Platos a cuatro euros en una cafetería de Barcelona con frutas y verduras descartadas en los supermercados por feas


El proyecto sObres Mestres aprovecha alimentos descartados por las grandes cadenas de supermercados y los consumidores
La fruta, la verdura o el pan que utilizan fueron desechados por su talla, apariencia o por falta de espacio para almacenarlos
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La apariencia de un producto fresco no está reñida con su calidad. De ello están convencidos en la cocina del Cafè de la Lleialtat del barrio barcelonés de Sants, donde se desarrolla el proyecto sObres Mestres (sObras Maestras, en español), basado en la confección de menús elaborados con frutas, verduras y otros alimentos descartados por los consumidores y las grandes cadenas de supermercados.
“Son productos que no han entrado en el mercado o han entrado y no se han podido vender”, explica desde el restaurante Nikoletta Theodoridi. Alimentos que por su forma, tamaño o aspecto, o por cuestiones logísticas, no han sido valorados y que tienen una segunda vida transformados en platos a 4 €. En la misma calle, un menú diario como los que están en peligro ronda los 13 €.
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Desperdicio alimentario
Nikoletta relata que el proyecto sObres Mestres tiene acuerdos con supermercados y panaderías que les ceden o venden a un precio rebajado los productos que al final del día no han encontrado comprador. “De lo que producimos para el consumo humano se tira más de un tercio; de fruta y verdura, un 40%. No se da para animales ni para hacer compost, va al vertedero”, lamenta la cocinera.
Una parte de ellos, como las zanahorias o las manzanas, había sido envasado previamente y deja de ser apto para su venta cuando supera la fecha de consumo preferente. Esos productos, dice Nikoletta, no se venden ya a granel y los adquieren para utilizarlos en su cocina. “Según la forma o la textura decidimos una receta u otra: si una zanahoria está firme, para una ensalada; si está más blanda, para una crema”, explica la cocinera.
Un menú para todos los públicos
“Nos interesa que sea inclusivo y que la oferta responda a las necesidades de la mayoría de la gente”, dice Nikoletta. De ahí el precio de sus menús y que la base de sus preparaciones sea vegetariana y vegana. “Hacemos platos sabrosos, saludables e inspirados en las gastronomías del mundo y nos preocupamos de la sostenibilidad del planeta”, añade, en línea con lo que propone el Ministerio de Consumo.
Francesco Ruso es un entusiasta del proyecto. Como programador de La Lleialtat Santsenca -un espacio de gestión comunitaria del barrio de Sants-, confía en que “un consumo responsable a nivel alimentario y tecnológico es posible”. De hecho, afirma que su cocina “es una forma de hacer política a través de la gastronomía”.
Así lo aprecian también los comensales que disfrutan de sus menús. Recetas elaboradas con productos de proximidad y de temporada en un espacio en el que aprender sobre sostenibilidad y alimentación saludable a mesa puesta.