El calor, las playas y el puente del Corpus amenazan la participación en Andalucía

6.641.828 millones de andaluces tienen derecho a voto este domingo en las duodécimas elecciones autonómicas en Andalucía
Temor en el PP a que su electorado se relaje y se vaya a la playa por considerar que la victoria que pronostican las encuestas está asegurada
El PSOE no ha conseguido durante la campaña movilizar a su electorado que puede irse a la abstención y provocar una severa derrota
Andalucía vota este domingo en plena ola de calor, con Sevilla y Granada de puente por la celebración del Corpus y con la amenaza de que haya una desbandada general a las playas del litoral. La gran incógnita de esta jornada electoral es la participación, el único factor que puede alterar un resultado que está cantado desde antes de iniciare la campaña: ganará el PP, podría incluso rozar la mayoría absoluta, Juanma Moreno será presidente y el PSOE perderá las elecciones en su feudo más emblemático, el tradicional granero de votos de la izquierda.
Es lo que dicen todas las encuestas, sin excepción. El exceso de confianza por unos sondeos que no ofrecen alternativa también favorece la abstención, el electorado ve como todo está hecho, el pescado está vendido y su voto no es determinante. A estas alturas, las dudas son si Moreno podrá llegar a San Telmo sin la necesidad de meter a Vox en el Gobierno, si habrá hundimiento del PSOE o podrá salvar los muebles y si Ciudadanos desaparecerá del mapa andaluz o resistirá. Serán los titulares del día.
La participación, factor clave
6.641.828 millones de andaluces tienen derecho a voto este domingo en las duodécimas elecciones autonómicas. Los analistas demoscópicos coinciden en que solo un desplome de la participación provocaría un cambio en los resultados que arrojan los sondeos. Los últimos estudios la situaban por encima del 60 por ciento, pero hasta que no se cierren las urnas esta noche no sabremos si las playas han ganado a las urnas.
Un dato relevante es el voto por correo. Las solicitudes han aumentado un 98 por ciento con respecto a los anteriores comicios, el 2 de diciembre de 2018. En aquellas autonómicas solo votó el 58,4 por ciento del censo. Fue la segunda participación más baja de la historia.
Aquellas elecciones las ganó Susana Díaz, pero obtuvo el peor resultado de los socialistas andaluces y no fue capaz de gobernar. Fue el principio del fin de su caída. Consiguió 33 escaños y 1.009.243 votos, el 27,95 por ciento. Un pacto del PP (26 escaños) con Ciudadanos (21 escaños) y el apoyo de Vox (12 escaños) arrebató el poder al PSOE tras 37 años de hegemonía de la izquierda en la Junta de Andalucía.
Ahora Moreno quiere afianzar el giro a la derecha en la comunidad más poblada de España y gobernar en solitario. Sin Ciudadanos -el partido de Inés Arrimadas se asoma al abismo de la desaparición o la irrelevancia como en Madrid y Castilla y León- y sin Vox. Su objetivo es sumar más diputados que toda la izquierda, lo ha repetido durante toda la campaña. Lo tiene en su mano si su electorado se mantiene fiel a las siglas del PP, se come todo el voto de Ciudadanos y pesca entre los desencantados socialistas. Los sondeos señalan que el trasvase de votos de PSOE a PP supera el 10 por ciento, más de 100.000 votos.
Temor en el PP: playa o urnas
En el PP admiten que están preocupados porque sus electores prefieran irse a las playas para huir del sofocante calor que acudir a los colegios electorales. Una ola de altísimas temperaturas, aunque hoy empieza a dar un respiro, con la que Moreno no contaba cuando convocó las elecciones para el 19 de junio. Lo que sí sabía es que serían en un domingo de junio posterior a la festividad del Corpus.
Fue un adelanto electoral con el argumento de que sin presupuestos, -se habían rechazado en el Parlamento-, su Gobierno no podía hacer frente a la inflación y la crisis económica provocada por la pandemia y la guerra en Ucrania. "Estas temperaturas no son normales en primavera", se ha quejado el candidato del PP estos últimos días, "lo normal es que los ciudadanos busquen refugio en la playa".
Días de playa hay muchos, pero solo uno para seguir avanzando (Juanma Moreno)
Los llamamientos en los mítines a la participación se han acentuado y hasta se han hecho vallas publicitarias para incidir en la trascendencia de ir a votar: "Días de playa hay muchos, pero solo uno para seguir avanzando", dice el presidente andaluz que no para de machacar con la idea de que el domingo es la oportunidad de consolidar el cambio de Andalucía.
El exceso de triunfalismo
Otro de los factores que inquietan en el cuartel general de los populares es que el exceso de confianza y triunfalismo relaje a sus votantes pensando que la victoria está asegurada y no acudan a las urnas.
En las filas del PP sobrevuela el fantasma de Javier Arenas. En 2012 las encuestas dijeron que obtendría hasta 57 escaños, por encima de la mayoría absoluta fijada en 55. Al final se quedó con 50, el mejor resultado que jamás ha tenido el PP en Andalucía, pero acabó siendo presidente el socialista José Antonio Griñán tras alcanzar un acuerdo con Izquierda Unida.
Aunque esa ola de calor afecta a todos por igual, hay una opinión unánime en las formaciones de que los seguidores de Vox están siempre hipermovilizados y votarán en cualquier circunstancia a su candidata Macarena Olona.
El PSOE cruza los dedos
La desmovilización ha sido el gran problema de los socialistas desde hace semanas. El electorado de izquierdas está "dormido" como reconocen algunos dirigentes. Influyen desde el desgaste de la marca PSOE y del Gobierno por la inflación desbocada, la crisis económica o la pandemia hasta los roces con Podemos dentro del Ejecutivo o los pactos con los independentistas.
A eso se une el desconocimiento del candidato Juan Espadas a pesar de haber sido alcalde de Sevilla, la ciudad más importante que gobiernan los socialistas y el perfil moderado de Juanma Moreno que no provoca rechazo en las filas progresistas.
Los socialistas han pasado de aspirar a ganar a asumir la derrota y dar por bueno el resultado de 2108. Ahora la línea roja es no bajar de los 33 escaños de Susana Diaz ni del millón de votos, pero en la militancia cunde el desánimo y se asume que podría empeorarse ese dato.
Espadas, que se presenta como la única alternativa posible para parar a las derechas, no podrá sumar por la izquierda. La suma en escaños y en votos de la derecha supera ampliamente a la de PSOE, Por Andalucía y Adelante Andalucía, todos están a la baja.
El papel de Vox
El presidente andaluz ha cultivado durante estos 15 días de campaña un perfil bajo, moderado, más de presidente institucional que de candidato del PP. Tendrá que pasar el escollo de la investidura para seguir gobernando y necesitará votos en el Parlamento andaluz. Olona, que se ha desinflado a lo largo de la campaña especialmente tras el primer debate electoral, ya ha dejado muy claro que Vox quiere entrar en el Ejecutivo como ha pasado en Castilla y León.
Si la investidura de Moreno depende de un solo voto exigirán sentarse en el Consejo de Gobierno. Lo enfatiza Olona y lo remacha Santiago Abascal. Moreno se ha resistido a aclarar qué hará y se limita a decir que quiere gobernar en solitario y que aspira a "no tener que negociar absolutamente nada con Vox".
El PSOE también ha afirmado que no se abstendrá en la investidura. Espadas ha recordado que el PP no facilitó que los socialistas siguieran gobernando la Junta en 2018 pese a que ganaron las elecciones sin mayoría absoluta y prefirió pactar con Vox para que Moreno alcanzara la presidencia.
En el Partido Popular acusan a Sánchez de ser el principal interesado en que los de Abascal entren en su Gobierno para apuntalar la estrategia de cara a las generales. Los expertos no creen que las campañas basadas en el miedo a la ultraderecha tengan buenos resultados porque Vox ya es un actor normalizado en la política andaluza y española.