Atrapados los pasajeros de un vuelo hacia Mallorca más de una hora sin aire acondicionado a 40ºC en el aeropuerto de Sevilla

Lo que prometía ser un viaje que muchos aprovecharían para desconectar y huir del calor del agosto sevillano se convirtió en un infierno para los pasajeros de un avión de Ryanair que realizaba la ruta de Sevilla a Palma de Mallorca.

El vuelo debía partir entorno a las cuatro de la tarde de este miércoles desde el Aeropuerto de Sevilla-San Pablo para llegar aproximadamente una hora y media después. No obstante, lo que desde la empresa alegaron como "problemas del motor exterior" y, posteriormente, "en el motor eléctrico", acabó suponiendo una demora de más de tres horas.

Pablo era uno de los pasajeros que se encontraba en el avión y relata a NIUS su experiencia y el ambiente que se respiraba en el interior. "A los 40 minutos de estar esperando la cosa estaba muy caldeada y había gente que intentaba salir del avión", relata, "aunque el azafato decía que si salían perderían el vuelo".

La situación no fue fácil por las altas temperaturas. Con más de 40ºC en la capital hispalense, a mediodía, y con el avión a pleno sol, la cabina se convirtió en una caldera para los 150 pasajeros. "No nos decían por qué no nos dejaban salir y, encima, no nos daban ni comida ni bebida pese a que están obligado", recuerda. 

Ante la falta de refrigerio y de respuestas, los pasajeros comenzaron a abanicarse y, quien no tuviera con qué hacerlo, fue recomendado por la tripulación a "abanicarse con los papeles de seguridad". Tardaron una hora y cuarto en dejarles salir, lo cual vino acompañado de una espera de dos horas en la terminal pese a que "nos dijeron que en cinco minutos embarcábamos en otro avión", para acabar por montarse "en el mismo avión que supuestamente tenía problemas".

Dentro del centenar y medio de personas que dentro del avión se encontraban, dos ocupaban el mismo asiento. Una mujer embarazada luchaba como podía contra el calor mientras sufría mucho. "Les decías que había una embarazada y les daba igual", recuerda Pablo. Finalmente, los servicios de emergencia tuvieron que intervenir, pasada una hora del encierro, "porque casi le da un infarto".

La mayoría de los afectados se personaron posteriormente en los mostradores de Ryanair para presentar sus respectivas reclamaciones sobre lo sucedido.