Francisco Bohórquez Vecina, el general de Ubrique enterrado junto a Queipo de Llano


Sus restos también serán exhumados de la Basílica de la Macarena, como ordena la carta enviada por el Gobierno a la hermandad
En su pueblo natal, este militar franquista fue Hijo Predilecto hasta 2006 y dio nombre a una calle
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Francisco Bohorquez Vecina. Su nombre era desconocido para muchos hasta que el gobierno lo ha incluido en la carta dirigida a la Hermandad de la Macarena con el fin de que exhume también sus restos que descansan en la Basílica sevillana, junto a los de Queipo de Llano.
El Ejecutivo central cumple así con la nueva Ley de Memoria Democrática y acusa a este general franquista de ser “auditor de guerra y responsable de la ejecución de sentencias con aplicación de bando de guerra”.
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El sacerdote jesuita Antonio Francisco Bohórquez, bisnieto del militar, califica de “soft totalitarism” (totalitarismo blando) la carta en la que el Ejecutivo obliga a la Hermandad de la Macarena en Sevilla a desenterrar a su familiar. Así lo recoge en un mensaje difundido en sus redes sociales, en el que el jesuita critica la misiva.
La carta por la que el Gobierno pide a la @Hdad_Macarena que exhume los restos de mi bisabuelo es un ejercicio de "soft-totalitarianism" en toda regla. https://t.co/Ym1B3nFhVv
— P. Antonio Fco. Bohórquez SJ (@AFBohorquez) 24 de octubre de 2022
Hijo Predilecto de Ubrique
Pero, ¿quién fue Francisco Bohórquez Vecina? De él, sabemos que nació en Ubrique (Cádiz) y que hasta hace 15 años, era Hijo Predilecto de la localidad. Una distinción que le fue concedida el 30 de enero de 1937. Sin embargo, en 2006, el Pleno del Ayuntamiento de Ubrique aprobaba una moción del concejal de Izquierda Unida, Manuel Ramírez Ordóñez, por la que la Corporación retiraba la distinción al que era “mano derecha del jefe de la 2ª División del Ejército del Sur, Queipo de Llano”. Asimismo, se le cambiaba el nombre a la actual calle del Perdón que, hasta entonces, llevaba la del militar.
Izquierda Unida recordaba que “del despacho de Sevilla de Bohórquez salieron órdenes de instruir consejos de guerra sumarísimos contra cientos de represaliados republicanos de la provincia y de toda Andalucía”.
El auditor era el encargado de ratificar las sentencias de los tribunales militares creados en tiempo de guerra para juzgar lo que el ejército sublevado denominó ‘rebelión militar’ y que hoy se conoce como la administración de la ‘justicia al revés’, al ser acusados de dicho delito quienes se mantuvieron leales a la legalidad constitucional de la época frente a quienes sí se rebelaron militarmente. Después de su visto bueno a dichas sentencias sólo restaba la aprobación final de Queipo de Llano. Fueron numerosas las sentencias de muerte a las cuales el auditor dio su aprobación, como demuestra el historiador Francisco Espinosa en su libro ‘La justicia de Queipo’.
El general Francisco Bohórquez murió en 1955. Desde entonces, sus restos descansan en la basílica de la Macarena y, ahora, en aplicación de la nueva Ley de Memoria Democrática, también tendrán que ser trasladados a un nuevo emplazamiento.