Así retiran un panal con más de 150.000 abejas en un convento de Granada


El enjambre podría llevar allí entre cuatro y cinco años
Las monjas no podían utilizar las zonas cercanas
El apicultor las llevará a unas colmenas, a su hábitat natural
El apicultor Sergio Guerrero ha tenido que emplearse a fondo para quitar un enjambre de abejas que se habían instalado en un convento de Granada. Las monjas llevaban tiempo sin poder usar una zona del jardín, donde está la piscina, por la gran cantidad de abejas que había. La madre Mari Ángeles localizó al profesional para solucionar un problema que crecía cada vez más.
Por un agujerito accedieron a la cámara de aire que hay en la pared y "habían montado un chalecito", explica Guerrero. Cuando lo llamaron creía que era un enjambre pequeñito pero tras tirar parte de la pared han descubierto más de 150.000 abejas. Según explica el apicultor, se trataba de un enjambre que podría llevar allí entre cuatro y cinco años.
Hasta su hábitat
El apicultor las ha rescatado, tanto a ellas como a los panales, y él se encarga de trasladar lo recogido a unos 50 kilómetros de la ciudad, a unas colmenas donde estarán a salvo y en su hábitat. "Esto sucede cada vez más porque las abejas encuentran menos troncos de árboles donde formar sus colmenas", explica el apicultor.
“Nos dedicamos a salvar abejas y lo hacemos de forma altruista porque quitar este tipo de enjambres cuesta mucho dinero. Así que ofrecemos una alternativa para que la gente no opte por fumigar o prenderles fuego”. Para realizar el trabajo, Sergio utiliza un sistema que ha inventado él mismo: la aspiración.
Utiliza un aspirador que hace que las abejas caigan en una cámara especial para después poder llevarlas a un lugar seguro. “Siempre solemos dejarlas en colmenares de apicultores jóvenes que necesitan abejas y que sabemos con certeza que las cuidarán bien”.