Marina Vilalta, pastora de "los animales de los pobres" a los 95 años y Creu Sant Jordi por un oficio que se apaga


La ganadera de 95 años ha dedicado toda la vida a sus ovejas en la comarca del Ripollès
Marina pasea a diario con su rebaño a los pies del Taga, pese a que en los últimos meses las fuerzas le flaquean
Cataluña otorga la Creu de Sant Jordi a Estopa, Laia Palau, Carme Elias e Hipra
A sus 95 años, Marina Vilalta es la pastora en activo más longeva de Cataluña. La Generalitat ha reconocido su trayectoria con la Creu Sant Jordi, la máxima distinción del Gobierno catalán, cuya ceremonia de entrega se celebrará el 11 de julio en Teatro Monumental de Mataró. Junto a ella, serán galardonadas figuras como Estopa, la actriz Carme Elias, la activista social Fàtima Ahmed, el escritor Josep Espunyes o el payaso Tortell Poltrona
Su trayectoria como pastora, como oficio que forma parte del "patrimonio cultural e histórico de Cataluña", ha sido decisivo para la distinción. La Generalitat ha escuchado así una petición publicada en Change.org, que reunió 5.800 firmas, y que pedía la medalla para esta singular ganadera del Ripollès que no conoce otra vida fuera de los pastos.
La candidatura fue impulsada por Salvador Vergès, ganadero y diputado de Junts per Catalunya. Su campaña pedía el apoyo de todos los colores políticos: "Desde un punto de vista técnico y estricto, Marina no cumple los requisitos de la Creu Sant Jordi, pero si somos realistas, difícilmente nunca ningún pastor cumplirá los requisitos de este galardón. Y, en cambio, estaremos de acuerdo que esta gente, pese a estar en extinción, bien se merecen nuestro mayor reconocimiento", subrayaba la petición.
Marina ya ha agradecido el premio en un vídeo publicado por el autor de la petición en sus redes sociales. "Estoy muy contenta, aún no me creo que haya ganado un premio como este", cuenta la galardonada desde sus pastos.
Quina alegria! La nostra estimada Marina, la pastora en actiu més antiga d Catalunya, amb 95 anys acabats d fer, ha estat merescudament guardonada amb la Creu d St Jordi. Un gran exemple d’esforç i amor rural x a tots nosaltres. ENHORABONA i moltes gràcies x aquestes paraules! 😘 pic.twitter.com/HRLSUbTzS4
— Salvador Vergés i… Tejero! (@salvaverges) 28 de junio de 2022
Toda una vida dedicada a "los animales de los pobres"
Marina Vilalta nació en Ogassa, a 17 kilómetros de donde vive ahora, y se dedicó a las ovejas desde pequeña, "los animales de los pobres", como ella las llama. Trabajó en una fábrica durante su juventud y vio que ese no era su mundo: "Para ella, dormir es de gandules. Pero tener que hacerlo de día, con la luz del sol, le parecía un insulto a la naturaleza", contaba Vergés en la petición. Así que volvió a las ovejas cuando se casó y se mudó al municipio de Bruguera.
"Estamos muy contentos. Es un premio muy grande para un pueblo tan pequeño" explica a Nius Concepció, vecina de Marina. Mientras, la pastora sigue fiel a su labor. Cada día a primera hora de la tarde sale con su rebaño de ovejas y alguna cabra hacia el bosque, a los pies del Taga, donde pastan sus animales. "Ahora la acompaña su hijo porque está bastante débil por problemas de corazón. La lleva en coche y se queda con ella, pero ella preferiría quedarse sola", cuentan los vecinos. "Casi no puede caminar, pero ella sólo piensa en su rebaño. Corre tras del ganado desde pequeña", cuenta Concepció.
A los pastos con un saco de patatas
"¿Le han dado la medalla a Marina?", pregunta el propietario del albergue Can Nuria - que no reside en el pueblo - al ser preguntado por su ilustre vecina: "Es una señora muy mayor, siempre la he visto mayor", reflexiona. "Y muy especial. En vez de salir con una mochila, siempre lleva un saco de patatas. Allí mete el paraguas y algo para comer", reconoce. Otros vecinos comentan que la edad también hace estragos, de vez en cuando en su memoria.
La galardonada les ha reconocido que últimamente tiene la cabeza "un poco nublada", pero que seguirá con sus ovejas hasta que la salud se lo permita.
La pastora recibió en enero el premio Arrelat de la comarca del Ripollés y varios políticos de la región han trabajado desde entonces para que la Creu Sant Jordi reconozca esta edición su labor, al ser la pastora más vieja de Cataluña, y de esta manera un oficio histórico con cada vez menos afiliados.