Un error en la dirección de correo amenaza con cerrar el Planiol de Lloret 70 años después

La familia que lo regenta no recibió la notificación de licitación
La notificación se envió al domicilio de la madre de la actual propietaria, fallecida hace ocho años
El local ha pasado por las manos de tres generaciones de la familia Planiol
Situado desde 1953 en primera línea en la playa de Fenals, el Planiol se convirtió en uno de los restaurantes más populares del municipio de Lloret de Mar. Ahora, 69 años más tarde, podría verse obligado a cerrar por un error en una dirección: la familia que lo regenta no recibió la notificación de licitación.
El abuelo de la actual titular fundó el restaurante donde servía a los turistas lo que él mismo pescaba cuando Fenals era una pequeña playa donde no había nada. Desde entonces, el local ha pasado por las manos de tres generaciones de la familia Planiol, que en 2016 interpuso un recurso para obligar a la Generalitat a sacar la concesión a concurso.
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Así lo hizo la Generalitat este año, pero los Planiol se enteraron un día después del cierre del plazo para presentarse. La noticia fue "un puñetazo seco en el estómago", para Isabel Sánchez Planiol, actual titular de la concesión, quien se enteró por sorpresa de que su propio restaurante había salido a subasta. "Aquí tengo toda mi vida y de golpe nos lo quieren expropiar", lamenta.
Carta al domicilio de la antigua propietaria, fallecida hace ocho años
La notificación de licitación se había enviado en forma de carta al domicilio de la madre de Isabel, fallecida hace ocho años, y por lo tanto nadie la leyó. Los propietarios achacan el error a "una negligencia del Ayuntamiento" y por ello han presentado un recurso a la administración para paralizar el procedimiento y poder presentarse al concurso.
Sánchez Planiol asegura que hicieron el cambio de nombre y que todas las notificaciones le llegan a su dirección. Todas menos esta última.
"Hemos hecho una inversión muy grande tras la pandemia, ¿cómo vamos a querer irnos?", se pregunta Isabel. "Es muy injusto, no sé qué vamos a hacer", añade. No sabe tampoco qué harán con las 12 personas a las que da trabajo el restaurante. Tras más de medio siglo al frente del Planiol, nunca se habían imaginado esta situación.
Recurso para frenar el concurso
Según Isabel, el Ayuntamiento de Lloret de Mar "se lava las manos, dicen que no pueden hacer nada y que no es su responsabilidad". Por ello, lo único que han podido hacer es presentar un recurso, con el objetivo de conseguir que se suspenda esta convocatoria y se abre un nuevo concurso para poderse presentar e intentar evitar perder el negocio.
Este jueves estaba prevista abrir el procedimiento de apertura de ofertas para dar la concesión, prevista para un plazo de entre 12 y 24 años. Por ahora, solo hay una solicitud entrada a tiempo para optar a gestionar este restaurante.
Hemos hecho una inversión muy grande tras la pandemia, ¿cómo vamos a querer irnos?
La apertura de las plicas estaba prevista este jueves 19, pero aún no se han abierto. De momento, la Direcció General de Polítiques de Muntanya i del Litoral de la Generalitat ha acordado congelar hasta el 30 de junio el proceso de adjudicación. De esta manera pretenden evaluar el recurso que ha presentado los actuales propietarios.
Sin embargo, la familia Planiol todavía podría perder el negocio. Todo dependerá de la decisión que se acabe tomando y si acaba siendo favorable, tendrán que ganar el concurso. "Si el recurso no prospera y no se repite el concurso, tendrá que ser un juez quien nos saque. No nos moveremos de aquí", dice Isabel.
La última hija de la familia Planiol
Hasta entonces, seguirán trabajando con absoluta normalidad. "Estamos recibiendo mucho apoyo del pueblo. Nos dicen que no podemos irnos. El camino de Lloret hasta la playa de Fenals lo hizo mi abuelo junto a su hermano gemelo, el que fundó el restaurante y toda la gente de aquí le conoce por 'els bessons'".
Isabel es la última de los Planiol, la hermana más pequeña de la familia. Quiere ser la última que regente el restaurante, pero quiere irse cuando ella quiera. "Es mi casa, diga lo que diga la ley", concluye.