El coche autónomo no dominará el mundo; consumiría tanta energía como todos los centros de datos juntos


Los centros de procesamiento computacional consumen el 3% de la energía mundial total en un año
Según el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), eso son unos 200 millones de toneladas al año en emisiones de CO2
Con un 95% de la flota mundial autónoma, su eficiencia debería duplicarse cada año para no contribuir al cambio climático
O encontramos una fuente de energía casi infinita o el coche autónomo tendrá que esperar. Según un estudio del reconocido Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) las necesidades energéticas de la computación necesaria para soportar 1.000 millones de coches autónomos en el mundo sería igual a la que hoy día consumen todos los centros de procesamiento a nivel global.

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Este consumo energético difiere mucho según la fuente consultada. La Association for Computing Machinery o ACM decía que estos centros de datos suponen el 3% anual de toda la energía mundial consumida en noviembre de 2021. La ACM es la mayor asociación científica y educacional del mundo sobre computación y una de las más fiables y reconocidas de sus instituciones. Trasladando ese consumo a emisiones de carbono, la ACM las cifra entre el 1,8% y el 3,9% las emisiones globales anuales de las Tecnologías de la Información o TICs. En comparación añadimos que el porcentaje de las emisiones anuales de carbono atribuidas a la aviación se quedan en el 2,5% de las emisiones globales. De hecho, la misma ACM afirmaba textalmente ya en la fecha citada que “el sector TIC será responsable de un tercio de las emisiones globales de carbono para 2050 si no se reducen las emisiones del sector en relación con lo que están haciendo otros sectores”.
Todo esto quiere decir que no sólo tendrá que competir por la energía. Además parece lógico pensar que en algún momento a futuro se le exigirá compensar sus niveles de emisiones. Esto sumará costes a su despliegue que es posible que sus actores (fabricantes, flotistas, empresas de servicios, consumidor...) no estén dispuestos a asumir.
Toneladas de CO2
Después de esta inquietante perspectiva volvemos al coche autónomo y al estudio del MIT. Sus cálculos partían de una media de 840 vatios consumidos por los 1.000 millones de coches citados viajando una hora al día. Y los autores del estudio también hacían una estimación del CO2 emitido y lo cifraban en 200 millones de toneladas al año.
El MIT indica en su estudio que si se quiere evitar que dichas emisiones sigan aumentando es necesario limitar a 1,2 kW de potencia computacional a esos coches robot. Para ello contabilizan la capacidad de computación, las horas en funcionamiento y la “intensidad en carbono” de las mismas.
También afirman que si la flota de vehículos autónomos alcanza el 95% del total de coches del parque, la eficiencia de sus sistemas debería duplicarse cada 13 meses, evitando así que contribuyan a la aceleración del cambio climático.

Incertidumbres
Por supuesto hay variables que hacen que las proyecciones del MIT sean muy inciertas. Por ejemplo: de extenderse el uso de los coches autónomos ¿cuánto tiempo estarán estos en funcionamiento?. Es difícil contestar ya que es posible que las horas necesarias en traslados se vean reducidas por su mayor eficiencia de consumo y también por su mayor eficacia a la hora de elegir las rutas menos congestionadas y con menor gasto energético. Por otro lado, también es posible que haya más personas que los usen por necesidad, por ejemplo los más jóvenes sin carnet de conducir, los mayores y las personas enfermas o con alguna discapacidad. Está claro que si son asequibles, al permitir que realicemos tareas en vez de conducir, muchas personas querrán usarlo en sus traslados rutinarios y aprovechar para trabajar, aprender o usarlo como momento de ocio.

Sin embargo, los vehículos autónomos se utilizarán sin ninguna duda para trasladar mercancías y hacer entregas de todo tipo, además de personas. Esto amplía aún más el poder de computación necesario a lo largo de toda la cadena de valor de la movilidad
Del mismo modo es muy difícil cifrar otros consumos de energía y emisiones internos del coche autónomo como los sensores, radares, etc, y también externas como los de la minería necesaria para fabricar no sólo sus componentes sino la de toda aquella infraestructura necesaria para su correcto funcionamiento, como pueda ser el despliegue de la red de 5G (antenas, cables, satélites...).
Soluciones
Las soluciones pasan por una mayor eficiencia de sus sistemas y procesos, mejoras en los materiales y los sistemas de refrigeración y también de los propios centros de datos donde estos se procesan. Ya es sabido que muchos de ellos se están trasladando a los lugares más fríos o incluso debajo del mar como el proyecto Natick de Microsoft y también que incluso se ha planteado sacarlos al espacio, como en el programa ASCEND de la Comisión Europea que estudia la viabilidad de esta propuesta. Otras solución es que la energía que consuman proceda de fuentes renovables para reducir su huella medioambiental. Todas estas son medidas que tomarán su tiempo y la pregunta es si estas medidas podrán compensar el crecimiento de uso de la red.