El síndrome de Meige, la rara enfermedad que cierra los párpados a una concejal de Barcelona


Es una enfermedad neurológica que provoca "contracciones involuntarias como parpadeo rápido, espasmos en la lengua, la mandíbula, o incluso dificultad para hablar", según el neurólogo Luis Gil
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La concejal del distrito de Horta-Guinardó de Barcelona Rosa Alarcón (PSC) ha anunciado que se toma la baja temporal hasta septiembre por una rara enfermedad que le cierra los párpados.
En un vídeo que ha difundido en redes sociales, la exconcejal de movilidad y exdirectora de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) -fue relevada por Laia Bonet el pasado septiembre- ha explicado que padece el síndrome de Meige, una enfermedad neurológica que, según las estadísticas, sólo padecen otras 14 personas en Cataluña.
"Es una enfermedad que ha costado mucho diagnosticar porque no hay muy poca gente que la tenga", explica Alarcón en el vídeo. "Es una enfermedad que me cierra los ojos porque afecta a la parte muscular. Puede afectar a los ojos, el cuello o las piernas", describe. "Ahora que sé qué enfermedad tengo, los médicos no pueden curarla pero sí pueden poner un tratamiento que me ayude a vivir de forma tranquila el día a día", añade.
Los facultativos han prescrito a Alarcón que haga "un parón hasta septiembre", cuenta y acaba tranquilizando a los vecinos: "Esto no quiere decir que abandone, ni que abandone el distrito. Dejo el distrito en buenas manos", asegura y se despide hasta después de las vacaciones.
Una dolencia "poco frecuente"
El síndrome de Meige es una enfermedad neurológica "poco frecuente que provoca espasmos musculares involuntarios anormales y repetitivos", explica a NIUS el doctor Luis Gil, neurólogo del Hospital Sagrat Cor de Hermanas Hospitalarias de Martorell. Dichas contracciones pueden ser un "parpadeo rápido, espasmos en la lengua, la mandíbula, o incluso dificultad para hablar, tragar o el babeo involuntario", añade.
Como bien explica Alarcón en su vídeo, es una enfermedad tan poco frecuente que se desconocen las causas: "La principal hipótesis es que la causan factores genéticos y ambientales", cuenta el neurólogo. En la mayoría de casos, el síndrome de Meige aparece en la segunda mitad de la vida: "Puede comenzar entre los 15 y los 30 años pero en la mayoría de casos empiezan a partir de los 60 años", ilustra el doctor Gil.
El diagnóstico llega tras una retahíla de pruebas que descartan otras patologías. Primero se descartan problemas psiquiátricos en el paciente, como ansiedad o nerviosismo que pueden provocar espasmos involuntarios. La principal diferencia es que en el síndrome de Meige, los movimientos de ojos, boca o la lengua van asociados mientras que en un trastorno psiquiátrico no lo están", explican. También realizan pruebas para descartar otras dolencias que originan trastorno de movimiento, como el Parkinson.
El pronóstico es difícil de establecer tras el diagnóstico de la enfermedad: "Se sabe que hay una progresión rápida los tres primeros años, luego la enfermedad queda estabilizada", explica Gil. El tratamiento incluye medicación como la tetrabenazina, inyecciones de toxina botulínica y, en los casos que no responden, la estimulación cerebral profunda, un procedimiento más invasivo que consiste en la introducción de un electrodo en un área profunda del cerebro.
Afectaciones psicológicas
"La enfermedad puede provocar un importante malestar psicológico en el paciente", asegura el neurólogo. "Si el cierre de ojos no se trata, no van a poderlos abrir a largo plazo. En algunos pacientes puede que la afectación en la boca haga que se les salga la lengua. Ya no es sólo un problema para tragar, conlleva consecuencias estéticas que cuesta asimilar", explica el neurólogo.
El descanso se prescribe a todos los pacientes: "Las situaciones estresantes pueden hacer que los síntomas se incrementen. Por eso se recetan también relajantes musculares, pero no para tratar los síntomas sino para disminuir los niveles de ansiedad que provoca el síndrome en el paciente", explica.
El facultativo recomienda que ante este tipo de síntomas, un diagnóstico precoz es clave para el abordaje de la enfermedad. Aun así, recuerda que "tiene una incidencia muy baja entre la población y se mantiene el mismo número de casos a lo largo de los años", tranquiliza.
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