Una familia se salva del desahucio gracias a los jubilados de Badalona que negocian con fondos buitres


Elisabeth y su familia viven en un piso de alquiler social en un piso del banco
La agencia inmobiliaria les quería desalojar pero unos jubilados de Badalona lo impidieron
Los jubilados de Badalona que negocian desalojos con fondos buitre: "Las familias no imaginaban vivir a esta situación"
Elisabeth y su familia pueden mantener su vivienda de alquiler social gracias a Enric, Carles, Ginés y Pepe, los jubilados de Badalona que dedican todos sus esfuerzos a negociar los desalojos con los fondos buitres. El banco había solicitado dos órdenes de desahucio y la plataforma Plataforma Sant Roc Som Badalona ha conseguido paralizarlo.
De hecho, no es el único caso que han negociado. Paralizan una treintena de desalojos al mes e intentan negociar con la propiedad un alquiler social para los inquilinos. Así lo han hecho con Elisabeth y su familia.
Dos intentos de desahucio
La mujer llegó a Badalona hace 11 años con su hijo pequeño y se instalaron en una habitación alquilada en el piso de un hombre. "Yo llegué cuando mi hijo mayor tenía dos añitos. Al hombre le embargaron la casa y le iban a desahuciar. Me dijo que el se iría y que si me quería esperar a que vinieran yo misma. Al no tener donde ir llame a los Mossos y le comenté que estaba con mi hijo. Me hicieron el primer alquiler social de 150 euros".
La mujer estuvo dos años y medio pagando ese alquiler mensual y cuando estaba a punto de finalizar el contrato le enviaron una carta conforme tenía una deuda. "Yo no lo entendía porque había estado pagando cada mes. Me dijeron que a tal fecha el alquiler subía a 350 y se me generó una deuda de unos 2.000 euros", explica. Logró pagarlo pero se acabó el contrato y le llegó llamaron a juicio por impago de la deuda.
A los de la plataforma si les escuchan y saben dialogar. Ellos pudieron debatir. Me pusieron la condición de que no debía fallar de pagar en seis meses
"Yo ya había pagado la deuda y pude demostrarlo con los recibos. Gané el juicio y esperaba a que me hicieran un contrato de siete años pero no quisieron hacérmelo. El banco quería echarnos. Entonces conocí a Enric, de la plataforma y el medió entre yo y la entidad. Ellos ya conocían al banco de otros desahucios"
Gracias a Enric pudo demostrar que nunca había dejado de pagar el alquiler social y tras dos semanas de negociación consiguieron firmar un contrato de siete años con un alquiler social de 160 euros mensuales, cuyo importe se renueva cada año dependiendo de los ingresos que vayan teniendo en casa.
Negociando con el fondo buitre
"A los de la plataforma si les escuchan y saben dialogar. Ellos pudieron debatir. Me pusieron la condición de que no debía fallar de pagar en seis meses. De lo contrario volvería a tener una deuda con el banco. Ahora vivo más tranquila pero sufro mucho por otras familias del barrio que les van a desahuciar", lamenta.
Elizabeth asegura que no todos los okupas son iguales y que ella si lo fue en algún momento fue por necesidad. "Yo cuando hablan de los temas de los ocupas no es que me de por aludida pero yo siento que en su día podría haber sido una ocupa porque no tenia donde ir y he estado aquí lo podría haber sido. Pero no lo he hecho con la intención de quitarle el piso a nadie, ni de meterme en casa de nadie", explica.
Yo cuando hablan de los temas de los ocupas no es que me de por aludida pero yo siento que en su día podría haber sido una ocupa porque no tenia donde ir
A Elizabeth y a su familia han estado a punto de echarle del piso dos veces y gracias a la plataforma que medió con el banco ha conseguido quedarse. Ahora tiene nueva pareja y dos hijos más con él y en el piso vive también su madre. Durante la pandemia de coronavirus se quedaron sin trabajo pero ahora trabajan los dos: ella limpiando las noches de sábado, domingo y festivos en un hospital y su marido es tatuador. "Yo tenía pensamiento de trabajar pero en cuanto mi hija entre al colegio en septiembre todo se estabilizará", concluye.