La sequía amenaza las inundaciones de los arrozales en el Delta del Ebro: "Si cortan el riego en julio, me arruino"


Los campesinos dispondrán de la mitad de dotación de agua para inundar los campos, poniendo "en peligro" la viabilidad de 140.000 toneladas de arroz
Las comunidades de regantes afrontan una situación "inédita": "Cuando no caiga ni un litro de agua, el problema será nuestro"
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Las consecuencias extremas de la sequía han llegado hasta los campesinos del Delta del Ebro, que viven una situación "inédita" al empezar la campaña del arroz con la mitad de dotación de agua para inundar los campos. Una medida que podría suponer "la ruina" del sector si cortan el riego a partir de julio, poniendo en peligro la viabilidad de 140.000 toneladas de arroz.
La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha limitado la concesión de agua a 250 hectómetros cúbicos. El cambio "estrangula aún más" a los campesinos, obligados a adoptar medidas de contención para aprovechar cada gota antes de que el grifo pueda cerrarse en cualquier momento.
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"Si pasa en julio, cuando el arroz está en floración, quiere decir que perderemos toda la cosecha porque no quedará en grano y se perderá todo. El sector prácticamente no levantará cabeza. Yo mismo me arruino", explica Albert Pons, responsable del sector del arroz de la organización agraria catalana Unió de Pagesos sobre la problemática que afrontarán con el inicio de la campaña del arroz estos días.
📢🌾@uniopagesos alerta de la tardança i manca de previsió de la CHE per a la campanya de l’arròs, que començarà amb només el 50 % de dotació d’aigua.
— Unió de Pagesos (@uniopagesos) 20 de abril de 2023
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Sin embargo, esta dotación de agua puede acabarse antes de la cuenta si el embalse de Mequinenza (Zaragoza) llega a la cota 90 de su capacidad. "En el momento que ocurra, el problema es nuestro porque cortarán el riego de forma radical. No caerá ni un litro. Cuando ocurra, empezará la cuenta atrás".
Reciclar el agua
Para paliar las consecuencias, las comunidades de regantes, con más de 22.000 hectáreas dedicadas a este cultivo, reciclarán el agua. "Como no la lanzaremos serán agua de filtros, de mala calidad y salobre". Aunque la connotación "más grave" será la aparición de puestas de caracoles manzana, donde nacen los huevos de una plaga muy peligrosa, por su voracidad y resistencia a las condiciones adversas, que provoca importantes pérdidas y daños en los arrozales.
"No pasa en ningún lugar de Europa. Sería como si ponemos al lobo a guardar las ovejas", reconoce Pons, uno de los productores que también siembra el arroz en seco. Este sistema consiste en sembrar antes de inundar los campos como medida para controlar el caracol manzana.
No obstante, el cultivo tradicional empezará el 28 de abril, dejando "un mosaico" con parcelas inundadas y otras secas. "El problema llegará cuando las parcelas que siembran en seco necesiten en algún momento agua. Tendremos que hacer grandes esfuerzos para mantener todas".
Una situación excepcional que pasa "por primera vez" en la historia contemporánea y que también dejará consecuencias medioambientales. "Aparte del impacto agronómico y económico, aquí hay más de 240 especies que conviven con el cultivo del arroz y esto no será posible con la reducción de agua. Esta es la situación que tendremos en verano"
Por ello, piden con todas sus fuerzas que en mayo bajen las precipitaciones, como ya ocurrió en Tudela (Pamplona) el pasado mes de febrero. "El embalse de Mequinenza estaba al 50% y pasó al 80%", culminan desde la Unión de Campesinos, que critican la gestión del agua en el pantano, a su 62% de capacidad. "Tiraron el agua que les dio la gana. La soltaron sin haber previsto las consecuencias de la sequía. Si hubiesen fijado un caudal ecológico no tendríamos este problema".