José Moya, comandante de helicóptero de extinción de incendios: "En Málaga he descargado 1.100.000 litros de agua"


"Al enterarme de que había fallecido un compañero lo primero que hice fue llamar a mi familia y decirle que no era yo", relata el comandante
Por primera vez esta mañana José no ha salido a volar. Está en la base de Ronda esperando si hace falta despegar su helicóptero para ayudar en las labores de refresco en Sierra Bermeja. “Ayer tarde estuvimos sobre la zona buscando puntos humeantes sobre los que descargar”, dice José Moya, comandante del Camov, el helicóptero de extinción de incendios con mayor capacidad de España.
Han sido seis días intensos, incluso para él que lleva más de una década enfrentándose a los fuegos más importantes del país. “Este ha sido agotador”, nos explica José, “he descargado un millón cien mil litros de agua en seis días”, es decir, como si hubiera lanzado desde el aire un millón cien mil botellas de agua. Todo eso ha multiplicado por los cinco helicópteros Pegasus como el suyo, con capacidad para trasladar 5.000 litros de agua… además del resto de aeronaves que han participado, en total más de cuarenta.
MÁS
“Solo mi helicóptero ha consumido 20.000 litros de combustible”, nos cuenta José que pone cifras a la magnitud del trabajo que han estado realizando todos los que formaban parte del dispositivo en Sierra Bermeja. “El cansancio era tal que ayer le di dos veces el pésame a la misma persona”. Este trabajo es así, pasas de cero a cien en cuestión de segundos.

El final de una pesadilla
Esta semana el incendio por fin se daba por controlado. “Me enteré por la tele”, dice José. El día anterior el fuego ya daba muestras de agotamiento. “El fuego obedecía a los medios aéreos y no al revés”. La lluvia por la noche ayudó a bajar la temperatura del combustible y las llamas activas se fueron apagando. Era el final de una semana de horror.
“El éxito de un incendio se mide por las bajas”, explica el comandante, y en esta ocasión la baja ha sido la de un compañero. “Yo lo primero que hice al enterarme fue llamar a casa y decir que no había sido yo”, confiesa. El riesgo siempre existe, pero nunca se acostumbra uno a ver sus consecuencias tan de cerca.
Después de tantos fuegos, José sigue sin entender como alguien puede provocar un incendio intencionadamente, como al parecer ha ocurrido en esta ocasión. “Por eso es importante hacer esta entrevista, porque quizás la lea alguien y se eche para atrás a la hora de hacer algo así”, explica el comandante. “Quizás ahora mismo estemos apagando sin saberlo el próximo incendio de 10.000 hectáreas”.