La 'startup' que llevó buenas noticias a los quioscos "cuando el mundo se acababa"


Good News nació en plena pandemia y ya ha abierto nueve quioscos y ocho locales en Barcelona, Madrid y París
La empresa impulsa el consumo responsable de bebidas y snacks en puntos urbanos concurridos
El histórico quiosco Imperial Tarraco de Tarragona tiene los días contados
En las semanas del primer confinamiento en las que sólo abrían tiendas de alimentación y farmacias, cuatro amigos de Barcelona se encontraron frente a un quiosco de la Diagonal - que también estaba abierto - para pasear durante los minutos de permiso que otorgaba el estado de alarma. Fue ahí cuando se fijaron en el puesto y se propusieron abrir un negocio pese a la crisis de la prensa escrita.
"Nacimos cuando el mundo se acababa y queríamos insuflar optimismo entre tanta negatividad", explica Lucas de Gispert, socio fundador de la cadena de quioscos Good News, junto a Jan Barthe Cuatrecasas, Fernando Conde, Ignacio Campos y Alejandro Catasús.
A nadie se le escapa que los quioscos luchan por sobrevivir: en la última década han desaparecido la mitad en España. Sin embargo, estos cuatro amigos de Barelona se fijaron en proyectos de otros países europeos que han revivido estos establecimientos centenarios y se lanzaron a la aventura. "Tendrías que haber visto la cara de mi madre cuando le dije que compraríamos un quiosco", cuenta De Gispert.
De periódicos a café para llevar
Adquirieron la licencia del puesto que les había inspirado, el del cruce de avenida Diagonal con Balmes, justo en el verano de 2020, testigos de cómo los barceloneses hacían suyas las calles abandonadas por el turismo. Rediseñaron el quiosco, con la idea de transmitir buen rollo con el 'smiley' que eligieron como logo de la marca, e instalaron una cafetera y bebidas y snacks orgánicos. "Era la zona de paso de mucha gente a quienes podíamos vender un café, pero teníamos miedo de perder al señor mayor que cada mañana compra su periódico", relata De Gispert.
Los cuatro amigos trabajaron en el quiosco las primeras semanas: "Fue un alivio ver que la gente lo aceptaba", cuentan. Al mes contrataron personal y compraron licencias de otros quioscos de la ciudad.
El café se ha convertido en el producto más vendido de la empresa así que el verano siguiente decidieron venderlo más allá de los puestos de diarios y abrir locales a pie de calle. Estos últimos, sin prensa escrita: "El número de quioscos es limitado. Queremos estar en los principales puntos de paso y llevamos allí el concepto del quiosco", añade de Gispert.
Ahora ya son 9 quioscos y 8 locales Good News en Barcelona, Madrid y París. En 2021, el equipo facturó cerca de un millón de euros y esperan llegar a los cuatro millones en 2022 con 50 puntos de venta en Barcelona, Madrid, París y Ámsterdam.
Consumo con impacto positivo
También venden online su propio café y gorros y bolsos con la cara de su logo. Un café cuesta en Good News 1,5 euros, no pretenden competir con Starbuck's. "Es más caro que en el bar de la esquina porque nuestro café es bueno, pero no queremos ser una marca selecta. Nos dirigimos a las nuevas generaciones y estas no quieren sentirse poderosas. Prefieren sentirse bien, aportar al mundo y que su consumo tenga un impacto positivo", explica De Gispert, que reconoce que venden cortados, bollería y kombuchas a perfiles de todas las edades.
Good News trabaja en una filosofía sostenible. "Nuestros vasos son el 99% reciclables y hacemos descuentos de más del 50% si vienen a comprarlo en nuestros termos", cuenta De Gispert. También hay descuentos para los clientes que se desplazan en bici y a las buenas noticias. "Hay días que ofrecemos café a mitad de precio a quien nos explique algo bueno que le haya pasado. Muchos creen que aquí hay trampa", reconoce.
Café por suscripción
La marca ha empezado a vender café por suscripción y cafeteras con descuento para los clientes interesados en desterrar las cafeteras de cápsulas, que contaminan más. Aseguran que su café es de producción libre de explotación infantil: "Un colega viajó a todas las plantaciones donde compramos y rompimos el contrato con aquellas que no podían certificarlo", explica.
Entre sus clientes, sienten especial cariño por una señora de su barrio, Sarrià. Allí abrieron el segundo quiosco y allí surgió una clienta que se ha trasladado a la mayoría de inauguraciones de los locales 'Good News': "Se compró un billete de Ave para ir a la inauguración de Atocha. Tiene todos los cafés pagados", bromea De Gispert.