El antes y el después en el pantano de Sau tras las lluvias de mayo: más del doble de capacidad en un mes y medio


El embalse está al 17,17% de su capacidad tras las precipitaciones de mayo, mientras que en abril llegaron al 6,62%
El embalse recupera agua alrededor de la iglesia del antiguo pueblo de Sant Romà
Captan desde el aire la desolación del pantano de Sau en Barcelona, un desierto cuarteado en abril
Un mes y medio ha pasado entre las dos imágenes del pantano de Sau (Barcelona), al 17,17% de su capacidad tras las lluvias de mayo, que dan un respiro al embalse catalán, al 6,62% a finales de abril, uno de los niveles más bajos desde 1990.
Un progreso gracias a las lluvias, casi continuas desde comienzos de mayo, que no son suficientes para que se recuperen las reservas globales de agua en España.
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Sin embargo, el pantano que almacena y canaliza agua del río Ter, muestra el doble de agua alrededor de la iglesia del antiguo pueblo de Sant Romà, al descubierto por el bajo nivel de agua y que atrajo a los curiosos hasta el pantano para observar el templo al completo.
En la primera instantánea, del pasado 18 de abril, las cámaras captaron la desolación del embalse.

Incluso la represa parecía un desierto cuarteado, donde una vieja barca reposaba sobre la superficie.

Esta devastación supuso un esfuerzo extraordinario para ahorrar hasta la última gota y que mejoró parcialmente con las precipitaciones de mayo, mes que contribuyó a rebajar levemente la falta de precipitaciones acumulada en España desde que el pasado 1 de octubre de 2022 comenzó el año hidrológico, según la Agencia Estatal de Meteorología.
Ahora, el pantano ya está recuperando agua y el río Ter baja con mucho mejor aspecto camino del embalse, aunque está lejos del 59.35% que marcaba justo hace un año.

Sacrificar los peces para preservar la calidad del agua
La sequía en Cataluña supuso una operación excepcional, con un trasvase del agua hacia el pantano de Susqueda (Girona) para garantizar el abastecimiento a cinco millones de personas y que supuso la extracción y el sacrificio de las toneladas de peces con el objetivo de preservar la calidad del agua.
Una medida "extraordinaria" para reducir la densidad de peces en el embalse, donde había presentes hasta diez especies, nueve de ellas exóticas, que no son propias de esta cuenca.
"La reducción de volúmenes de Sau puede comportar un descenso del oxígeno en el agua, hecho que podría provocar la mortalidad de peces si se mantienen con densidades elevadas", ha explicado el Departament d'Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural.
El pantano, además de producir electricidad, almacenar y canalizar el agua del río Ter, es un recurso turístico de primer orden, pues cada año recibe miles de visitantes que acuden tanto para disfrutar del Espai Natural de les Guilleries-Savassona como para bañarse o practicar deportes náuticos como remo, vela o esquí acuático. Deportes que de momento siguen sin poder realizar debido a la sequía.