La historia de Francisco Ortega, de su huida de Sierra Bermeja y de "cómo un fuego te cambia la vida"

Francisco vivió en primera persona los dos incendios más devastadores de la última década en la zona
El desalojo urgente de Sierra Bermeja con su bebé de 11 meses le dejó claro que no iba a volver a pasar por eso
El alquiler en los núcleos urbanos es más caro que cerca de la Sierra malagueña: "Teníamos que hacer ese esfuerzo"
Desde que se mudase hace 20 años de su Grazalema natal a la sierra malagueña, Francisco Ortega ha vivido tres desalojos por incendios y una riada. "Esa incertidumbre cuando te sacan de tu casa y no sabes cuántos días vas a pasar fuera, se me ponen los pelos de punta de recordarlo". Hace nueve meses, lo vivido en Sierra Bermeja "fue la gota que colmó el vaso"; en ese momento él y su mujer acababan de ser padres: "Tuve que mandarlos a Grazalema en plena noche para que se pusiesen a salvo, ahí decidí que no iba a volver a hacerle pasar por esto a mi familia".
Cuando se cumplen nueve meses del último desalojo vivido por Francisco, el fuego vuelve a la sierra. "En cuanto olí el humo se me pusieron los vellos de punta, mi mujer respiró pensando en que nos habíamos librado, pero al momento pensamos en toda la gente que dejamos allí y en que están volviendo a vivir ese horror y se te pone un nudo en el estómago".
Dejar Forrest Hill fue una decisión forzada por las circunstancias, "de cómo un fuego te cambia la vida". Criados en Grazalema, estaban acostumbrados a vivir rodeados de naturaleza. Ahora, el miedo los ha trasladado al centro de Estepona. Menos vistas, menos tranquilidad, pero también menos miedo.
Devaluación de la sierra
Además de por el enclave natural, muchas de las familias que residen en las zonas de monte de la Costa del Sol tienen también un motivo económico. "Vivir aquí son 200 euros más de alquiler, mínimo. Nosotros decidimos hacer ese esfuerzo por criar a nuestro bebé con tranquilidad, sin miedo al fuego, pero no todo el mundo puede pagar ese dinero de más al mes", explica Francisco.
Además desde el incendio de Ojén en 2012 -"fue el primero que vivimos, horroroso, nos tuvimos que ir corriendo, con lo puesto, con las llamas casi encima del edificio"-, los últimos fuegos y, sobre todo, el de Sierra Bermeja están provocando que otros vecinos de las zonas colindantes al monte malagueño hagan las maletas y se alejen de los entornos naturales. Aquel incendio ha sido el más devastador de la última década en la provincia de Málaga, más de 8.000 hectáreas calcinadas, seis municipios afectados, miles de personas sufrieron daños materiales.
"Para que te hagas una idea, un piso de 80 metros cuadrados recién reformado vale ahora 50.000 euros, cuando el mío, que yo quise comprarlo, costaba hace unos años 90.000", cuenta a NIUS Francisco como ejemplo de la devaluación de la zona a causa de los graves incendios. "Ya no es solo el miedo, es las consecuencias que tiene, el polvo en suspensión, las cenizas que donde caen lo destrozan todo y el corte de caminos, hay zonas que se quedan incomunicadas. No se puede vivir con ese miedo".
Andalucía ha duplicado el número de incendios en verano en el último año, siendo Málaga la peor parada. La misma zona, la misma sierra y todo apunta a que también ha sido provocado. Los vecinos parece que están obligados a convivir con el miedo a las llamas o a dejar su casa atrás de manera permanente.