Casos que el seguro a todo riesgo no te cubrirá


Los seguros no cubrirán los accidentes provocados por una conducta temeraria del conductor
Las compañías comprobarán también que no haya ningún tipo de fraude
En NIUS, te explicamos todo aquello que no cubre el seguro a todo riesgo
Cuando se trata de comparar seguros de coche o moto, lo más apropiado es consultar qué coberturas incluyen. En todos los casos, independientemente del tipo de seguro, cubrirán los daños efectuados a terceros.
En España es obligatorio tener un seguro de coche para poder conducir por la carretera. De hecho, si no lo tienes en regla, la policía puede imponer multas que oscilan entre los 650 y 2.800 euros, en función del tipo de vehículo y si está estacionado o circulando.
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En el año 2019, había en España 31 millones de vehículos asegurados, de los cuales un 78% eran turismos, según la Asociación Empresarial del Seguro (UNESPA).
Aunque cabría esperar que el seguro a todo riesgo cubre cualquier eventualidad, las compañías se aseguran igualmente de protegerse frente al uso inapropiado del vehículo y el fraude. En NIUS, te explicamos qué situaciones no quedan cubiertas.
- En caso de fraude. Las compañías aseguradoras comprueban todos los detalles para evitar pagar en caso de que se detecte un posible fraude. Un ejemplo de ello sería fingir un robo o siniestro.
- En caso de que el conductor vaya bajo los efectos del alcohol o las drogas. En este supuesto, la póliza cubrirá los daños a terceros pero puede emprender acciones legales contra el conductor.
- Accidentes como consecuencia del estado del vehículo. Si no está la ITV en regla o si el vehículo tenía, por ejemplo, las ruedas gastadas antes del accidente, es probable que el seguro no cubra los daños.
- Uso indebido del vehículo. Esto incluye cualquier actuación temeraria emprendida por el conductor, como las carreras ilegales o conducir en sentido contrario.
- No se cubrirá el robo, por ejemplo, si el conductor es el responsable del mismo. Es decir, si se ha olvidado de cerrar el vehículo o ha perdido las llaves.
- Las catástrofes no las cubre el seguro. Si hay un incendio, inundación o terremoto, entre otros fenómenos, se deberán hacer los trámites con el Consorcio de Compensación de Seguros, una entidad pública adscrita al Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital.
- Los conductores menores de 25 años o con menos de dos años de experiencia al volante lo tienen más difícil. Las compañías intentarán dejarlos fuera de la póliza. En caso de no incluirlos, la aseguradora no cubrirá los daños que ocasionen.
- Los vehículos modificados no los cubre el seguro. Cualquier cambio que se realice debe comunicarse a la compañía. Si no se procede de esta manera, puede que declinen cubrir los gastos de reparación o del siniestro.
- Darse a la fuga. Una situación bastante común para librarse de la responsabilidad del accidente suele ser abandonar el lugar en el que se ha producido. Esto es un grave error, además de un delito tipificado en el Código Penal que puede comportar penas de prisión de hasta cuatro años. La omisión de socorro es una excusa perfecta para la compañía aseguradora, que no cubrirá los daños en el vehículo a todo riesgo aunque sí indemnizará a terceros.
- Superar el umbral de personas permitidas en el vehículo. Si el accidente se produce con más pasajeros de los que admite el vehículo en cuestión, la compañía puede desentenderse.
- Accidentes que involucran a familiares o amigos. En estos casos, la compañía iniciará una investigación por un posible fraude y lo más probable es que no cubra los daños.
- No estar al corriente de pago. Si no estás al día en los pagos del seguro, la compañía puede declinar la cobertura en caso de accidente, hurto, o cualquier eventualidad.
- Accesorios que hemos añadido posteriormente al vehículo. Normalmente las aseguradoras no cubrirán aquellos complementos que no formen parte del vehículo desde el momento de su adquisición.
- Neumáticos, luces o desgaste habitual. Algunas partes del vehículo que se desgastan o deben cambiarse no las cubre el seguro a todo riesgo. Es responsabilidad del conductor efectuar el correcto mantenimiento del vehículo.