Luis García-Rey, el periodista deportivo que mata a la estrella de la radio en su primera novela negra: "Empecé por diversión"

Se le escapa una sonrisa si recuerda la última frase de su libro. "El último párrafo es maravilloso", confiesa Luis García-Rey, pero hasta llegar allí hay que empezar por el principio y el principio de esta historia arranca en 2020. En plena pandemia, cuando el mundo se paró de golpe, la vida le dio a Luis el tiempo y la oportunidad de escribir su primer libro.

Así nace confinado Axel Nash, un policía de Vigo que se traslada a Madrid. De repente el asesinato de una estrella de la radio le pone sobre la pista de un mundo turbio de prostitución, trata de blancas y narcotráfico que tendrá que investigar junto a su compañera. "Es una novela clásica", dice Luis, pero con un personaje nada clásico.

Axel no es el policía malhumorado y solitario que ahoga sus penas en alcohol. "Es tierno e imperfecto", describe su autor, un policía inquieto en el cuerpo de un hombre orgulloso, pero capaz de rectificar. En una palabra, Axel es humano y así lo transmite a través de 573 páginas que por las que el lector avanza a un ritmo frenético.

Tardó tres meses en escribir 'Axel' y "la gente se lo lee en apenas un fin de semana", comenta el autor aun sin creérselo. "Esto es como cuando cocinas un ragú a baja temperatura durante ocho horas y la gente se lo come en cuatro minutos", dice Luis, emocionado con su debut literario y expectante ante las críticas. "Estoy en alerta", dice el autor, "es un terreno desconocido para mi". 

Como el protagonista de su primer libro, Luis nació en Vigo y pronto se marchó a Madrid, pero siguiendo otro camino, el del periodismo deportivo. Desde hace más de una década presenta la edición de fin de semana de Deportes Cuatro y por las noches se le puede escuchar en el programa de radio Partidazo de COPE.

"Siempre perseguí el sueño de ser periodista deportivo", dice Luis, "y lo conseguí". Lo de ser escritor no lo persiguió, llegó sin más... casi sin pretenderlo. "Empecé a escribir por diversión", y la diversión se convirtió en reto. "No sabía si sería capaz de acabarlo", dice Luis, y la duda le acompañó todo el tiempo. 

De repente, un día llegó el momento de escribir la palabra fin y no fue alivio lo que sintió, "fue orgullo como el que pocas veces he experimentado en mi vida", comenta Luis. Ahora que Axel es de todos y no solo de su autor, el orgullo crece y quién sabe si lo suficiente para ponerlo a investigar otra vez.