Olona elige la inseguridad y la inmigración como ejes de su campaña en Andalucía

Mientras su candidata Macarena Olona, o Macarena de ‘Graná’ como ahora se hace llamar, se pasea de feria en feria por Andalucía, en el cuartel general de Vox preparan el “macarenazo” para dar “la sorpresa” en las elecciones del 19 de junio, con una campaña muy dirigida a captar el voto obrero y del campo pertrechados con su discurso más radical contra la inmigración a la que vinculan con la inseguridad.

Este lunes Olona y su jefe, Santiago Abascal, se plantarán en Almería para presentar por todo lo alto un informe sobre los “mitos y realidades sobre la inmigración en España” realizado por la fundación Disenso, la FAES de la extrema derecha. Ni el lugar ni la fecha escogidas son fruto de la casualidad. Almería es la provincia andaluza en la que Vox obtiene sus mejores resultados de largo. Tierra de invernaderos, arrastra un problema endémico con la inmigración irregular y los asentamientos de temporeros migrantes que hace años ardieron literalmente en El Egido. Además, el 17 de mayo se cumple un año del asalto masivo a la valla de Ceuta y que Abascal aprovechó para sacar rédito político.

“Con el objetivo de analizar el desafío que supone el problema de la inmigración en España, así como de plantear las posibles soluciones, la Fundación Disenso presenta un informe sobre esta realidad que el consenso político trata de minimizar o silenciar”, reza la nota de prensa que Vox ha hecho circular entre los medios de comunicación. Un acto que contará con la presencia de líderes internacionales añaden, aunque no especifican sus nombres. Lo que es prácticamente seguro es que a la cita no acudirá la líder de Reagrupamiento Nacional, Marine Le Pen, volcada en las legislativas francesas, y el espejo en el que se mira Vox.

Hace tres semanas Macarena Olona y el vicepresidente de política Jorge Buxadé apoyaron a Le Pen durante la noche electoral en Francia y compartieron fotos junto a ella para mostrar su respaldo. Comparten un discurso que defiende entre otras cosas, privar a los extranjeros de ayudas sociales o expulsar a los menores inmigrantes no acompañados, y con el que Marine Le Pen ha obtenido un resultado histórico en las presidenciales francesas.

En Vox se ha impuesto el ala que apuesta por eso, por ‘lepenizar’ al partido para ensanchar su base electoral por la izquierda, entre la Andalucía agrícola y obrera que en tiempos votaba al PSOE o al PCE y ya no. Igual que Marine Le Pen. De ahí lo de arrancar la precampaña el primero de mayo en Cádiz, el epicentro de las protestas del metal hace medio año, y del acto del lunes en Almería enarbolando la bandera antiinmigración. Una estrategia que ya han ensayado con éxito en Madrid, Cataluña y Castilla y León.

Dirigentes andaluces del Partido Popular admiten que con ese discurso los de Abascal les pueden “hacer sufrir” en provincias como Almería y Huelva. Pero hasta ahí, porque también creen que el ‘macarenazo’ con el que amenaza Vox en Andalucía no va a ser para tanto y que Olona “no es un plus” añadido a una marca que sí reconocen que está muy fuerte.

En Vox engordan expectativas y aseguran que están por delante de los populares en buena parte de las 8 provincias andaluzas y que van a dar “una gran sorpresa si no se cometen errores en la campaña”. Está por ver si el empadronamiento sobrevenido de Macarena Olona en una casa de la localidad granadina de Salobreña en la que no vive para poder presentarse a las andaluzas, entra dentro de esa categoría de “error”.

Los populares asisten desde la barrera a esta última polémica. Mientras la izquierda y Ciudadanos montan en cólera, la orden desde la dirección del PP andaluz es no entrar e “ignorarla”, convencidos de que Olona “busca ruido, cuanto más mejor”.

“Todos tienen líos menos nosotros. Nosotros vamos a seguir a lo nuestro, gestión y el cambio continúa”, dice a NIUS un peso pesado en la campaña del presidente Juanma Moreno.

En Vox aseguran que es un debate artificial pero también saben que el hecho de que Macarena Olona ni es andaluza ni vive allí es un hándicap. Así que multiplican los gestos. Esta semana la candidata anunciaba que renunciaría a su acta de diputada antes del 2 de junio. En el PP creen que no le quedaba otra. Que “ha ido a palos” a Andalucía con la promesa de que será senadora autonómica. No la ven “chupando” escaño cuatro años en el Parlamento regional si no consigue convertirse en la vicepresidenta de un Gobierno con Moreno Bonilla.

Se ha vestido de flamenca, se ha ido a los toros con Abascal a ver a Morante de la Puebla, exhibe una estampita de la Macarena en su escaño del Congreso, y el viernes se subía a un autobús de línea para ir a la Feria de Jerez buscando un baño de masas que quedó en algo más bien discreto.

La consigna es no cometer errores. A todos los niveles. Empezando por sus compañeros de Castilla y León que tienen orden de no hacer saltar las alarmas mediáticas. Sentados por vez primera en un Gobierno autonómico han decidido adoptar un perfil bajo. Al menos hasta que pasen las elecciones andaluzas, que en Vox consideran fundamentales para su recorrido nacional.