La automoción se prepara a marchas forzadas para el reinicio de su actividad a partir del día 11


La distancias de un metro y la falta de equipos de protección suficientes para todos los trabajadores podría complicar el arranque
El anuncio de desescalado paulatino del estado de alarma hecho por el presidente del Gobierno parece haber dejado claro que la vuelta a la actividad podrá arrancar para los trabajadores no esenciales a partir del próximo día 11. En esa fecha, se habrían cumplido las dos semanas fijadas por ley para estos por el estado de alarma. A pesar de todo, cierta incertidumbre planea sobre la industria de la automoción acerca de cuándo podrá reiniciar su actividad normal. Por ello, algunos actores esperan que en el Consejo de Ministros de este martes se ofrezca alguna aclaración o desarrollo de esa idea de desescalado, que permita orientar mejor la estrategia de vuelta a la actividad, en la que todos los componentes de esta industria están ya trabajando para que el inicio sea lo más rápido posible.
Pero el cuándo no es la única duda a resolver. El cómo, es decir, qué normas se habrán de tener en cuenta para que ese reinicio de actividad se d conforme a la legislación y evitar posibles problemas a posteriori, es otro de los quebraderos de cabeza. "Desde luego, los trabajadores deberán tener las medidas de protección necesarias o no vamos a permitirles trabajar", afirma Juan Antonio Lorido, Responsable de Industria de Automoción de FICA-UGT de Madrid.
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Y ahí puede surgir un problema, ya que las mismas empresas que tan generosas se mostraron ofreciendo mascarillas, guantes, batas y protectores faciales para cuidar a nuestros sanitarios, puede ser que ahora no dispongan del número suficiente de equipos de protección para poder reiniciar su actividad. "La Administración y las empresas tendrán que hacer lo que sea necesario", afirma Lorido. Los sindicatos UGT y CCOO hicieron público un comunicado que recordaba que "los empresarios y las administraciones están obligados por la Ley a proporcionar a los trabajadores y trabajadoras los EPIs y las medidas de protección necesarias” así como que "los gobiernos y la Inspección de Trabajo están obligados velar por el cumplimiento de esas medidas".
Para terminar, CCOO y UGT "exigen al Gobierno que realice las acciones necesarias para asegurar el abastecimiento de dichos equipos […] que articule las medidas que aseguren su distribución entre los trabajadores y trabajadoras, y que proporcione los test necesarios para la detección temprana de posibles positivos y frenar el contagio”.

Distancia personal, un punto conflictivo
Es cierto que representantes como Lorido, son proclives a aceptar cierta flexibilidad. “Habrá que estudiar los casos particulares. Por ejemplo, mientras que el Gobierno no ordene el uso de mascarillas -la OMS tampoco lo ha considerado esencial- nosotros podemos recomendarlo, pero no habrá una ley que ampare una exigencia”. El mayor problema puede estar en la necesidad de distanciamiento personal de un metro entre operarios. Es la que más diferencias está causando entre las patronales y los sindicatos, ya que algunas instalaciones y procesos no están preparados para poder cumplirla. Tampoco los test podrán ser realizados de inmediato. “Comprendemos que si no hay test no puedan realizarse esas pruebas, aunque sería lo ideal y deberían ir haciéndose en cuanto sea posible”.
Acciones-barrera
En principio la mayoría de las industrias mantendrán las fechas iniciales de reapertura, lo que les dará margen de preparación de los protocoles internos que se estudiarán en conjunto con los delegados de prevención. Mientras, tanto empresas como sindicatos están aportando ideas en las que denominan en PSA como "acciones-barrera".
Empresas como PSA ya han definido algunas de esas acciones, que serían entre otras:
- La comprobación de la temperatura corporal.
- La higienización reiterada y frecuente de materiales y herramientas
- El mantenimiento del mayor número de puertas abiertas para evitar posibles contagios.
- El reparto frecuente de geles desinfectantes
- Por supuesto, la salvaguarda con EPI's, según sea necesario.
Los sindicatos, según cada empresa, están ofreciendo sus propias ideas, que también han des ser adaptadas, como pueden ser:
- Estudiar la posibilidad de tres turnos para que la distancia de seguridad de al menos un metro sea efectiva.
- Incrementar el número de rutas para que los trabajadores puedan ir distanciados entre sí.
- La no apertura del comedor de empresa.
- La salida media hora antes de los turnos para evitar reuniones de personal.
- Solicitar a que los trabajadores vayan a trabajar con el uniforme desde casa para evitar la concentración en los vestidores.

“Entendemos además que, por ejemplo aunque las mascarillas no sean obligatorias, la mayoría de trabajadores tratará de hacerse con ellas para su autoprotección”, afirma Lourido, que también comprende que “no podemos estar parados indefinidamente. Tenemos que comenzar a dar pasos para retomar la actividad con normalidad”.
Industria dio el primer paso
Mientras, el Gobierno ya dio el pasado jueves 2 un primer paso de “apertura” al publicar el Ministerio de Industria una nota interpretativa que permitía a las empresas seguir ejerciendo labores de importación y exportación. En el caso de los sectores clasificados como de no esenciales -la automoción entre ellos- la exportación se limitaba a los productos o equipos que ya tengan almacenados.
Pero según esta misma nota, algunas empresas han podido mantener una actividad mínima imprescindible siempre que “la parada prolongada durante varios días de sus instalaciones industriales cause daños que imposibiliten o dificulten su nueva puesta en producción o que genere riesgo de accidentes”. Para ello pueden tener una mínima presencia de personal en sus plantas, así como exportar a posteriori la producción que se obtenga.
Pero lo mejor es que esta revisión del Real Decreto Ley 10/2020 ha consentido las “ventanas productivas” para que pudieran cumplir sus contratos en el extranjero, impidiendo así el incumplimiento de dichos compromisos.