¿Para qué fabricar un automóvil si se puede "colonizar" los que otros fabrican?: los casos de Apple y Google


Los de Cupertino retrasan su coche hasta 2026 y rebajan las expectativas a un coche autónomo pero con volante y pedales
Y los coches “de” Google ya se venden: son de Polestar y de Renault, porque montan su sistema operativo
El coche definido por software va a hacer innecesario que fabriquen sus propios automóviles, les bastará con que incluyan sus comandos
Apple acaba de anunciar a nivel mundial a través de Bloomberg que retrasa la presentación de su coche, esperado para 2025, hasta 2026. Pero quizá es más importante el bajón de expectativas del denominado Proyecto Titán: no será el modelo hiper futurista que muchos esperaban. Ahora se anuncia con volante y pedales y una conducción autónoma limitada a las autopistas. Adiós a la autonomía total o de nivel 5. Es decir, un coche más, como habrá otros en 2026. ¿Reflejo en sus acciones? Caída del 2,4% en su valor tras el anuncio.
Menos mal que al menos en paralelo se anuncia una bajada en su precio, desde los 120.000 dólares inicialmente estimados a los 100.000 dólares que ahora se apuntan (unos 95.250 euros al cambio actual).
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Parece que Apple cuenta con unas 1.000 personas trabajando en el proyecto. Algunos, son renombrados directivos o exdirectivos fichados desde Ford, Uber, Canoo o Lamborghini. Pero sin embargo, parece que su director ejecutivo, Tim Cook, no termina de verlo claro, según informaron diversos medios norteamericanos, entre ellos The Information. Parece que Cook visita en muy raras ocasiones las instalaciones del proyecto para contrastar sus avances. Además, otro de los ejecutivos más importantes de la compañía, Craig Federighi responsable de software, tampoco las tiene todas consigo.

Un pasito p´alante...
Desde que comenzaron las primeras especulaciones del desembarco de tecnológicas como Apple, Google e incluso Amazon en la industria de la automoción, ha flotado una duda de forma insistente: ¿fabricar su propio coche o comprar un fabricante ya establecido sin tener que partir desde cero?. ¡No será por dinero! que diría un castizo.
Pero lo cierto es que si partir desde cero tiene ventajas de diseño y producción, quizá incluso económicas, también supone una ingente cantidad de nuevos problemas a resolver para ejecutivos no acostumbrados a lidiar con la producción física ni siquiera de sus propios productos. Recordemos que la fabricación de los iPhone y otros productos de la manzana la realiza la taiwanesa Foxconn entre otros ensambladores. Y ya no es solo la producción, sino la implantación en los mercados, las redes de distribución, el control de la logística y de la producción, los talleres y servicios postventa... Muchos detalles, mucha inversión y, realmente, mucho trabajo y problemas que los fabricantes tradicionales ya tienen amortizados y que les sirven como eficaz barrera de entrada ante potenciales nuevos “jugadores” en el tablero.
A su favor, el músculo financiero y su imagen y poder de influencia, con los que serían difíciles de parar. Y, por supuesto, sus conocimientos de las nuevas tecnologías. Pero quizá sea la tecnología la que les ha puesto delante de sus ojos la verdadera gran pregunta: ¿realmente necesitamos fabricar los coches? ¿No será mucho más sencillo “colonizarlos”?

De la brújula a Google Cloud
Google empezó con su sistema Android Auto a ofrecer un sistema de conexión con los móviles de los conductores, de forma que podíamos acceder a nuestra música, nuestras llamadas, nuestros mensajes a través del sistema del automóvil. La navegación, que hoy día se ha vuelto un imprescindible, era otra de sus grandes bazas, aunque muchos coches la ofrecían aparte, cobrando por los mapas y/o las actualizaciones. Google Maps se ha convertido en la brújula de una enorme cantidad de conductores a nivel mundial.
Pero todo eso hoy día ya ha quedado casi “barrido” por los tiempos. Porque casi ningún coche nuevo se fabrica en “Occidente” sin que tenga preinstalada la conectividad con Android Auto o Apple CarPlay. Polestar -la “hermana eléctrica” de Volvo- fue de las primeras marcas en implantar directamente su sistema en sus modelos, seguida de Volvo, Renault, o Ford para 2023. BMW también ha anunciado que el sistema operativo Android Automotive OS estará instalado en diversos modelos en 2023. Google ya ha conquistado uno de los centros neurálgicos del automóvil: el sistema de infoentretenimiento. Y no se ha quedado aquí, pues está introduciéndose en otras áreas gracias a sus soluciones de almacenamiento en la nube denominadas Google Cloud. Una de las últimas noticias indica que Subaru está sirviéndose de la Inteligencia Artificial de Google para acelerar el desarrollo de los procesos de las ayudas a la conducción (ADAS) que montará en sus próximos modelos (Toyota posee el 20% de Subaru).

Y paso más allá
Pero la colaboración entre Renault y Google ha ido un paso más allá. Se han asociado para desarrollar el sistema operativo de los coches de la marca del rombo. El reciente, “español” y ya deseado Renault Austral es el primer modelo que lo integra (se hace en Palencia).
Pero Renault no es el único, ya que el Grupo Stellantis está desarrollando algo similar con Amazon y BMW, ambos fabricantes implicados en lo que se ha convertido en un complejo “juego de ordenador”.
En el caso de Apple, ha desarrollado también un sistema informático vinculado a un sistema de sensores cuyo nombre en código interno es “Denali”. Denali incluye un procesador de gama alta con una potencia informática equivalente a cuatro de los mejores chips Mac actualmente disponibles en las computadoras minoristas de la empresa. Y según se informa, este sistema definido por software estaría vinculado a un procesamiento mediante inteligencia artificial basado en la nube. Además los de la manzana la compañía estarían considerando un servicio de seguros, así como un servicio de comando remoto que podría tomar el control del vehículo utilizando sus cámaras y sensores, especialmente en caso de emergencia. Es una solución en absoluto nueva y que ya está siendo desarrollada a la par que los más complejos sistemas de los coches autónomos, por ejemplo en Waymo, la subsidiaria de Google.
También es igualmente evidente que Google está muy interesado en la propia fabricación. Lo que ha hecho con Renault va un paso más allá del automóvil, centrándose en todo el sistema de producción. En colaboración ambas empresas han creado un metaverso digital desde el que es mucho más rápido, sencillo y eficaz controlar todos los procesos de producción del automóvil. Se trata de una simulación digital completa de todo el sistema de producción y fabricación, que parte incluso del mismo diseño, con el que poder realizar infinitas simulaciones de un modo muchísimo más barato, rápido y efectivo que jugar a la prueba y error en la realidad física.
Control colaborativo
En la industria de la automoción están convencidos que en un mundo tan complejo, nadie va a poder sobrevivir solo, que es necesario sumar las capacidades de varios actores para poder sobrevivir ofreciendo los sofisticados productos que el mercado y la feroz competencia entre marcas van imponiendo. Un camino que va haciendo que las asociaciones se hagan cada vez más estrechas y sea también más difícil saber quién está detrás de cada modelo. ¿Saldrá entonces adelante el Proyecto Titán? ¿O, zapatero a tus zapatos, Apple se volcará en el desarrollo del control digital del conjunto de la industria como parece estar haciendo Google? Posiblemente ni el mismo Tim Cook tenga hoy en día la respuesta.