Pacma critica la "cruel" tradición de un pueblo de Jaén: palomos disfrazados y "pegados"


Cada año, en Alcalá La Real, se les disfraza de algo relacionado con la actualidad siguiendo una tradición que viene del siglo XVI
Pacma denuncia que son sometidos a mucho estrés por la música y el ruido y que es “macabro” que se les pegue la ropa al plumaje
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La celebración de La Candelaria en la localidad jiennense de Alcalá La Real desata de nuevo la polémica. Como viene siendo tradición desde el siglo XVI, los protagonistas de esta fiesta son dos pares de palomos a los que disfrazan de algo relacionado con la actualidad. Este año, de Papas Francisco y Benedicto XVI, tras el reciente fallecimiento de éste último.
Una imagen que se producía este jueves y que ha sido muy criticada por los grupos animalistas que denuncian el maltrato a estas aves. “Atadas, expuestas a música y fuertes ruidos, con pegamento en sus cabezas”, lamentan. Los animales son sacados en procesión por el pueblo, ataviados y colocados sobre un paso que recorre las calles.
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Pacma insiste en que "padecen altas dosis de estrés después, antes y durante el acto", por lo que "pueden tener secuelas de salud posteriores”.
😠 Estas imágenes han sido captadas hoy en Alcalá la Real (Jaén), en la Fiesta de La Candelaria: animales atados, expuestos a música y fuertes ruidos, con pegamento en sus cabezas... @Alcala_la_Real, ¡esto es maltrato! ¿No os da vergüenza permitirlo?
— PACMA (@PartidoPACMA) 2 de febrero de 2023
📷 @fuerzaanimalpro pic.twitter.com/bvx1VC1LWr
"Cruel y macabro"
El partido animalista, que califica de “cruel” el trato que reciben, recuerda que las aves son muy sensibles y muchas mueren a causa del impacto sonoro tras estruendos, disparos o la propia pirotecnia. “El tamborileo constante puede causarles problemas cardíacos derivados de la ansiedad y, si a ello sumamos la presencia de cientos de personas a su alrededor mientras están atadas, tendremos una situación de maltrato en toda regla", explica Javier Luna, presidente del partido.
No olvidan tampoco desde Pacma la imagen "macabra" de estos animales fijados a una estructura para no moverse y ataviados con ropajes "pegados" en su plumaje, lo que puede derivar en “complicaciones”. Un sufrimiento innecesario para estos animales, lamentan, cuya presencia sin ningún fin es, según los animalistas, “totalmente prescindible”.