Expuestos y vandalizados, los puntos de recarga para eléctricos han de ser protegidos y mantenidos


A una red poco densa se añaden la vandalización y los robos para generar más incertidumbre entre los usuarios de eléctricos
Los operadores de recarga tienen la obligación de ejercer el mantenimiento de los puntos, según el Real Decreto 184/2022
Mangueras retráctiles con bloqueo, sensores anticorte, cámaras de vigilancia, puntos sobreelevados... posibles soluciones
La red de recarga para vehículos eléctricos de España no es precisamente densa. A 31 de septiembre del año pasado había en España 16.565 puntos de recarga censados por el Barómetro de la Electromovilidad de Anfac, la patronal de fabricantes de automoción. Es el registro más fiable que existe en la actualidad, dado que el Punto de Acceso Nacional que tendría que haber estado ya operativo desde mayo de 2022, sigue sin activarse, a pesar de estar previsto en la Ley de Cambio Climático y Transición Energética.
Y además Anfac avisaba en su publicación que “si bien los puntos de recarga de acceso público totales han aumentado, hay un número significativo de puntos que, por no funcionamiento o por no ser de acceso público, se han suprimido en la actualización de este informe”. Pero disponer de la información precisa, tal y como prevé la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, con la puesta en marcha del Punto de Acceso Nacional que tendría que haber estado ya operativo desde mayo de 2022, sigue sin ser posible.
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El caso es que los usuarios continúan sin poder conocer con exactitud las características y estado de los puntos de recarga del país. Han de recurrir a aplicaciones privadas para planificar sus viajes. Además el 81% de esos puntos tienen potencias de hasta 22 kW, correspondientes a cargas excesivamente lentas.
Vándalos y cobre, mal cóctel
A todos esos problemas hay que sumar los vándalos. Los hay que simplemente les encanta dañar sin motivo cualquier cosa que encuentren a su alcance. Pero como hablamos de coches aquí señalaremos a los de la “L” de ladrones. Y es que, claro, dejar mazos de cable con varios metros de cobre en lugares públicos, expuestos y casi sin vigilancia es como poner la miel a la puerta de la cueva del oso.
El cobre se cotiza ahora mismo en los mercados internacionales a 8,99 euros el kilo. Y según, la web compraoro.org el precio de cobre en chatarra estaba el pasado diciembre en entre 3,85 y 10,87 euros el kilo.
Y mientras el cobre se siga comprando limpio, será imposible controlar la procedencia del mismo. Por eso mismo, la Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos (AUVE) ha propuesto que el cobre solo pueda comprarse en las chatarrerías con su recubrimiento incorporado, que estaría marcado por un código de propietario. El vendedor debería coincidir con el código para que el cobre pudiese ser vendido , algo que de momento está sin regular.

Otras soluciones
Una opción para ponérselo difícil al amigo de lo ajeno sería que las mangueras con los cables fueran retráctiles, quedando guardadas dentro de la carcasa del punto (como las de algunas gasolineras) y contasen con un sistema de desbloqueo cuando el proceso de carga se inicie. Otra, y esta gusta mucho especialmente a los operadores de los puntos de carga, es que los usuarios deban de acarrear con su propio cable. Esto último supondría un enorme ahorro y la eliminación de una gran número de quebraderos de cabeza a esos operadores.
También se han propuesto otros sistemas más bizarros. Uno de ellos es el de que el punto quede sobreelevado, con el cable recogido en el interior de su estructura, como de EVSE Marquee, un sistema que no ha prosperado. Tampoco lo ha hecho un sistema retráctil de cables escondidos bajo trampillas en el suelo que comenzó a instalarse en algunas calles de la ciudad inglesa de Oxford.

Por supuesto la instalación de los cargadores en lugares céntricos y bien iluminados puede desanimar a los “amigos” del cobre. Los focos de iluminación conectados con sensores de movimiento y cámaras de seguridad son otra posibilidad, al igual que los sensores de corte conectados con alarmas e incluso a centrales de seguridad. También la vigilancia por parte de guardias jurados, aunque estas últimas opciones solo se dan en instalaciones grandes, muchas veces enmarcadas en gasolineras muy concurridas. El endurecimiento de penas para estas prácticas también ayudaría.
¿Quién debe mantener los puntos?
A esa pregunta encontramos respuesta en el Real Decreto 184/2022, de 8 de marzo, por el que se regula la actividad de prestación de servicios de recarga energética de vehículos eléctricos. En su “Sección II. Derechos y obligaciones de los prestadores del servicio de recarga energética”, se especifica que:
“El operador del punto de recarga, además de lo establecido en el apartado primero, tiene las siguientes obligaciones:
-Asegurar la entrega de energía eléctrica en el proceso de recarga de forma eficiente...
-Disponer de un servicio de atención al cliente en tiempo real, que permita dar soporte a los usuarios y gestionar las quejas, reclamaciones e incidencias producidas como consecuencia de la prestación del servicio de recarga energética.
-Cumplir con las obligaciones de mantenimiento y operación que se impongan, en su caso, en las convocatorias de ayuda como requisito para ser beneficiario de las mismas”.

Tu punto también se mantiene
Y si vas a adquirir un enchufable, seguro que ya sabes que el punto de carga privado también requiere un mantenimiento que a veces se contrata con la propia empresa instaladora o el proveedor energético dentro de los contratos llave en mano. Todo mantenimiento tiene un coste, pero un mantenimiento preventivo suele ser mucho más barato a la larga que otro correctivo.
Estas revisiones suelen realizarse cada seis meses o un año y además de la revisión física de los mismos, debe incluir obligatoriamente la actualización de los softwares necesarios para su funcionamiento. Esto también se refiere a los protocolos de conexión entre el punto de recarga y las aplicaciones de gestión. También debe garantizarte el control de todas las operaciones que el punto de recarga permite realizar en modo online. Además, debe incluir un teléfono de soporte activo las 24 horas.
Y por nuestra parte, conviene mantener limpios y secos los protectores y las conexiones para que la carga se realice correctamente.