcado de 3,7 kW que llega de serie y que completa una carga en unas 7,5 horas en un enchufe doméstico normal. Si este cargador se puede enchufar a una toma reforzada de 16 amperios, entonces la carga se realiza en unas tres horas y 50 minutos. Por eso es preferible adquirir (en opción) un cargador embarcado monofase de 7,4 kW, que en un cargador de pared de 32 amperios puede completar una carga en una hora y 55 minutos.
En cuanto a la autonomía, en ciclo mixto (arranque eléctrico y modo híbrido) hicimos 5,9 l/100 km durante 90 km en una conducción normal, mezclando autopista y carretera, sin apenas ciudad. Esto es bueno, ya que el sistema eléctrico puede dar un mejor juego en la ciudad. En los siguientes 90 km, ya solo en modo térmico y sin batería, el consumo se elevó hasta los 7,9 litros a los cien, algo normal debido al peso extra de los dos sistemas de tracción.
Otra de las grandes virtudes del vehículo es su espacio para piernas. Su enorme distancia entre ejes le permite ofrecer una amplitud envidiable entre las rodillas de los ocupantes traseros y los asientos delanteros. Esto tiene su contrapartida en la altura al techo. La pronunciada caída del mismo no supone que los pasajeros traseros no tengan suficiente espacio para la cabeza. Con mi 1,82 metros de altura, me quedaban entre dos y tres dedos hasta el mismo, sin llegar a comprometer el peinado. En cuanto a los materiales del habitáculo tienen una buena calidad percibida, con un símil piel ligeramente acolchado y pespunteado en color, que le dota de modernidad.

¿Interesa?
En el configurador de Peugeot este modelo tope de gama se ofrece desde 46.900 €. Pero existe una versión térmica con motor a gasolina y 130 CV por 34.850 €. También hay un enchufable de mejor potencia que el probado, con 180 CV, que en su versión más básica sale desde 42.850 €.
Peugeot ya ha adelantado que habrá una versión eléctrica (casi con toda seguridad en 2024). Y aunque no están anunciadas, sería muy normal que la marca del león terminase ofreciendo también motorizaciones híbridas ligeras e híbridas completas, dada la estrategia de la marca de cubrir todas las posibles necesidades de sus clientes.
Por tanto, agradable, sencillo de conducir, muy tecnológico, cómodo y familiar. Es la receta perfecta para una berlina que además suma las virtudes de poder realizar la mayoría de los traslados sin consumo de combustible ni emisiones y que aporta una etiqueta cero cada día más necesaria para los clientes urbanitas.