El pasaporte de baterías que exigirá la UE hará de barrera ante coches hechos de modo no sostenible


Se exigirá a los productores que certifiquen el origen de las materias primas de sus baterías y lo documenten en un pasaporte electrónico
Los competidores foráneos se quedarán sin ventajas de precio resultante de los menores costes de la producción no ecológica
La nueva norma incluiría el tratamiento de los residuos para la recuperación de materia prima y el fomento de la economía circular
El pasado 9 de diciembre, el Parlamento y el Consejo Europeos alcanzaron un acuerdo provisional para revisar las normas de la UE sobre las baterías que se venden en nuestro territorio.
Es una ley que pretende normalizar el consumo de todo tipo de baterías y pilas para muy diferentes usos. Pero son normas que inciden de modo especial en las baterías dedicadas a la movilidad, desde las de los coches a las de las motos, bicis, patinetes etc.
MÁS
Se trata de una norma esencial dado el nivel de electrificación que se va a exigir a la movilidad y a la sociedad. Y su principal característica es una que no se menciona en los documentos oficiales: va a servir como “barrera de contención” ante productos fabricados bajo condiciones de dudosa sostenibilidad, léase básicamente a los productos asiáticos.
- Son normas que no agreden a la libre competencia ni los tratados internacionales de libre comercio, sino que fijan de manera justa el mismo rasero para todos los productores y productos que se vendan en el interior de nuestras fronteras.
- Con el “pasaporte para baterías” que exigirá la UE, se certifica que se cumplen las exigencias de sostenibilidad de la electrificación que todos deseamos.
- Los competidores extranjeros dejarán de tener ventaja en precio debido a los menores costes que la producción no ecológica les permite, garantizando una competencia más leal en el mercado.
- La ley pretende atraer inversiones, alentar a que los productos se fabriquen aquí.
- El acuerdo inicial estipula que “las normas acordadas abarcarán todo el ciclo de vida de las baterías, desde su diseño hasta el final de su vida útil”, es decir, que incluye el tratamiento de los residuos para fomentar la economía circular.
Recuperación obligatoria
La Unión Europea tiene claro que las baterías han pasado a ser un elemento clave hacia un transporte de cero emisiones. Además, la demanda de baterías se multiplicará por más de diez de aquí a 2030, según los datos que maneja la propia Comisión Europea.

Las materias primas de las mismas son uno de los grandes obstáculos de los fabricantes aquí establecidos. Por tanto, en cuanto a los residuos de baterías de medios de transporte (hay otros para el resto) se fija un objetivo de recogida del 51% para finales de 2028 y del 61% para finales de 2031.
Como ejemplo, los legisladores han acordado fijar la meta de recuperación del litio en el 50% para 2027 y del 80% para 2031, porcentajes que podrán ser modificados en función de la evolución del mercado y la tecnología y la disponibilidad del litio. Pero se fijan unos mínimos obligatorios de reciclaje que son: cobalto: 16%, plomo: 85%, litio: 6% y níquel: 6%.
El pasaporte
Y será obligatorio que las baterías tengan una documentación sobre el contenido reciclado, es decir, información, etiquetado, un código QR y además un “pasaporte de pilas” electrónico, del que la UE no ha ofrecido de momento más datos.
Sí se especifica sin embargo que los requisitos de etiquetado comenzarán a aplicarse tres años después de la entrada en vigor del Reglamento (36 meses), que serán tres años y medio en el caso del código QR (42 meses).
Pero esa información debe tener trazabilidad y ser transparente. Por eso el acuerdo provisional establece unas normas estrictas de diligencia debida para los operadores, que deben verificar el origen de las materias primas utilizadas para las pilas comercializadas. El acuerdo prevé una exención para las PYME de dichas normas de diligencia debida.

Otras fechas son las que maneja el grupo de influencia Transport&Environment “A partir de 2024, los fabricantes que vendan en la UE deberán informar sobre la huella de carbono del producto (desde la extracción hasta el reciclado, pasando por la producción). A partir de 2027, estos datos servirán para establecer límites de CO2 para las pilas”. Normalmente suelen estar bien informados ya que trabajan muy en contacto con la Comisión Europea en este tipo de iniciativas, pero su información no es en absoluto oficial, al contrario del resto de datos que aquí ofrecemos que sí están obtenidos de documentos del propio Parlamento Europeo.
Siguiente paso
Este acuerdo provisional alcanzado entre la Presidencia del Consejo y los negociadores del Parlamento Europeo debe ahora ser refrendado y adoptado formalmente por ambas instituciones. Si definitivamente es aprobado, sustituirá a la actual directiva sobre baterías de 2006. También completará la legislación vigente, sobre todo en materia de gestión de residuos.
Consideraciones
Por supuesto, la noticia ha generado como siempre alegría, esperanza y dudas entre los afectados.
- No era posible limitarse a hacer la vista gorda sobre el modo de fabricación de las baterías por parte de los mismos que, en base a criterios medioambientales, están acelerando la electrificación del transporte.
- Hacer equitativo el proceso de producción supone un alivio para los productores y fabricantes europeos que quizá puedan sentirse más protegidos.
- Por otro lado, las nuevas obligaciones burocráticas -pasaporte, etiquetado, código QR...- seguro que incidirán en un incremento de gastos para todos, también para los “locales”.
- Ya se han comenzado a discutir los márgenes temporales. La cadena de valor y la producción de baterías son ampliamente dominadas por China. El único partido en el poder ya ha centrado su foco en las necesidades del cambio climático. Si se dan tres años de margen tras la entrada en vigor de la ley (después de su aprobación) China tendrá margen suficiente para poder cumplir. Pero los productores europeos también necesitan un tiempo de adaptación.

- Esta ley puede tener implicaciones en muchos países, tanto en los productores de materias primas como en los que realizan su procesamiento y transformación. Incluso podría terminar siendo una referencia internacional.
- Indiscutiblemente tiene un gran potencial de creación de industrias y empleo a lo largo de la cadena de valor y muy específicamente en las áreas relacionadas con el reciclaje y la economía circular.
- Es muy posible que sean necesarios acuerdos de cooperación entre países, similares al que la UE y Chile firmaron la semana pasada para muchos aspectos, entre ellos, el litio.