El Juan Sebastián Elcano regresa a Cádiz tras cinco meses de navegación


Los marinos aseguran que tras cinco meses embarcados ya son "como una verdadera familia"
El buque zarpará hacia San Fernando para ser revisado de cara al próximo crucero, en enero de 2023
A lo largo de cinco meses, Elcano ha atracado en muelles de Italia, Cabo Verde y Cuba, entre otros
Abrazos, besos y lágrimas de felicidad y, sobre todo, de orgullo. Así es como han recibido hoy en el muelle de la Victoria, en Cádiz, a los 227 futuros oficiales de la Armada española que han regresado después de cinco meses de navegación a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano, también conocido como el "embajador flotante".
160 días a bordo de este crucero de instrucción (ya es la edición número 94) en los que los marinos han vivido multitud de anécdotas y experiencias inolvidables. Hoy en Cádiz sus familias les han recibido bajo un sol abrasador, protegiéndose con sombrillas y paraguas, pero eso sí, con la mejor de sus sonrisas.

"Es una sensación que no se puede describir"
Para Luis Pintos, de 25 años, ir a bordo de este buque es "lo más parecido a la octava maravilla del mundo". Lo dice por el barco en sí pero también, por la experiencia vital. Según cuenta a NIUS, es el segundo crucero que realiza pero este viaje le ha marcado para siempre. "Nada mas embarcar me reencontré con tres amigos de hace años. Estudié con ellos en el 2014 en la Escuela Naval, y ahora, después de tantos años, hemos vuelto al barco para hacer la travesía juntos como oficiales. Es como si no pasara el tiempo, aquí todos somos una gran familia. Te apoyas en ellos".

Trabajo en alta mar y en puerto
Este viaje ha estado dedicado a conmemorar el quinto centenario de la primera vuelta al mundo, tras la muerte a mitad de travesía de Fernando de Magallanes, por el marino vasco Juan Sebastián Elcano. "La función que tiene el barco es diplomática, acercarse a la comunidad española y difundir las hazañas de Elcano". A lo largo de esta travesía, en la que han recorrido 15.000 millas, el barco se ha detenido en países como Grecia, Italia, Cabo Verde, Puerto Rico, Cuba, Estados Unidos, Francia o las ciudades españolas de Barcelona, A Coruña, Santander, o Marín, en Pontevedra. Todos lugares relacionados con la que es considerada la mayor gesta náutica de la historia.
"En todos los puertos españoles nos acogían muy bien. Especialmente, me marcó Puerto Rico. En San Juan se ve bien la huella que dejaron los españoles... y de la Habana Vieja también guardo un gran recuerdo, me recuerda mucho a Cádiz. Allí también nos tienen mucho cariño".

Además de las labores diarias, a bordo realizan parte de la formación del plan de estudios de tercer curso de la carrera, en materias como Navegación, Astronomía, Meteorología, Táctica Anfibia, Seguridad y Protección. "Yo soy alférez de navío y en mi día a día, tenía que hacer las guardias", nos cuenta Luis. "Al ser buque escuela, he tenido también que impartir clases, en mi caso de gestión de personal a los de guardia marina". Además, uno de los valores que se llevan tras su vivencia en alta mar es el trabajo en equipo. "He aprendido muchísimo", confiesa.
"Uno nunca se acostumbra a la distancia"
Aunque Luis es del Puerto de Santa María, muy cerca de Cádiz, nos confiesa que después de tantos meses embarcado, ya tenía ganas de volver. "Es una mezcla de sensaciones, por una lado agradezco volver a casa, pero por otro ha sido una experiencia muy bonita y hemos estado a gusto". Hoy en el muelle le esperaba alguien muy especial, su prometida Paula.

"Paula ya sabe cómo va esto, antes he hecho algún que otro viaje, pero aun así estamos deseando disfrutar el verano juntos, y en 2023, la boda en Sevilla". Luis nos lo cuenta feliz. Ella ha sido su mejor regalo al desembarcar. "Uno nunca se acostumbra a estar tanto tiempo separados, aunque ella vino a verme al puerto de Barcelona". Ahora viene lo mejor, el descanso junto a sus seres queridos con la satisfacción del trabajo bien hecho.
El recibimiento hoy en Cádiz ha sido igual de caluroso para el resto de compañeros. Decenas de pancartas con nombres como Chema, Virginia o Carolina han sido portadas por los familiares que esperaban en el muelle. Las frases que más se escuchaba han sido las de "qué orgulloso estoy de ti" o "cuánto te he echado mucho de menos".
Vinos "de ida y vuelta" a bordo
Además de las tareas propias de la Armada Española, este barco ha tenido otra misión. Ha llevado a bordo dos medias botas de un conocido vino que la empresa vitivinícola embarcó para recuperar una tradición de hace siglos. Durante la navegación, factores como la temperatura, la presión y, sobre todo, el vaivén continuo de las olas del mar, han afectado a la crianza del vino y mejorado su organolepsia.
Esta noche el buque zarpa hacia el muelle de La Carraca, en San Fernando, donde se someterá a las revisiones necesarias para alistarse el próximo año en un nuevo crucero de instrucción.