Cuatro refugiados ucranianos de 14 años se forman en Barcelona por su sueño de ser futbolistas


Yehor, Lukian, Maksim y Danylo jugaban a fútbol en clubes de Ucrania antes de la invasión, como el Shaktar
La Fundación Marcet los recogió en autocar junto a otras decenas de familias y entrenan en su academia
Los chicos tratan de aprovechar una oportunidad que les mantiene lejos del conflicto armado y los acerca a su sueño
Barcelona, ciudad refugio, que dicen los lemas institucionales y las pancartas de las manifestaciones a favor de los migrantes. Y no iba a ser menos durante la invasión rusa sobre Ucrania, que sigue recibiendo ataques cuatro meses después del estallido del conflicto. Más de 20.000 desplazados han llegado a Cataluña, la mayoría (12.000) a la capital. Yehor, Lukian, Maksim y Danylo son cuatro de ellos y tratan de seguir con la pasión que compartían ya en su vida anterior: el fútbol.
"El fútbol nos ayuda a pensar que esta es nuestra casa", resume Maksim en nombre de sus compañeros. Los cuatro eran futbolistas en formación en sus ciudades, Kiev y Stavishe; de hecho, tres lo hacían en el conocido Shaktar Donetsk. Tienen 14 años y estudian y entrenan bajo el paraguas de la Marcet Football Academy, ubicada en el barrio de Horta.
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"Tratamos de darles un ambiente positivo y que les permita seguir formándose para ser profesionales en el futuro", en palabras de Javier Marcet, abogado y uno de los patrones de la fundación vinculada a la academia, fundada en 1978 por el exfutbolista internacional Javier Marcet y su hijo, José Ignacio.
Vinieron en un autocar fletado por la fundación
La entidad fletó un autocar a la frontera ucraniana la primera semana del conflicto, de la mano del abogado José María Fuster-Fabra y en colaboración con el consulado general en la capital catalana, para recoger a decenas de familias; mujeres, niños y ancianos en su mayor parte. También ha colaborado con un conglomerado de empresas y entidades privadas, que han logrado evacuar a 1.500 desplazados en total.
Los cuatro protagonistas de este artículo se subieron al autocar con sus madres, deparándoles la ciudad del Barça como destino y una beca de la Fundación Marcet, cuyo objetivo es acercar el fútbol a niños desfavorecidos de países de todo el mundo. Una nueva oportunidad para estos chicos de seguir creciendo y puliendo su talento junto a dos centenares de compañeros más, de diferentes edades y decenas de nacionalidades.
Maksim Savchuk es portero. Le gusta, a pesar de la soledad de los palos y la red. Barcelona también le ha gustado porque "la ciudad y su arquitectura son muy bonitas". En el campo de entrenamiento de la Marcet recibe los consejos de sus entrenadores: "Tengo que mejorar la técnica con las piernas y saltar mejor". Trabaja para recalar la próxima temporada en el Valencia CF y acercarse a su sueño de ser profesional.
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— Marcet (@marcetfootball) 22 de junio de 2022
Y mientras Yehor Kaprivin sueña con la Liga española y el Real Madrid, Lukian Skuz tiene la mirada puesta en Inglaterra. A él le gusta la Premiere League porque "allí el fútbol es más duro"; su área de mejora, el juego con balón, la toma de decisiones.
La mentalidad de todos ellos es un ejemplo de su concentración por aprovechar su oportunidad para formarse, ahora, en el oeste de Europa, lejos de casa. "Me gusta cómo se entrena en Barcelona. En Ucrania entrenábamos más el físico, aquí lo hacemos más con balón", remata Danylo Bilan.
El Dynamo de Kiev, en Barcelona
La capital catalana fue parada del Dynamo de Kiev a principios del mes de junio en la gira por Europa de su cadete, huyendo de la invasión. De hecho, la Marcet Football Academy organizó un triangular solidario con los ucranianos y el FC Barcelona para dar visibilidad al conflicto armado y que los chicos sigan lejos de la invasión.
En torno a la mitad de los alumnos de la Marcet Football Academy reciben algún tipo de beca, total o parcial, de la fundación que lleva el mismo nombre, según fuentes de la entidad.