'Una imagen histórica al día', la cuenta de Twitter que triunfa compartiendo secretos de la Barcelona antigua

El perfil que gestiona Joaquim Campa ha viralizado fotografías y documentos históricos en las redes sociales
En su cuenta de Twitter acumula más de 14.000 seguidores interesados por la historia de Barcelona
El creador dedica su tiempo libre a buscar en archivos internacionales para actualizar su 'timeline'
Lo encontrarán en las redes como ‘El Boig de Can Fanga’. Joaquim Campa es la persona que hay detrás de esta cuenta de Twitter, donde en solo seis meses ya ha acumulado más de 14.000 seguidores. “Seguidme y veréis una imagen histórica cada día”, promete en su biografía.
Campa creó este perfil en enero de este año para compartir historias, anécdotas, leyendas y secretos de Barcelona, la ciudad en la que vive. Lo hizo tras comprobar que los followers de su cuenta personal de Twitter se multiplicaron exponencialmente cuando comenzó a compartir hilos con fotos e información históricas. En poco tiempo superó la cifra de 100.000 seguidores.
MÁS
Es lo que le hizo dar el paso para fundar esta nueva cuenta especializada. En ella, separaría sus opiniones personales para dedicar todo el espacio a divulgar fotografías, vídeos y documentos de la Barcelona antigua. Auténticas perlas del pasado de la ciudad que han suscitado un interés creciente en la población en los últimos tiempos, tal y como ha demostrado su seguimiento en las redes sociales.
Plaça Catalunya i Rambles, Barcelona 1954.
— El Boig de Can Fanga (@BoigBCN) 13 de abril de 2022
Imatges en color original! Molt difícils de trobar! pic.twitter.com/39AKsDmCjW
Campa no es historiador, pero se define como un apasionado de la historia. Una pasión que le viene de familia y que le hace dedicar a ella su tiempo libre. “Cada día invierto una hora en buscar material para actualizar la cuenta, cuando no estoy trabajando y los niños duermen”, explica. Le gusta encontrar material desconocido y lo encuentra sobre todo en archivos extranjeros, como la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos o los archivos nacionales de otros países. “He llegado a pagar por algunos documentos”, confiesa el twittero, quien afirma haberse convertido en un “coleccionista offline y online”.
Secretos de la historia de Barcelona
La Rambla, Plaza de Espanya, la Diagonal, Gran Vía de les Corts, el Paral·lel… y una larga lista de lugares de la ciudad tienen su hueco en el timeline de ‘El Boig de Can Fanga’. Desde las plazas más céntricas hasta la zona periférica, Campa recoge en sus tuits los efectos del paso de los años por ellos. “Hay una Barcelona que se ha transformado muchísimo a lo largo del tiempo”, explica, “se nota especialmente en los barrios; el centro apenas ha cambiado”.
Campa muestra en su cuenta la ciudad completamente nevada en 1962, una Sagrada Familia que sobresale en el horizonte de la ciudad sin grandes edificios a su alrededor recién entrado el siglo XX, o un Nudo de la Trinitat que pasa de ser un espacio agrícola a una moderna infraestructura de carreteras en tan solo un año, durante la etapa olímpica. Una Barcelona desconocida para muchos y que ahora deja de serlo tanto gracias al alcance de la red social.
Lo mejor para Campa: cuando algún profesor le dice que ha utilizado su cuenta en clase para enseñar historia a los más jóvenes. ‘El Boig de Can Fanga’ ha evidenciado que Twitter puede convertirse en una herramienta educativa. Como dice el creador, “puede aportar conocimientos a quienes ya saben, pero sobre todo puede atraer a nueva audiencia”.
Las historias tras los tuits
La tarea de Joaquim Campa no se limita a la labor divulgativa. Con sus tuits también cumple una función social: la del recuerdo y la nostalgia, en el mejor de sus sentidos. Él siempre trata de “encontrar pequeñas historias” tras los documentos históricos. “Colgué el vídeo de una familia que nunca lo habían visto y contactaron conmigo”, recuerda. La anécdota tuvo mucha repercusión y Campa la menciona con especial cariño.
Lo que más le gusta es descubrir en los archivos escenas de la vida cotidiana. Años atrás, solo la alta sociedad tenía acceso al material para realizar fotografías o vídeos, por ello son quienes protagonizan la mayoría de los documentos históricos. “Es muy especial cuando llegas a un documento que muestra una escena más real”, concluye.