La sala de extracción de sangre del Virgen del Rocío de Sevilla ya no da miedo a los niños: “Ahora se hacen fotos”

La Asociación Mar Pozo Por la sonrisa de un niño ha transformado la sala de espera “fría y blanca” en un universo mágico lleno de superhéroes
Un mural de 3 metros de alto decora las paredes “frías y blancas” y enseña a los pequeños la importancia de la sangre
Recién operadas, a 42 grados y sin aire acondicionado en un hospital de Sevilla en plena ola de calor
Sacarse sangre no es agradable para nadie, pero si encima eres un niño la experiencia puede ser traumática. El aspecto de las salas de espera de los hospitales, frías e impersonales, tampoco ayuda a generar confianza entre los pequeños. Por eso, en el Virgen del Rocío de Sevilla han decidido cambiar de imagen.
Lo que antes era una sala vacía y con varias hileras de asientos, donde los menores tenían que esperar para ser pinchados, se ha convertido en un universo lleno de magia y superpoderes. Han cambiado el blanco de sus paredes por un vinilo de alta resistencia y, a prueba, de temores. “Nos hemos inspirado en la famosa serie de Érase una vez la vida pero protagonizada por superhéroes”, explican a NIUS desde la Asociación Mar Pozo Por la sonrisa de un niño.
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Una asociación que también ha transformado en un cuento la sala del escáner infantil del hospital sevillano y ha comprado coches eléctricos de juguete para llevar a los niños a los quirófanos de Andalucía. Sus voluntarios se visten de superhéroes para recorrer los hospitales de toda España repartiendo fuerza a los más pequeños.
"Merece la pena ver sus caras de felicidad"
Ahora, las tres paredes de 3 metros de altura de la sala de espera lucen llamativos colores y explican qué es la sangre, cuáles son sus componentes y cuál es su función en nuestro cuerpo. Ya no hay llantos y sí muchas caras de felicidad. “Merece la pena verles al entrar, con la sorpresa en sus rostros cuando tras pasar por un pasillo largo y blanco entran en este espacio. No se lo esperan”, nos cuentan.
Esos diez minutos de espera antes de la extracción que antes se hacían eternos, ahora se quedan cortos. “Aprovechan para hacerse fotos, leer la historia o ver los dibujos. De esta forma, entran felices y tranquilos”, apuntan.
El mural ronda los 2.000 euros y se ha costeado con al dinero recaudado con la venta de llaveros y una donación por parte del Motoclub Acme de Bormujos, señalan desde la asociación. Gracias a ellos, los niños no entran llorando a la sala de extracción de sangres del Virgen del Rocío. Como salgan, después del pinchazo, ya es otra historia.