A 32 grados en el aula y 72 ventiladores sin instalar: la lucha de las familias de un colegio de Barcelona contra el calor

Los padres y madres invirtieron 10.000 euros en los aparatos que hasta ahora no se han podido utilizar
El Consorcio de Educación asegura que los montará el próximo lunes, pero las clases acaban el miércoles
La temperatura aceptable en los centros educativos oscila entre los 17 y los 27 grados
Las familias de la Escola Lavínia de Barcelona se han chocado frente a un muro en su lucha contra la ola de calor, que en otras comunidades ha sacado a los niños de las clases. Las aulas del centro educativo han registrado esta semana temperaturas superiores a los 32 grados debido a la falta de climatización. Sin soluciones a la vista, los padres y madres invirtieron 10.000 euros en la compra de 72 ventiladores que aún siguen en sus cajas en un almacén.
Són les 12:30 @Escola_Lavinia estem a 32.5 graus. Volem una solució! #SensCouenElsFills #ProuDesmaisALesAules @educaciocat https://t.co/ptbmxOJCVe pic.twitter.com/4Ju6VUa80F
— Escola Lavínia (@Escola_Lavinia) 16 de junio de 2022
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El Consorcio de Educación de Barcelona ha denegado hasta ahora la instalación de los aparatos de ventilación por no tratarse de los modelos adecuados. La Administración aboga por que los ventiladores sean de pie, característica que no cumplen los adquiridos por las familias.
Cambio de postura
Pese a su negativa inicial, el Consorcio de Educación, formado por el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat de Cataluña, instalará finalmente los aparatos el lunes 20. Las clases de infantil y primaria en la Escola Lavínia acaban el miércoles 22.
“Se nos cuecen los hijos” y “Basta de desmayos en las aulas” son dos de los mensajes que han utilizado las familias y el mismo centro para denunciar la situación que sufre el alumnado. De hecho, la temperatura aceptable en las escuelas debería oscilar entre los 17 y los 27 grados. La ola de calor ha rebasado esos registros con creces y ha hecho que Andalucía no considere absentismo escolar el no asistir a clase por cuando los termómetros se disparan.