La tercera dosis de Paquita: "Este virus ya está pesadito"


Andalucía empieza hoy a administrar la tercera dosis en residencias de mayores
Al despertarse esta mañana, Paquita Rojas no se acordaba de que hoy era un día especial en la residencia La Alfaguara, donde vive desde hace cuatro años. Pero al salir, el patio estaba engalanado con banderillas por el techo y las sillas se habían colocado en forma de auditorio anunciando que algo iba a pasar allí.
“Luego ya sí me he acordado”, confiesa Paquita de 86 años. Y lo que recordaba es que hoy llegaban las nuevas vacunas a su residencia de Salar, en Granada, una de las primeras en las que la Junta de Andalucía empieza hoy a administrar la tercera dosis de la vacuna.
Costurera, con tres hijos y del pueblo de Alhama de Granada, ella ha sido una de las 39 residentes que han recibido hoy la vacuna. “La primera creo que fue en diciembre, pero no me acuerdo”, explica a NIUS. Lo que sí recuerda es que estaba mucho más nerviosa que ahora.
La primera y la segunda vacuna de Paquita, no tuvieron consecuencias. “Ni fiebre me dio”, nos dice. Eso sí, le dolió un poco el brazo, “pero no pasa nada porque cada vacuna me la pusieron en un brazo diferente”, confiesa sonriendo. Para esta tercera tiene su truco: “que me pongan la mitad de la vacuna en un brazo y la otra mitad en el otro”.
La tercera será Pfizer y se la administran junto a sus compañeros de residencia. Un pequeño pinchazo, un pequeño grito y una pequeña broma: "me gusta que me pinchen", dice Paquita a las trabajadoras de la residencia que la graban mientras recibe por fin la tercera dosis. “Deseandico de que llegaran estaba”, dice Paquita.
En Andalucía, cerca de 50.000 usuarios de residencias tienen previsto recibir en los próximos días esta tercera dosis. Paquita anima a todos sus conocidos para que se pongan la vacuna. “Hay de todo, algunos creen… otros no…”, pero ella lo tiene claro. Por eso si hubiera que ponerse una cuarta vacuna, no se lo pensaría dos veces, “también me la pongo en cuanto me lo digan”. Todo para acabar con un virus que “ya está pesadito”, termina diciendo Paquita.