UGT consultará a los empleados de Ford Almussafes si aceptan recortes para optar a modelos eléctricos


Esta carga de trabajo aseguraría la estabilidad futura de las instalaciones valencianas o la pondrían en peligro
La Dirección pide reducción de costes salariales e incrementos de producción para hacer frente a la fuerte rivalidad de Saarlouis
-Los sindicatos proponen rechazar los recortes salariales y ofrecen “cuestiones de flexibilidad” para resolver el problema
La sombra de la adjudicación de los dos modelos eléctricos que le quedan por asignar a Ford en Europa para lograr que su gama sea totalmente eléctrica en 2030 sigue generando desacuerdo entre empresa y trabajadores, tal y como apuntamos ya hace unos días. Se trata de una carga de trabajo que aseguraría el futuro de Almussafes para los próximos años y para la que las dos partes han mantenido una reunión solicitada por la Dirección de la fábrica.
NIUS ha tenido acceso a una información interna que la Dirección de la fábrica ha publicado en el boletín interno de la compañía. En él apuntan a “los días de vacaciones, las horas trabajadas por año, así como la evolución de los salarios con el aumento del IPC en 2021 cercano al 7%” como los elementos que “impactan significativamente en nuestra competitividad”. Los directivos querían enfocar como los puntos a discutir en dicha reunión, los siguientes:
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- Reducción de los costes salariales.
- Extensión de la jornada de trabajo.
- Aumento del número de días trabajados por año.
Afirma la empresa que “si no somos capaces de llegar a concesiones en estas áreas será difícil (…) someter a la Dirección un acuerdo ganador que permita a la compañía nominar a Valencia como destino final de fabricación de su nueva gama de productos eléctricos”.
El documento finaliza apelando “a la responsabilidad de toda la plantilla ante esta oportunidad que se nos ofrece de transicionar al modelo de movilidad eléctrica”.
El momento es muy delicado tal y como contábamos en el artículo anterior, ya que la principal rival de Almussafes, la fábrica alemana de Saarlouis, ha concitado no solo el acuerdo de sus trabajadores y directivos, sino incluso de asociaciones empresariales que han apelado a entidades políticas en el intento de llevarse dichos modelos. Ya Valencia atravesó un momento similar en 2012 cuando Ford decidió finalmente cerrar la fábrica de Genk en Bélgica y traspasar su producción (tres modelos aunque perdiendo otro) a Almussafes. Antes las instalaciones valencianas habían arrebatado la fabricación del Focus a Genk en 2003, lo que supuso un golpe decisivo para la fábrica belga y sus elevados salarios.
UGT, con prudencia
Con el recuerdo de Genk en mente y tratando de que esta vez sea la fábrica levantina la perjudicada, los sindicatos han optado por plantear una consulta a los trabajadores, según explica UGT para “rechazar con vuestro apoyo los planteamientos de reducciones salariales que propone la empresa” a la vez que se muestran abiertos a negociar “cuestiones de flexibilidad” que puedan servir para resolver el problema y que Almussafes pueda optar a la la entrada en la electrificación.
Pero en su documento explicativo posterior a la reunión reconocen que “la situación es más que delicada” y que tendrán que tener acierto “pues después no habrá márgenes para corregir errores”. También dicen que es obvio que “de no adjudicarse los modelos a Valencia (…) entraríamos en un escenario más que incierto y, seguramente, conflictivo” y llegan a aclarar que “hablamos de la supervivencia de una fábrica con todo lo que esto conlleva”.