El ruido amenaza el sueño de los vecinos del barrio de Gracia: “Es un infierno diario”


Los vecinos de Gracia aseguran que no pueden dormir por el ruido del tráfico, las fiestas y los bares
El ruido se sitúa como el segundo problema de salud pública más importante de Barcelona
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La imposibilidad de dormir por las noches es ya una conversación habitual entre los vecinos del barcelonés barrio de Gracia. Desde hace meses, las familias que viven allí se quejan de los altos niveles de ruido en sus calles. El gentío en las plazas siempre ha sido una seña de identidad del barrio, pero es algo que para muchos vecinos también se ha convertido en “una condena”.
“Gracia siempre ha sido un barrio con mucha vida, pero desde el confinamiento se ha desmadrado”, apunta una vecina de una calle cercana a la Plaza del Diamant. La afluencia de gente, los bares y locales de ocio, las fiestas y el tráfico provocan en las calles “un ruido constante” que llega hasta el interior de las viviendas.
Ventanas dobles, tapones y pastillas para dormir
María y Rubén viven en un primer piso de la calle Or. Su calle es zona de tránsito entre las plazas, camino hacia uno de los pocos locales musicales de la zona que permanece abierto hasta más tarde de la 1 de la madrugada y acumula cinco bares en un tramo de apenas 150 metros. Para ellos, dormir por las noches es una misión imposible.
“Es un horror, un infierno diario”, afirma María. Tanto su pareja como ella aseguran que tienen que tomar pastillas para poder conciliar algo de sueño cada noche y usar tapones. Es “una cuestión de salud” que también afecta a su hija de 5 años. La pequeña duerme con casos de insonorización durante las noches. Las ventanas con doble cristal en las que invirtieron hace años poco pueden hacer ante tal nivel de decibelios: “Aun así, se oye”, sentencia la pareja.
No son los únicos. El balcón de Anna se encuentra justo encima de la Plaza de la Vila de Gracia. “Aquí hay mucho ruido por las noches. Cuando cierran las terrazas, la gente se queda bebiendo en el suelo”, cuenta. Ella también precisa medicación para poder dormir. “Las ventanas y las persianas, como si no las hubiera”, cuenta.
Anna charla de la situación con otra vecina, Olga, de la calle Mozart. “Lo gordo está en las plazas”, pero el ruido también salpica en su calle. Cuando Olga sale de casa a las 6 de mañana, la plaza sigue llena de grupos de gente. “En Gracia ya no sabemos lo que es el silencio”, asegura.
Reclaman medidas
“Nos sentimos desamparados”, dicen algunos vecinos. Lo único que pueden hacer es llamar a la Guardia Urbana, pero no da solución a una cuestión que ya es sistémica. Reclaman a las instituciones que busquen medidas para reducir el ruido en sus calles: “Algo tienen que hacer porque así no se puede vivir”.
El pasado jueves, una veintena de entidades vecinales y cerca de 200 vecinos de las zonas más afectadas por el ruido se manifestaron frente al Ayuntamiento de Barcelona para reclamar soluciones en sus barrios. En ella evidenciaron con pancartas y proclamas su cabreo por no poder dormir.
Sonómetros contra el ruido
Para tratar de atajar esta problemática, el ayuntamiento ha instalado sonómetros en las zonas de Barcelona más tensionadas por el ruido, en los distritos de Gracia, Sants, Sant Martí y el Eixample. Estos dispositivos medirán exactamente qué ocurre en las calles, qué días y en qué franjas horarias para, a partir de ahí, comenzar a desarrollar los planes de actuación desde el mes de julio.
Eloi Badía, concejal de emergencia climática, afirmaba esta semana a los medios de comunicación que el ruido “es el segundo problema de salud pública más importante de la ciudad”, solo por detrás de la calidad del aire. El ocio de la noche y el tráfico son los principales responsables de que algunas zonas de la ciudad superen los 65 decibelios, en palabras del concejal, “algo equivalente a un aspirador encendido”.
60.000 barceloneses con trastornos del sueño
Más de la mitad de la población vive con niveles de ruido por encima de los recomendados por la OMS. De hecho, en Barcelona, 200.000 personas sufren afectación psicológica del algún tipo por este motivo. 60.000 barceloneses tienen trastornos del sueño y se han contabilizado 300 casos de cardiopatías isquémicas.
En cuanto a las medidas que se prevén, cada zona requerirá planes concretos según las características de las problemáticas que se detecten, pero desde la concejalía avanzan que algunas de ellas pasarán por hacer inspecciones de horarios a los locales, adelantar las horas de limpieza de las calles o modificar los horarios de las terrazas.
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