Aitona, el espectáculo de melocotoneros leridanos al nivel de los cerezos en flor japoneses

Sus 3.500 hectáreas de melocotoneros florecen cada marzo y se han convertido en el sello de identidad del municipio
Un "mar de color rosa" que atrae a turistas nacionales e internacionales; este año está prevista la llegada de 20.000 visitantes este año
Produce 100 millones de kilos de fruta anuales, de los que exporta un 80 % a Europa: "Somos agricultores y con orgullo"
Arranca el mes más especial del año en Aitona. Este municipio leridano, especializado en el cultivo del melocotón, la nectarina y el paraguayo, se tiñe de rosa cada marzo y crea una imagen que recuerda al paraje típicamente japonés protagonizado por los cerezos en flor.
Los poco más de 2.500 vecinos de este pueblo de la comarca del Segrià —a tan solo 11 kilómetros del Alcarràs de Carla Simon, ganadora del Oso de Oro— reciben cada temporada miles de turistas que, cámara en mano, se disponen a introducirse en las 3.500 hectáreas de árboles florales.
Este año, el consistorio prevé superar por primera vez los 20.000 visitantes, varios miles más que antes de la pandemia. De hecho, 2.500 ya lo han hecho el último fin de semana de febrero, cuando comienza a observarse el fenómeno.
"Un mar de color rosa"
La floración se produce durante un par de semanas, aunque el espectáculo se extiende algunos días más. "Se puede visitar desde la primera semana de febrero hasta finales de marzo. Del 6 al 16 de marzo es la plena floración, cuando el espectáculo es más bonito y se ve ese mar de color rosa", explica la alcaldesa de Aitona, Rosa Pujol.
La Generalitat reconoció en 2019 la floración de los árboles frutales de Aitona como la mejor experiencia turística de Cataluña. "Esto hace que, como pueblo, sientas orgullo porque, cuando hablan de Aitona, lo identificas con este paisaje" que atrae turistas internacionales que, incluso, lo comparan el de Japón, en palabras de la primera edil.
En este sentido, el Ayuntamiento de Aitona ha hecho de la riqueza frutícola de la zona un sello de identidad y reclamo turístico a través de la marca Fruiturisme. El pueblo, que décadas atrás cultivaba almendros, viñas y cereales, produce 100 millones de kilos de fruta cada año, principalmente melocotones rojos, nectarinas y paraguayos.
De esos 100 millones de kg, el 80 % se exporta a Europa, mientras que el resto se destina al mercado nacional. Este municipio leridano es uno de los que más fruta produce de Cataluña.
"Somos agricultores y con mucho orgullo", subraya Pujol, aunque reconoce que, gracias al proyecto, han conseguido diversificar la actividad económica del pueblo. De hecho, desde su inicio en 2012, se ha incentivado la creación de obradores de mermeladas y chocolates y casas de turismo rural en la zona.
Escenario de contrastes
El agua destinada al regadío de los árboles se obtiene del canal de Aragón y Cataluña. En un contexto de sequía en Cataluña y el resto del país, con muchos embalses bajo mínimos, los campos de Aitona permanecen ajenos a esta alerta. "Por el momento, no nos está afectando", en palabras de la alcaldesa, que agrega que "quizá sí que pueda haber problemas al cabo de unos meses, si continúa la sequía".
La floración de los árboles de Aitona crea, además, un contraste al alcance de pocos escenarios. Sorprende lo suave y amable del espectáculo estacional rosa frente a la aspereza de los cerros leridanos, con escasa vegetación, semidesérticos. Dos paisajes contrapuestos tan solo separados por una carretera, la LP-7041.
Aunque se puede visitar los árboles florecidos por libre, el Ayuntamiento también ofrece rutas en bicicleta y vuelos en globo para disfrutar desde el aire. En verano, cuando la zona ha vuelto completamente al verde y coincidiendo con la recolecta de la fruta, facilita una experiencia gastronómica con una degustación de melocotones.