Seat apuesta por la movilidad urbana: tendrá su propia moto eléctrica en 2020

Hasta el 19 de noviembre no conoceremos cómo es la "eScooter concept"
El desarrollo se ha hecho con la empresa catalana Silence
La pujanza de SEAT en todas las áreas de la movilidad no cesa y el mejor ejemplo es su entrada en el mercado de las motos eléctricas en el próximo año 2020, según ha hecho público hoy. Lo hará con una scooter eléctrica. La denominada "eScooter concept" se ha desarrollado en conjunto con la empresa española Silence, que ha colaborado en la base técnica de la motocicleta, mientras que SEAT se ha encargado de todo lo demás, incluyendo el diseño.
No conoceremos la moto hasta su presentación el próximo 19 de noviembre en el Smart City Expo World Congress de Barcelona, pero sí sabemos que este eScooter será comercializado tanto para particulares como para flotas compartidas. Esta es una estrategia de movilidad que todas las marcas, y también SEAT, están desarrollando. De momento los resultados son mixtos en este intento de tratar de llevar el negocio más allá de la mera producción y comercialización de coches y elevarlo hasta el de proveedores de servicios de movilidad.
En concreto, Seat es el fabricante designado por la casa matriz, Grupo Volkswagen, para liderar su estrategia de micromovilidad. "Hoy damos un paso más en nuestra estrategia de micromovilidad urbana confirmando la primera eScooter en la historia de la marca", anunciaba el presidente de Seat, Luca de Meo.
Pero, ¿por qué Seat se introduce en ese mercado?
Más allá de las directrices de la compañía, lo cierto es que las proyecciones demográficas como las de la London School of Economics que vaticinan un mundo con dos tercios de la población viviendo en ciudades en el año 2050. Eso supone que la movilidad en las urbes deberá cambiar de forma radical, presionada por la aglomeración de personas y la falta de espacio.
Pero más en nuestro día a día, las ventas de motos eléctricas crecen en España a dos dígitos, por encima del resto de mercados de automoción. Según los datos de Anesdor (Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas) el total de las matriculaciones de motos en general han crecido un 11,3% en 2019, con unas ventas de 17.558 unidades hasta octubre.
Por otro lado, sólo en ese mes las entregas de motos eléctricas han subido un 27,5% respecto al año pasado, con un total de 775 unidades vendidas en octubre. La llamada movilidad sin emisiones (esto no es completamente cierto, ya que tanto la producción de electricidad como la del producto tienen un porcentaje de emisiones aunque sea mucho más bajo), se impondrá en los ámbitos urbanos en pro de la salud de sus habitantes.
Y volviendo al negocio, resulta que de esas 775 motos eléctricas vendidas, más de la mitad llevaban el logo de la empresa española Silence en su lomo. No es un logro puntual para esta empresa catalana: es ya la empresa número diez que más motocicletas vende en nuestro país. En total 3.515 unidades, un crecimiento frente a 2018 del 88,2%.
La estrategia de Silence viene apoyada en lo financiero por Repsol, La Caixa (Capital Risk), Avança (el brazo inversor de la Generalitat), el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), MGS Seguros y varios socios minoritarios entre los que se encuentra, Carlos Sotelo, ex corredor del Dakar, director del Circuito de Cataluña y su fundador y director ejecutivo. Esta estrategia se ha dirigido hacia el motosharing, vendiendo sus modelos S02 y S03 a flotas no sólo de empresas privadas, sino también de entes públicos y asociaciones. Entre sus clientes figuran empresas como Acciona o Scoot, servicios como Correos o Cooltra y Ayuntamientos, por ejemplo para agentes de movilidad, para los que la S02 tiene un producto específico.
Nuevos productos
Seat y Silence parecen condenados a entenderse más allá de la cercanía geográfica de sus sedes empresariales. Seat desarrolla productos específicos para el escenario urbanita ya explicado, como el Minimó concept, un pequeño transporte urbano eléctrico con dos plazas, pero también un patinete eléctrico, el eXS KickScooter powered by Segway.
Por su parte, Silence cuenta con la singularidad de que sus motos tienen una batería extraíble y transportable como si fuera una pequeña maleta de viaje. Entre los planes a futuro está la idea de crear un intercambiador de estas baterías, que permitiría 'alargar' su autonomía. Este desarrollo viene basado una vez más en el apoyo a las empresas de distribución o de motosharing. El principal vector de beneficio de estos negocios es que sus motocicletas estén paradas el mínimo tiempo posible, de modo que una furgoneta de recambio de baterías que se desplace por la ciudad tendría sentido, al igual que puntos fijos de recambio de esas baterías por la ciudad, a modo de 'baterineras' que más adelante podrían extenderse al servicio a particulares.

Precios y otros condicionantes
El precio es un factor importante para el desarrollo de las motos eléctricas. Al igual que sucede en los coches eléctricos, para que esas baterías permitan unas autonomías razonables deben contar con la última tecnología. Las de iones de litio, lógicamente, encarecen el producto. La comparativa en precios con sus 'hermanas' de combustión las deja, de momento, en peores condiciones iniciales. Luego en el coste total, es decir, en la suma de todos los conceptos como repostaje, mantenimiento (es 'mecánicamente' mucho más sencilla) etc., la inversión se iguala o incluso puede resultar favorable.
Por otro lado, también hay importadores de productos asiáticos a veces fiables y otros poco establecidos, o incluso start-ups europeas y españolas con poco margen para dar un servicio postventa correcto y surtir de piezas y realizar los mantenimientos apropiados de sus motocicletas o scooteres. Muchos compradores prefieren hacer su inversión en una marca conocida que pueda resolver sus problemas en esos ámbitos.
Este último punto le dará una gran ventaja a SEAT, por su gran imagen de marca. La asociación con Silence puede crear un negocio, si bien no tan millonario como hasta ahora ha sido el de los coches, sí lo suficientemente importante. Los fabricantes ya son conscientes de que en el futuro las ventas de automóviles tenderán a reducirse por modelos de negocio basados en la llamada economía compartida.