Patinetes eléctricos para la nueva movilidad: por dónde empezar

Los patinetes se presentan como una alternativa ecológica al transporte público, que permite reducir el riesgo de contagio por coronavirus
Con el mundo entero tratando de evitar los transportes públicos para reducir los riesgos de contagio de COVID, los patinetes eléctricos comienzan a ser una alternativa con muchos puntos a su favor para los desplazamientos en las ciudades. Son asequibles, requieren de muy pocos gastos de mantenimiento, por ahora no necesitan seguro ni carnet, al ser eléctricos no contaminan, son los suficientemente rápidos para trayectos urbanos y, finalmente, pueden ser divertidos y ponernos más en contacto con el mundo exterior que un coche.
En cuanto a sus desventajas la más evidente es la peligrosidad, pues en cualquier circunstancia que nos podamos ver involucrados, nuestro cuerpo es el que va a recibir las consecuencias. Otra muy clara es la climatología con el frío, la lluvia, el granizo o el sol indiscutiblemente incidiendo sobre nosotros. Aunque se pliegan, su tamaño hace a veces difícil poder llevarlos a ciertos lugares y el miedo a su robo siempre estará presente si tenemos que dejarlo en la calle aunque sea bien encadenado.
Qué saber antes de comprar
Si en la balanza pesan más las ventajas y hemos pensado comprar un patinete como nuevo medio de transporte, tenemos que tener en cuenta varios factores externos que nos ayudarán a decidir qué tipo de patinete hay que comprar:
Los kilómetros que necesitamos cubrir, es decir, la autonomía que necesitamos entre cargas. Es uno de los parámetros más importante que hay que tener en cuenta para no comprar un aparato que luego no cubra nuestras necesidades. Así tendremos que calcular los kilómetros totales (ida y vuelta, más quizá alguna otra salida a comprar o comer). Es importante no terminar de fiarse de la autonomía que da el fabricante, pues son mediciones realizadas en el ambiente más favorable: buen asfalto, ninguna cuesta, sin aire de cara, una persona ligera... Para asegurarse habría que restarle aproximadamente un 20% al dato oficial.
Nuestro peso. No todos los patinetes son capaces de soportar todos los pesos. ¿Tenemos que cargar una pesada mochila todos los días? Para empezar, muchos no pueden transportar más de 100 kilos y es un dato a contrastar obligatoriamente. La robustez del aparato, la durabilidad general de materiales y ajustes, serán también determinantes para que al final una compra menos barata sea a la larga más económica.
Su velocidad máxima. La DGT define los MVP o 'vehículos de movilidad personal' como “aquellos dotados de una o más ruedas, dotados de una sola plaza y propulsados exclusivamente por motores eléctricos que proporcionan una velocidad máxima por diseño de entre 6 y 25 km/h”. Algunos patinetes superan esos 25 km/h de manera amplia. De forma que podríamos estar expuestos a multas e incluso a retirada del aparato. Esta cuestión es muy importante, ya que no vale que nosotros limitemos la velocidad a posteriori. El límite debe venir instaurado en la homologación de fábrica.
Los frenos. Elemento esencial de control y seguridad que no podemos descuidar. Siempre preferibles por su mayor efectividad los de disco a los de tambor y si es posible contar con sistema de recuperación de la energía —que también ayuda a frenar debido al rozamiento— mucho mejor. Con algo de práctica nos acostumbraremos a modularlo, evitando usar el freno mecánico prácticamente siempre.
El peso del patinete y su plegado. Si plegarlo o transportarlo a mano va a ser una necesidad diaria, conviene adquirir uno lo más ligero posible y cuyo plegado sea rápido y sencillo.
El tipo de rueda. Si las ruedas son macizas y el patinete no tiene elementos de amortiguación, habrá más golpes secos por baches, escalones, etc. y por tanto la conducción será más brusca y menos agradable.
Las luces. Ver y que nos vean es aún más fundamental que en un coche. Debería de equipar tanto luz delantera como trasera. Las luces led son las ideales por la relación entre consumo, lúmenes y precio. Incluir elementos reflectantes tanto en el aparato como en nuestro cuerpo —un chaleco, por ejemplo— puede no ser lo más elegante, pero puede quitarnos muchos problemas.
El tiempo que dura la recarga completa de la batería. Si se va a hacer un uso muy intensivo a lo mejor es conveniente buscar uno que disponga de baterías intercambiables, ya que en un momento podemos duplicar la autonomía.
No es obligatorio por ley llevar protecciones como casco y guantes, al menos por el momento, aunque la lógica parece indicar que a la larga terminarán exigiéndose. Digamos que son más que altamente aconsejables, aunque en verano puedan ser ligeramente molestos.
Conocer la legislación local. Los ayuntamientos son, por ahora, los organismos encargados de legislar sobre este tipo de vehículos. Algunos los equiparan a las bicicletas y por tanto caen dentro del ámbito de la legislación de tráfico. Esta dice, en su artículo 121.4, que los MVP no pueden circular por la calzada, sino que deberán circular “a paso de persona por la aceras o calles residenciales debidamente señalizadas”.