El precio de la vivienda en alquiler, que durante 2022 ya registró una fuerte tendencia alcista, seguirá creciendo durante los próximos meses. Ese es el pronóstico de los expertos que apuntan a mayores desequilibrios entre la oferta y la demanda para explicar las subidas que se esperan para este año.
Las dificultades para acceder a la compra de una vivienda, por la pérdida de poder adquisitivo de los hogares a causa del aumento de la inflación y el encarecimiento de la financiación, provocarán que muchas personas que tuvieran en mente adquirir una casa, tengan que retrasar esa decisión. Eso provocará, auguran, que aumente la demanda de inmuebles en alquiler.
Por otro lado, la reducción de la oferta disponible que se viene registrando desde el fin de la pandemia, parece no tener visos de revertirse.
El stock de vivienda disponible para el alquiler se redujo el pasado año hasta un 25%, según datos del portal inmobiliario Idealista. Un descenso que atribuyen desde esta empresa a la inseguridad, tanto para recuperar la vivienda caso de impago como por el impacto de las medidas puestas en marcha o anunciadas por el Ejecutivo como por los gobiernos autonómicos (como, por ejemplo, el tope a los precios en las zonas tensionadas que incluye la Ley de Vivienda, que se encuentra en fase de tramitación parlamentaria).
Estas medidas “lejos de favorecer la aparición de nuevo producto en el mercado, contribuyen a su desaparición: muchos propietarios, una vez terminados los contratos de arrendamiento, deciden sacar sus viviendas del mercado y ponerlas en venta”, señalan desde el portal inmobiliario. En la coyuntura actual, la única posibilidad que atisban de que la oferta no siga reduciéndose viene dada por la incertidumbre económica que podría retrasar decisiones de potenciales inquilinos.
Por otro lado, la entrada en vigor de la limitación a las subidas de los alquileres al 2%, aprobada por el Gobierno la pasada primavera dentro de las medidas anticrisis y prorrogada durante este año, está detrás, dicen desde Fotocasa, de los encarecimientos que se registraron en 2022. Según la compañía los precios recuperaron desde el pasado abril todo lo perdido durante la crisis del covid y llegaron a registrar incrementos superiores al 20% en ciudades como Barcelona (la zona más cara alquiler una vivienda) o Valencia, y que alcanzaron el 27% en Málaga.
"El alquiler se ha convertido en un mercado tensionado por la escasez de oferta, que ha provocado que las principales ciudades y capitales de provincia españolas hayan alcanzado precios máximos históricos", apunta María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa. Con este escenario calculan que el precio del alquiler podría registrar subidas del 5% o superiores en este 2023.
También en Idealista pronostican un incremento de los precios durante el año a no ser que se fomente la aparición de nueva oferta en el mercado o que la pérdida de poder adquisitivo de los hogares reduzca las posibilidades de pago de los inquilinos y acabe produciendo la congelación de los precios en zonas determinadas.
Las subidas de los precios que se produzcan este año se acumularán a las registradas durante este 2022 en el que ya se incrementaron un 8,4%, de media, según Idealista, alcanzando los 11,4 euros/metro cuadrado al mes. Un análisis más detallado de las capitales de provincia señala que en hasta 48 de ellas los arrendamientos comenzaron el año más caros que el anterior, y que en 32 el aumento fue superior al que experimentó la tasa general de inflación, que se situó en el 5,8% según el dato adelantado por el INE.
Más aun, una veintena de ciudades marcaron los precios más altos de la serie histórica del portal inmobiliario, que se remonta a 2007.
Así, a los incrementos ya destacados de las ciudades mediterráneas, hay que sumar los de Alicante, donde los arrendamientos crecieron un 23% o los de Girona, que registraron subidas superiores al 19%. Además, Idealista destaca la subidas de Ourense (15,9%), Teruel (13,8%), Palma (11,9%), Jaén (11,4%) y Madrid (11,2%).