Juan José Granados, mando de la Operación Cumbre Vieja de SAMU Sevilla: "Estamos preparados para todo"

El equipo está preparado por si hay que mandar un segundo contingente desde Sevilla
Sobre todo, están atendiendo a personas que necesitan asistencia psicológica con cuadros de ansiedad
En dos días podrían estar evacuando a casi 20.000 personas
Lunes 20 de septiembre. 9:00 de la mañana. Suena el teléfono: “Juanjo, te vas de mando con el contingente que sale a La Palma. El avión sale en tres horas”. Así se comunica que vas a dirigir la Operación Cumbre Vieja Al menos, eso fue lo que le dijeron a Juan José Granados. Bastó con dos frases, porque los minutos vuelan y no hay tiempo que perder. Lo justo para ir a casa, hacer la maleta de memoria y dirigirse al aeropuerto.
Como ya contamos en NIUS, un contingente de voluntarios del citado servicio de emergencias salió desde Sevilla para prestar asistencia sanitaria a los afectados por la erupción del volcán Cumbre Vieja. El equipo se compone de siete personas, que pueden prestar ayuda sanitaria y psicológica. Llevan equipos para cualquier situación que se presente: maletines polivalentes, material sanitario y de desinfección por si hay un brote de coronavirus, hasta materiales para montar un campamento provisional si es necesario. Lo primero que han hecho, en palabras del mando de la operación, es ponerse a disposición de los cuerpos y servicios de emergencia canarios desplegados en la isla.
Reina la incertidumbre
El ambiente que se respira en la costa suroeste de la isla es de incertidumbre. Ya se sabe. Incertidumbre por todo: “Imagínate cómo están [los afectados]. Cuando el río de lava va entrando por tu casa o tu finca no puedes hacer nada por pararlo. Y cuando se enfríe, no podrás hacer nada para retirarlo porque estará protegido. Hay gente que lo ha perdido todo, otra que lo está perdido y, los que más, personas que están sufriendo mucho de pensar que también pueden perder sus casas en los próximos días”, cuenta Juan José. Su contingente está listo para atender cualquier catástrofe natural – compañeros suyos estuvieron en Haití –, pero en esta no hay víctimas. El equipo ha tenido que volcar todos sus esfuerzos en dar apoyo logístico y psicológico a los afectados.

La erupción del volcán de La Palma ha dejado en jaque las previsiones: “Nadie sabe nada. La lengua del río de lava ralentizó su ritmo y ahora lo ha vuelto a acelerar. Se decía que tendría una anchura de 30 metros y nos indican que hay tramos que la distancia de lado a lado sube hasta los 150. Tenemos que improvisar medidas ad hoc.”, nos explica. Actualmente, hay un desafío activo que mantiene en alerta a estos voluntarios: el río de lava alcanzará el mar muy pronto. Para entonces, tendrán que desplegarse con agilidad y precisión para evacuar a los vecinos de Tazacorte y Los Llanos de Aridane. ¿Por qué? Porque los gases motivados por el encuentro de la lava y el agua formarán nubes tóxicas que pueden causar más perjuicios sobre la población. En total, hablamos de unas 25.000 personas, de las que ya han sido movilizadas 6.000. No es moco de pavo, en palabras del mando Granados.

Están ofreciendo apoyo logístico y sanitario
Los voluntarios de la operación Cumbre Vieja están hospedados cerca de la zona roja de la catástrofe. Sus jornadas consisten en dar asistencia de cualquier tipo. Por suerte, no han tenido que atender víctimas, por lo que han comenzado a servir de apoyo logístico, llevando comida a las personas afectadas por la lava y redirigiendo a estas personas que llegan a centros de acogida provisionales hacia pabellones permanentes. En momentos como este, dar una información clara y ordenada puede resultar fundamental para el ánimo de las personas.
Cuando le preguntamos qué será de ellos, de las víctimas de la erupción, Juan José guarda silencio: “No se sabe. Como te digo, el desconocimiento es total. Los informes científicos tampoco son definitivos como para trazar un plan a medio plazo”. La gente no sabe qué será de sus casas, de sus negocios y de sus fincas y esto no hace más que aumentar el pánico y los nervios, lamenta.
“Sí es de agradecer que, en momentos como este donde la necesidad aprieta, la solidaridad aflore. La acogida por parte de la isla de La Palma y el Ayuntamiento de Tazacorte ha sido espléndida. Todo el mundo en la isla quiere ayudar y volcarse con los afectados”, celebra prudente Granados, por buscar una alegría entre tanto desastre. Los voluntarios de la Operación Cumbre Vieja llegan para una semana, pero el mando advierte que ni siquiera es seguro: “Recuerdo que, en la primera ola de coronavirus, me llamaron para ir tres días a Madrid. Acabé quedándome dos meses y medio. No se sabe cuánto estaremos aquí”. Sin embargo, nos cuenta que los voluntarios están con muchas ganas de trabajar y ayudar al máximo número de personas posible. La buena noticia de todo esto es que los afectados por el volcán, al menos, están en las mejores manos.
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