Valquiria y Gandalf, las aves granadinas capaces de diagnosticar y aliviar el miedo a las víctimas de violencia

Daniel López es maestro cetrero desde hace 40 años y sabe identificar las aves con sensibilidad terapéutica
Las águilas ayudan a las personas mayores a mejorar su equilibrio y ejercitar la memoria
Las rapaces consiguen identificar las sensaciones del paciente y las marcan con un gesto
Valquiria, Pache y Gandalf acudieron este jueves la Fundación La Encarnación y San José, en Cájar, Granada. Estas tres águilas -especie Harris y Caravo- visitaron a las residentes granadinas para ayudarlas a superar miedos, ejercitar su memoria y mejorar su psicomotricidad y equilibrio. Pero, ¿cómo un ave rapaz puede hacer todo eso con personas mayores? La clave la tiene el maestro cetrero, Daniel López.
El primer paso antes de comenzar una terapia con aves es identificar el carácter y la habilidad del pájaro. "Hay aves que tienen la sensibilidad para detectar emociones en los humanos que se les acercan y eso nos permite detectar esa energía y sacarla fuera", explica Daniel, que con 40 años en la cetrería sabe identificar a la primera qué águila puede formar parte de sus terapias.
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Una vez elegidas y amansadas, comienza el trabajo con pacientes. "Lo primero es el 'emocionómetro'. Dejamos que el paciente acaricie al ave que, como tiene una sensibilidad especial, reaccionará de una manera u otra según lo que sienta la persona. Si, por ejemplo, ha detectado miedo yo por la reacción lo sé y trabajo con la persona para deje de sentirlo. Vuelvo a dejar que acaricie al ave y si ya no tiene reacción, le hemos quitado ese miedo".
Tras el diagnóstico del 'emocionómetro', Daniel y su ayudante Jesús ya tienen un perfil de cada paciente de la residencia. Ahora toca trabajar la confianza: "Mi compañero se pone detrás de la anciana, en este caso, y yo de frente. Lanzo al águila hacia Jesús sobrevolando la cabeza de la residente, rozándole el pelo. Yo les pido que no pueden moverse, ni tener ninguna reacción. Esa concentración y confianza ayuda a que vivan sin miedo".
La tercera fase de la terapia busca trabajar el equilibrio y beneficia sobre todo a las personas más mayores o con más patologías crónicas: "Les ponemos el pájaro en el puño y les explicamos cómo tienen que colocarse y controlar el brazo para que el animal esté cómodo. Así conseguimos que trabajen la concentración y mejoren su psicomotricidad".
Víctimas de violencia de género
Los residentes en centros de mayores son solo algunos de los pacientes de Valquiria, Pache y Gandalf. Daniel y Jesús viajan desde Granada por toda Andalucía para ayudar a víctimas de violencia de género, de bullying, personas con discapacidad y pacientes oncológicos.
"Las águilas ayudan mucho en la gestión del miedo a las personas que han sido víctimas de cualquier tipo de violencia. Con las personas con discapacidad trabajamos sobre todo la psicomotricidad. Por desgracia, cada vez tenemos más pacientes de las terapias pero es muy satisfactorio ver su evolución, nos hace sentir muy bien a pesar de las duras situaciones que nos encontramos", cuenta Daniel.
Las águilas no son las únicas terapeutas del equipo. Jesús es terapeuta canino y es muy curioso cómo ayudan los perros a las personas víctimas de violencia. Los canes son conocidos por ofrecer grandes avances en la afectividad, el respeto y el cariño, factores fundamentales en estos pacientes. Sin embargo, según nos cuenta el maestro cetrero, el resultado más impactante que consiguen ellos es el empoderamiento.
"Cuando una persona que está totalmente rota por dentro, que se ha perdido completamente a sí misma, ve que puede decir 'sit' y el animal se sienta, 'junto' a él o incluso aprenden algo tan sencillo como es decir que no, tú ves cómo esa persona comienza a recuperar su carácter y eso es muy satisfactorio para nosotros", añade.