El viaje de Violetta: desde La Línea a Polonia para recoger a su abuela que creía muerta

El 16 de abril, la joven llegaba a España con su madre, desde el campo de refugiados de Varsovia (Polonia) y tras sobrevivir dos semanas a los bombardeos en un sótano
Ahora regresan a la frontera tras descubrir que su abuela, de 80 años, sigue viva: "Ella no quiere dejar su tierra"
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Volver al horror de la guerra, a la incertidumbre, a un futuro incierto. Es a lo que se enfrentan Violetta, de 24 años, y su madre, Liubov, de 47. El pasado 16 de abril llegaban a España para ser acogidas en La Línea de la Concepción (Cádiz), por la asociación Hogar Betania.
Era el final de un largo camino, tras pasar dos semanas escondidas en el sótano de su casa y llegar al campamento de refugiados de Varsovia, donde la ONG se hacía cargo de ellas.
Dejaban atrás lo que hasta entonces era una vida normal en Troitske, un pueblo muy cercano a la frontera con Rusia y de los primeros que fue bombardeado. También el recuerdo de su abuela que se negaba a abandonar el país y a la que daban por muerta, tras una explosión en la que fallecieron medio centenar de personas. “Fue muy duro tener que dejarla allí sola pero se negaba a moverse y teníamos que salvarnos”, recuerda Violetta.
Así, con las cuentas bancarias bloqueadas y sin recursos iniciaban una nueva vida en España, gracias a la asociación. Sin embargo, ahora, apenas una semana después, estas mujeres emprenden el camino de vuelta a la frontera con Polonia, tras conocer que la abuela, de 80 años, sigue con vida. “Tenemos que regresar a por ella”, cuenta Violetta, que ahora se debate entre la alegría de volver a verla y la angustia de revivir el horror. Sin apenas recursos, no saben qué harán una vez allí.
La ONG les ha costeado el billete de avión. También algo de dinero para que puedan hacer frente a algunos gastos. “Estamos muy tristes porque ella estaba entusiasmada en España, se había adaptado muy bien y, como domina el inglés, la idea era que trabajara con nosotros en Gibraltar”, nos cuentan desde la asociación.
Su madre, Liubov, sin embargo, nunca quiso alejarse de su país. Ahora, sabiendo que la matriarca sigue viva y que las espera en Polonia, no tiene dudas de que deben regresar para estar las tres juntas. “Es la primera vez que la he visto sonreír desde que llegó. Cuando se enteraron de que había sobrevivido no daban crédito”, aseguran desde la ONG.
Este jueves, Violetta y su madre cogían un vuelo en Málaga con destino a Polonia. “Estamos muy agradecidas por el tiempo que hemos estado aquí, en vuestra casa”, se despedía Violetta emocionada poco antes de embarcar. Aseguraba estar muy triste de tener que decir adiós. “Ha sido un tiempo precioso con vosotros, sois personas maravillosas, estamos agradecidas de corazón”, señalaba.
Desde la ONG las animan para que, una vez se reencuentren, regresen a España las tres juntas, pero Violetta tiene pocas esperanzas de que, siendo tan mayor, su abuela acceda a moverse de allí. "Dice que si tiene que morir será allí", señala. Y separarse, de nuevo, no entra en los planes de estas mujeres que vuelven a dejarlo todo para enfrentarse a un futuro incierto.