Vanessa, de recepcionista a decorar casas por Navidad en Jerez: "Hago un poco de rey mago"

Como si fuera Papá Noel, esta jerezana se cuela en las casas de sus clientes para decorarlas por Navidad
Cuando se vio en paro a los 40 años, Vanessa se reinventó como decoradora y organizadora de eventos y sorpresas
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La vida le guardaba una sorpresa a Vanessa Agustín cuando se quedó en paro con 40 años. Después de dos décadas trabajando en la recepción de una academia de enseñanza tuvo que reinventarse y lo hizo con aquello que más le gustaba: decorar y organizar eventos. Así nace en Jerez de la Frontera "Despertando Sonrisas", la empresa que lo mismo te organiza una pedida de mano que decora tu casa por Navidad.
Durante estos días la mayoría de sus trabajos se centran en la decoración navideña. Negocios y particulares la llaman para que de forma al espíritu de las fechas. "Les pido fotos de la casa y les pregunto cuáles son sus ideas", dice Vanessa. Luego viene la magia. Con globos, colores, árboles o guirnaldas, convierte salones otoñales en postales de Navidad.
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"Me dejan las llaves de casa con toda confianza", cuenta a NIUS. El cliente no vuelve hasta que todo está listo para que así la sorpresa sea mayor, "sobre todo para los más pequeños". Y aunque ya estamos en plena Navidad aún sigue decorando. El día 5 de enero tiene un encargo. "La familia va a comer fuera y mientras están en la calle yo les decoro la casa", dice Vanessa, "hago un poco de rey mago".
Las sorpresas de Vanessa
Además de la decoración navideña, Vanessa organiza todo tipo de eventos y sorpresas. "Lleva regalos sorpresa a quien me diga el cliente", y eso incluye desde cumpleaños hasta bodas. "Me presento en la casa o negocio y le sorprendo", explica Vanessa, unas veces con un ramo de flores para la pareja o una cesta de desayuno para unos padres.
Sin embargo, en los cuatro años que lleva con su nuevo trabajo ha tenido todo tipo de encargos. "Me contratan a veces para animar a personas que han perdido a alguien", cuenta a NIUS. "El cliente me llama y me dice que hay un familiar bajo de ánimo por una pérdida", explica Vanessa, "así que tú vas para intentar animarlo con unas flores o un regalo personalizado".

A veces las sorpresas llegan de lejos. En una ocasión le llamó una chica desde Brasil para darle una sorpresa a un amigo de Jerez. "El problema es que no tenía ni idea de dónde vivía su amigo", confiesa Vanessa, que tuvo que hacer de detective para dar con él. Cada sorpresa tiene su dificultad, pero también su responsabilidad, como la pedida de mano que organizó en Sevilla: "El novio me confió el anillo", cuenta a NIUS, "me iba a morir, ¡pedazo de diamante!".
Cómplice y discreta, en su trabajo se ha puesto una sola regla: pasar desapercibida. "Cuando todo está listo, yo desaparezco". Y cuando ella desaparece muchas veces lo hace entre lágrimas. "Me voy al coche a llorar", confiesa. Detrás de cada gesto que organiza, ya sea una pedida de mano, una decoración navideña o la simple entrega de unos globos, siempre está la ilusión de Vanessa: "Me siento parte del regalo".