La historia de Nonita, la gata perdida que encontró a sus dueños tras un año en casa del alcalde de Los Barrios


El animal apareció un día en la casa de Miguel Alconchel y, desde entonces, se convirtió en uno más de la familia
Hace unos días, el edil subía un vídeo del animal y sus propietarios, que la daban por perdida, la identificaban
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Nonita apareció un día en la casa del alcalde de Los Barrios y, desde entonces, se convirtió en una más de la familia. “Cariñosa, dócil, buena”, la describe Miguel Alconchel para quien, durante más de un año, esta gata blanca y negra ha sido como su sombra. “Me acompañaba a todas partes, como un perrito”, asegura melancólico el alcalde.
Porque la historia de esta gata, aunque con final feliz, tiene también su parte agridulce. En este caso, para la familia del alcalde que, tras más de un año con el animal ha tenido que separarse de él. Empecemos por el principio. Su nombre real no es Nonita, si no Coco, y pertenece a una familia que la daba por perdida. El animal desapareció durante la Navidad de 2021, probablemente asustado por los petardos. La buscaron por todas partes pero no la encontraron.
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Todo hasta que, hace unos días, el edil subió en sus redes sociales un vídeo de la gata con la frase: “Y un día se presentó en casa y ya nunca más se movió. Juzguen ustedes”. En la imagen, Nonita se despereza mientras el alcalde la acaricia la cabeza. “Es muy cariñosa mi niña”, se oye decir a Arconchel.
Cual no fue la sorpresa que el vídeo servía a sus dueños para identificarla, después de meses sin saber de ella. “Son personas a las que conozco y no viven lejos de aquí”, explica el alcalde. “Me llamaron muy apurados para contarme que era su gata y me enseñaron vídeos de ella. No había duda”, explica a NIUS.
"Si fuera mía, querría que me la devolvieran"
Ante la evidencia, Alconchel no pudo hacer otra cosa. “Me dijeron que si era mucho problema separarnos de ella, que nos la quedásemos, pero si fuera mía yo querría que me la devolvieran”, reconoce. Así que eso fue lo que hizo con tdo el dolor de su corazón. "La estamos echando mucho de menos, sobre todo mis hijas", lamenta.
Ahora Nonita ha vuelto con su verdadera familia. “Quién me iba a decir que mi Nonita iba a encontrar a sus dueños. Me alegro por ella y por sus propietarios, que se han reencontrado, es un animal extraordinario”, señala. Sabe que puede ir a verla cuando quiera aunque de momento prefiere dejar pasar el tiempo y que los sentimientos no estén tan a flor de piel. Quién sabe si algún día Nonita, a la que su familia ya ha dejado este nombre, vuelve a aparecer en la puerta de la casa del alcalde. El camino ya se lo sabe.