Cuánto se deprecia el coche al salir del concesionario


Los vehículos convencionales suelen perder valor nada más salir del concesionario
Factores como el modelo del vehículo o el valor del mercado actual pueden influir en la depreciación
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Con la subida de precios generalizada que ha afectado a la mayoría de los sectores, incluido al automovilístico, muchos conductores españoles han optado por adquirir vehículos de segunda mano.
Ahora bien, también sigue habiendo los que prefieren estrenar y comprar un coche nuevo, un hecho que además supone un gran desembolso de dinero y que, en la mayoría de los casos, no se suele recuperar lo invertido en su totalidad. Asimismo, hay que tener en cuenta que el precio de estos se va a devaluar con el tiempo, en mayor o menor medida en función de varios parámetros como los kilómetros, antigüedad, entre otros aspectos.
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Es lo que se conoce como depreciación y que corresponde a la diferencia entre el valor de adquisición y el valor de la venta. En otras palabras, si se compra un vehículo utilitario por 25.000 euros y se vende por 10.000 a los cuatro años después de su matriculación, se habrá depreciado un 60%. Sin embargo, los vehículos sufren la primera depreciación de su valor de mercado justo en el momento que salen del concesionario.
El paso del tiempo: el peor enemigo
Cuando un vehículo pisa el arcén pierde, por normal general, un 10% de su valor inicial, es decir por el que se ha comprado. Un mismo porcentaje que va a seguir perdiendo durante su primer año de “vida”. Por tanto, si se quiere vender el vehículo aproximadamente al año de su matriculación, se tendrá que dar por perdido, como mínimo, un 20%.
Una cifra que va a seguir aumentando a medida que pase el tiempo. Se calcula que, por norma general, los coches nuevos se deprecian entre un 15 y un 25% durante los primeros cuatro años y que a los cinco años pueden llegar a perder un 60% del valor inicial.
Una depreciación que puede ser incluso menor o mayor debido a ciertos aspectos que pueden influir directamente. Factores como la marca o modelo del vehículo, los componentes extras que este tenga y por supuesto el precio del mercado justo el momento de la venta y de la oferta y la demanda de coches de segunda mano.