La masía medieval con vigas del taller de Eiffel que se vende en Girona por 2,95 millones


La propiedad se construyó en el siglo XIII y fue renovada en el siglo XIX con elementos modernistas
El taller del célebre ingeniero realizó importantes encargos en la provincia, como el puente de hierro sobre el río Onyar
La masía modernista de Rosalía y Rauw Alejandro
Si París tiene su torre más emblemática, Girona presume de un llamativo puente creado también por el taller de Eiffel. Se trata del Pont de Ferro que sorprende por su intenso color rojo y el uso del metal, como si fuera una pequeña torre tumbada sobre el río Onyar. Pero el célebre ingeniero francés también dejó su huella en otros puntos de la provincia, como la masía Mas Parés en Brunyola i Sant Martí Sepresa, una construcción del siglo XIII que lleva vigas del taller parisino. La propiedad, de 120 hectáreas, ha salido a la venta por 2,95 millones de euros.
No es una casa cualquiera, forma parte del inventario de Patrimonio Arquitectónico de Cataluña. "El primer documento conocido de la propiedad data de 1.248", explica a NIUS la familia propietaria, descendientes de una familia de terratenientes que se establecieron en la comarca de la Selva. La propiedad ha pertenecido a la misma familia durante más de siete siglos. Hasta ahora que cambiará de manos. Pero su historia ha sido extensamente documentada y se puede consultar en el fondo bibliotecario/documental de Mas Parés, cedido al Consell Comarcal de la Selva, ubicado en Santa Coloma de Farners.

La finca dispone de varias construcciones históricas, entre las que destacan la casa principal del siglo XIII con elementos arquitectónicos medievales y novecentistas, las antiguas caballerizas de 200 metros cuadrados que fueron rehabilitadas para múltiples usos, y un paraje natural de 75 hectáreas forestales y 45 hectáreas de avellanos y castaños.
Testigo de la historia de la Selva
La familia recuerda alguno de los momentos estelares: "En 1.424, el rey Alfonso de Aragón y de Roselló acordó varios privilegios para la villa de Vilanna - donde está situada la finca - en respuesta a una solicitud de la familia Vilallonga, antepasados de los actuales propietarios", explican. Otro hito histórico sucedió en 1.748 cuando se unieron dos familias de terratenientes de la zona y "se procedió a rehabilitar y ampliar la propiedad levantando una segunda planta de estilo Modernista". De esta renovación, destacan las dos vigas del taller Eiffel, que han llegado hasta nuestros días en perfectas condiciones.

Mas Parés no fue sólo una propiedad agrícola. Fue una "masía fortificada en la que se escribieron varios tratados de agricultura y traducciones del latín al catalán de documentos de la familia", explican. También cuentan que participaron "activamente en la Guerra Carlista al lado del General Savalls". Al iniciarse la Tercera Guerra Carlista (1872-1876), el general Francisco Savalls entró en Cataluña y consiguió importantes victorias en Vidrà, Cardedeu, Alpens, Castellfollit de la Roca y Olot. Como premio por estas victorias, Carlos VII le concedió varios títulos nobiliarios y lo nombró general de Barcelona y Girona .
Arcos de medio punto con ornamentación modernista
La masía está construida en piedra y con buen estado de conservación, aunque el anuncio de la inmobiliaria destaca que la finca principal requiere una reforma antes de entrar a vivir.
Este edificio principal es una masía de planta rectangular que consta de planta baja y dos pisos superiores. En la planta baja hay varias arcadas: el gran portal de acceso, con un arco de medio punto equipado con dovelas trabajadas y robustas. En la misma planta hay dos portales secundarios, uno en forma de gran arco conopial y un tercero, cuadrangular con un dintel monolítico y montantes de piedra desbastados.

En la primera planta, destaca un ventanal gótico con varios elementos ornamentales y los restos de un reloj solar. La construcción también cuenta con ornamentación de corte vegetal y floral, propio del Modernismo, en el gran medallón circular que corona la construcción.
El edificio que acogió un antiguo pajar y las caballerizas, ha pasado por múltiples usos. En los últimos años fue reconvertido en las oficinas de una marca de industria cárnica de productos derivados de la oca y el pato. La familia propietaria ha preferido mantenerse en el anonimato y no ha desvelado los motivos de la venta.