A prueba: Volkswagen T-Cross Sport 150 CV, no tan pequeño y con grandes aspiraciones


Un elevado agrado tanto en la conducción como en el uso hacen de este modelo “español” una opción con la que no equivocarse en la compra
Es uno de los más amplios interiormente en la categoría -aunque para cuatro pasajeros- y de los de mayor y más versátil maletero
Uno de los pequeños todocamino que tiene la marca Volkswagen a la venta es el Volkswagen T-Cross. Se trata de un coche hecho en España, del segmento B por sus 4,11 metros de largo, que cuenta con un hermano no siamés -es decir, no idéntico- en el T-Roc, que ya probamos hace unos meses.
Cuenta además con un “primo” versión berlina, algo más clásico y tradicional en el bien conocido Polo. Este T-Cross tiene un diseño un tanto más deportivo, menos redondeado, más serio y más contundente que el T-Roc, aunque por lo demás sea muy similar. En cuanto al Polo, hablamos de un turismo clásico más bajo, algo más pequeño y con menor capacidad de maletero, aunque eso sí, de precio más reducido y con mejores consumos. Este T-Cross es un coche de tamaño relativamente ajustado, pero con capacidad suficiente para colmar las necesidades de aquellos usuarios que buscan un coche para casi todo y para entre uno y cuatro pasajeros. Eso sí, no busquemos en él otra etiqueta de la DGT que no sea la C, es decir, que no hay por ahora versiones con hibridación de ningún tipo. Pasamos a describirlo.
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Cómo es
La versión probada es la Sport – la más alta de la gama- con el motor de 1,5 litros de capacidad con 150 caballos. Se trata de un vehículo con las típicas características de los todocamino actuales: pasos de rueda pronunciados, taloneras laterales protectoras, simulación de protección todoterreno en frontal y trasera y barras de techo. Además, cuenta con una altura al suelo superior (18,4 cm) y unas dimensiones algo mayores que las de un turismo del mismo segmento, lo que proporciona también una postura de conducción más elevada y dominante sobre la carrera y a la vez un mejor acceso a los asientos tanto para sentarse como para, por ejemplo, colocar a los niños en sillitas.

-Oficialmente tiene cinco plazas homologadas, pero la realidad nos dice que tres adultos atrás irían muy incómodos en un viaje largo. Es un coche pensado para que cuatro adultos vayan cómodos debido al túnel central trasero en los pies, a la falta de espacio suficiente para hombros de cinco personas y a la forma y mullido de la plaza central.
-Mide 4,11 metros de largo, 1,78 de ancho y 1,55 de alto, con una distancia entre ejes de 2,56 metros. Estas dimensiones unidas a su diseño de carrocería le dan una apariencia algo más cuadrada que, por ejemplo su hermano el T-Roc. Pesa 1.330 kilos en la media del segmento.
-El maletero es amplio dada la media del segmento con 385 litros, que son ampliables hasta 455 litros si desplazamos hacia delante la banqueta de los asientos traseros (hasta 14 cm. Y en un solo bloque) pero a riesgo de quedarnos sin espacio para las piernas atrás. Si reclinamos además esas butacas traseras, su espacio alcanza los 1.280 litros.
-El motor a gasolina tiene cuatro cilindros, 1.498 centímetros cúbicos, turbo, de inyección directa, con Stop/Start. Alcanza los 200 km/h y acelera de 0-100 km/h en 8,5 segundos, una cifra interesante. La cifra oficial de consumo combinado de combustible en ciclo WLTP es de 5,9 litros a los cien kilómetros. Sus emisiones de 134 g/km de CO2 le sitúan con la etiqueta C de la DGT.
-La tracción es delantera y su caja de cambios es automática DSG de doble embrague y siete marchas. Los frenos del tren trasero son de disco, mientras los del delantero son de disco ventilados.
-Cuenta con conectividad a Apple CarPlay y Android Auto y su instrumentación y pantallas tienen una excelente resolución y un manejo rápido y preciso, con unos menús claros y sencillos de usar.

Cómo va
Agrado elevado sería, en dos palabras, la mejor descripción que podríamos hacer para calificar la conducción de este modelo. Destacan, por ejemplo, la eficacia y precisión de todos sus mandos, la respuesta rápida del motor -y contundente cuando se le exige- y la gran insonorización, La suspensión es muy equilibrada, porque no resulta seca (no transmite el golpe a los pasajeros) ni siquiera en resaltes pronunciados, ni tampoco es tan suave que permita excesivos bamboleos de la carrocería. Es cierto que no sujeta la carrocería tan bien como un turismo -el Polo, por ejemplo- en curvas rápidas, pero no resulta inseguro en ningún caso y esa ligera menor agilidad la compensa con muchas ventajas, como por ejemplo, la mayor visibilidad sobre las condiciones del tráfico y la carretera.
En autovía o autopista es sencillo -y peligroso para el bolsillo- olvidarse de los límites de velocidad, gracias a un rodar muy suave y relajante. Pero también puede tener un comportamiento contundente si se le exige, momentos en los que saca garras y le puede poner las cosas difíciles a rivales en apariencia más dotados. Sus 150 CV son muy bien aprovechados por su mecánica y sobre todo por una caja de cambio más que reconocida como una de las mejores del mercado por su suavidad, eficacia y rapidez.

El T-Cross es un coche amplio en su interior en comparación con la mayoría de los rivales de su segmento. Además, su maletero es mayor y más versátil gracias al desplazamiento de la banqueta trasera. Es cómodo en cuanto a espacio y ergonomía de la mayoría de sus elementos, aunque hay dos detalles que consideramos mejorables. El primero es el mullido de sus asientos, quizá algo duro desde nuestra percepción de varios viajes prolongados. Y el pedal del freno queda ligeramente elevado, lo que a veces hace que tengamos que hacer un movimiento algo forzado para frenar.
Por otro lado, su potente sistema de información y entretenimiento, es una de sus grandes bazas (es en buena parte compartido con la mayoría de sus “hermanos mayores”).
¿Interesa?
Hay que decir que de este modelo hay dos motorizaciones inferiores en potencia, con 95 y 110 caballos, que seguro que cumplen a la perfección las expectativas de muchos de nuestros lectores. El de acceso a la gama parte de 20.850 € en el configurador de la marca. Nosotros probamos la mecánica más potente y la versión de equipamiento más completo, que supera ligeramente los 28.000 euros.
Del T-Cross hay que decir que saca notable alto en la mayoría de los aspectos de cualquier automóvil: buena dinámica, comodidad, un espacio muy aprovechable, un sistema de infoentretenimiento de lo mejor y, además, una estética todocamino que es la más buscada por el comprador actual. Con todos esos datos y muy pocos peros, es difícil decir que este coche no es interesante. Incluso por precio hay versiones más ajustadas, además de la gran salida en el mercado de segunda mano que tienen todos los Volkswagen y en concreto los de medianas dimensiones como este. Alternativas hay muchas pero este es, sin duda, un coche para no equivocarse en la compra.